
Libertarios y el retorno del Falcon verde
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La promesa “libertarista” de Milei y sus combos en Argentina, ya comienza a dar sus bizarros giros.
“La Casta” pareciera contagiar sus vicios cleptomaniacos a la nueva coalición gobernante. Es que parece ser que la corrupción se hace cultura, como todo lo que se ejercita por mucho tiempo y de forma impúdica en la práctica social.
En Argentina el periodismo es mucho más libre que en nuestro ejemplar Chile, de hecho es lo único libre que preservan los trasandinos, porque rápidamente se vienen denunciando las tropelías del gobierno de Milei en el ámbito económico social, los famosos recortes financieros a pensionados, universidades y ministerios claves, mientras se endeuda por 20 mil millones de dólares para intentar frenar otra de las escaladas alcistas de la moneda internacional (batalla que comienza a perder, tal como la perdió Menem y Macri, dupla neoliberal que dejaron al país expuesto a las peores crisis luego de sus hazañas monetaristas, cosa que va en camino de repetirse con este extremo delirante y fabulante presidente).
Menem aguantó más gracias ( o desgracia) de privatizar media Argentina.
A Macri le quedó poco a que echar mano. Así es que tuvo que endeudar a nuestros vecinos en 50.000 millones de dólares con el FMI. Le duró poco en el bolsillo, lo acaparó la burguesía empresarial que, ya sabemos, tiene muy poquita fe en la honestidad de sus políticos, lo que los induce a embolsarse esos valiosos dolaricos y protegerlos en sus paradisíacas cuentas. A poco andar se desata otra crisis de divisas.
Las culpas del régimen milita y sus malos manejos las tuvo que pagar el presidente Alfonsín; los desastres del liberalismo de Menem los tuvo que pagar el presidente De la Rúa (ambos debieron abandonar el gobierno antes de su término de mandato), este último huyó en helicóptero desde la Casa Rosada, directo al extranjero. Estos dos presidentes pertenecientes al radicalismo fueron victimas impolutas en lo referente a la corrupción, cosa que no puede decirse de sus pares “libertarios”, pues Menem y Macri salieron más enriquecidos al terminar su mandato, en cambio el pueblo quedó en la carraplana, con “corralitos” y carestía total. Pero como Sísifo, los argentinos remontan la piedra de la esperanza, y ponen su fe en libertarios cada vez más estrambóticos, lo que puede ser signo de deterioro cultural o de fatiga intelectual. Así llegamos al más “rápido y furioso” de los libertarios, el extremista y despeinado alborotador Milei. Como buen argentino, asiduo a las complicaciones psiquiátricas, complicaciones que su hermana, “jefa” y segunda en la plantilla del poder, sabe y debe contener para que el Presidente funcione dentro de los parámetros de la llamada “ normalidad”. Claro, no podemos olvidar sus perros, que son serios e imprescindibles terapeutas para la inestable condición que aqueja al mandatario.
Pero este campeón de la motosierra, este que venía a cortar de raíz el frondoso árbol de la corrupción crecido en el patio de “La Casta”, de pronto se le descubren varias manzanitas podridas: las criptomonedas, fondos desviados y ahora la “mordida”, comisión que recortaba su hermana y “jefa” desde el presupuesto de los discapacitados.
Su “contenedora” hermana tenía ya a su haber otra falta, cual era cobrar una elevada tarifa a quienes querían postularse al Parlamento dentro de las filas libertarias, también cobraba por los cargos burocráticos. Nadie se las lleva gratis en el mundo contable de los Milei; el diezmo y la venta de indulgencia por la Iglesia antigua, se reinstalaron nuevamente con todo desparpajo.
Bueno, los periodistas, incluso los que fueron amigos del Presidente, “cornetearon” este último escándalo, urbi et orbi, luego de revelarse los audios de una conversación entre “la Jefa” y sus secuaces.
Esta corruptela, escandalosa de por sí, pero más cuando se sabe la condición de las víctimas ( los lisiados, minusválidos y pobres de soberanía), ha desestabilizado la psiquis del Presidente, quien al saber que la implicada era su “Jefa”, inicialmente guardó silencio, es decir, quedó para adentro, pero luego reaccionó pontificando sobre la miseria moral que aqueja a los periodistas injuriosos, que su hermana es un ser santo, impoluto e intocable.
Bueno, lo mismo pontificaban en Chile sobre Pinochet, hasta que el banco Riggs se fue de lengua.
Pero este cuento no termina aquí, el periodista que encabeza esta denuncia, acusa que en su residencia se viene estacionado, hace días, un vehículo muy particular, un FORD FALCON VERDE. Bueno ¿qué puede tener de particular ese auto?
Ese modelo FORD FALCON VERDE es reconocido como el tenebroso auto usado por el aparato de inteligencia en la dictadura militar argentina. Con estos vehículos se realizaban los secuestros y desapariciones de ciudadanos. Cuando este FALCON se estacionaba en una calle, era como los cuervos: se anticipaba una desgracia.
Bueno, es ahora el FALCON VERDE famoso, el instrumento de amedrentamiento que ha sacado a relucir la ministra de seguridad Bullrich.
Es decir, el gobierno de la “Libertad avanza”, al primer traspié asoma la ojota represiva contra la libertad de prensa, de información y jurídica del deber de denunciar ilícitos.
Como se puede ver, la libertad de los libertarios no es más que un “ presente griego”, ese regalo muy prometedor en su envoltura, pero que contiene en su interior los peces podridos de corrupción y represión.
Debemos aprender la vieja lección: que es preferible la sensata modestia en las promesas, antes que la exaltada fanfarria de los fabuladores.
Hugo Latorre Fuenzalida





