
Kast y los números que no cuadran: la disputa en la derecha por el recorte fiscal de US$6.000 millones
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A menos de tres meses de las elecciones presidenciales, la propuesta económica de José Antonio Kast de reducir el gasto fiscal en US$6.000 millones en apenas 18 meses comienza a generar ruido no solo en la oposición al candidato republicano, sino también en su propio sector.
El primer golpe vino este fin de semana desde el comando de Evelyn Matthei. Su vocero económico, Gonzalo Sanhueza, cuestionó duramente la factibilidad de la medida y pidió explicaciones concretas:
“No nos dé los titulares, denos las bajadas. Porque estamos trabajando todos con los mismos números. Somos todos economistas. No podemos tener tantas diferencias”.
Con esa frase, Sanhueza no solo puso en duda la seriedad del plan de Kast, sino que instaló una línea divisoria en la derecha: entre quienes prometen “ajustes drásticos” como un eslogan y quienes exigen demostrar con cifras reales cómo se materializaría un recorte de esa magnitud.
Un recorte sin sustento
Cuando le preguntaron si los números de Kast “le dan”, Sanhueza respondió tajante:
“No nos dan. Queremos que nos expliquen. Si lo único que hemos hecho es preguntar”.
El mensaje es claro: la propuesta republicana carece de sustento técnico visible. Sanhueza, con larga trayectoria como economista, remarcó que no basta con señalar la cifra de ahorro, sino que en campaña “lo importante no es solo explicar qué quieren hacer, sino cómo lo harán”.
En otras palabras, la crítica no se limita al fondo del plan, sino al estilo comunicacional del candidato republicano, que vuelve a prometer soluciones rápidas sin detallar los costos políticos, sociales y económicos que acarrearían.
Un déjà vu de la derecha
El episodio recuerda lo ocurrido en la campaña presidencial de 2021, cuando Kast también debió retroceder en varias de sus propuestas iniciales al no poder sostenerlas en el debate público. En esta ocasión, el recorte fiscal aparece como la medida estrella de su programa económico, pero sin respaldo concreto.
La pregunta que se instala es simple: ¿de dónde saldrían los US$6.000 millones en 18 meses? ¿Subsidios sociales? ¿educación? ¿salud? ¿transferencias a regiones? Cualquier respuesta supone un costo político altísimo en un país ya golpeado por la precariedad de servicios básicos y la crisis de pensiones.
Fricciones en la derecha
La declaración de Sanhueza también revela la fragilidad de la unidad en la derecha. Mientras Evelyn Matthei intenta proyectar una imagen de moderación y responsabilidad fiscal, Kast apuesta por el golpe de efecto y las consignas fáciles.
La disputa es más que técnica: es política. Matthei necesita marcar diferencias con Kast para sostener su competitividad electoral y, al mismo tiempo, evitar que el discurso del ultraderechista monopolice la agenda opositora.
La jugada no es menor: al abrir esta grieta, Matthei no solo responde al adversario de su sector, sino que ofrece al electorado de centro una señal de realismo y prudencia, en contraste con lo que parece una promesa populista de Kast.
El trasfondo de la discusión
Lo que está en juego no son solo números. Es el modelo económico que quiere consolidarse en la próxima administración. Kast, que ya fichó a Bernardo Fontaine, símbolo de la defensa del sistema de AFP, busca reafirmar su identidad neoliberal dura, aun cuando eso suponga reducir recursos en áreas sociales sensibles.
En cambio, Matthei intenta navegar entre el ideario de derecha y la necesidad de mostrarse confiable para un electorado que teme los recortes en salud, educación o pensiones.
Una presión que favorece a Jara
Paradójicamente, esta controversia podría favorecer a Jeannette Jara, quien ha hecho de la defensa del gasto social y la reforma previsional sus banderas de campaña. El contraste es evidente: mientras Kast promete tijera fiscal, Jara enfatiza en fortalecer al Estado para mejorar las pensiones y garantizar derechos sociales.
En un escenario en que las encuestas muestran una carrera estrecha entre Jara y Kast, los tropiezos del republicano en materia económica pueden ser decisivos.





