
Rusia lanza el mayor ataque aéreo de la guerra y golpea el corazón de Kiev
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Rusia ejecutó durante la noche el mayor ataque aéreo desde el inicio de la invasión en 2022, provocando un incendio en el principal edificio gubernamental de Kiev y dejando al menos cuatro muertos —entre ellos un bebé—, según informaron este domingo las autoridades ucranianas.
Un ataque de gran magnitud
De acuerdo con la Fuerza Aérea de Ucrania, Rusia lanzó 805 drones y 13 misiles en un solo operativo. Las defensas ucranianas lograron derribar 751 drones y cuatro misiles, aunque el saldo fue igualmente devastador: edificios residenciales dañados, incendios y decenas de heridos.
En Kiev, el histórico distrito de Pecherskyi quedó marcado por la imagen del edificio gubernamental en llamas, mientras en otras zonas de la capital decenas de familias fueron evacuadas en plena madrugada, envueltas en mantas y bajo el humo de las explosiones.
El jefe de la administración militar de Kiev, Timur Tkachenko, confirmó que el cuerpo de un bebé fue encontrado entre los escombros en el distrito de Darnytskyi, donde un bloque de apartamentos de cuatro plantas quedó seriamente dañado. El Ministerio del Interior reportó al menos 20 heridos solo en la capital.
Reacción de las autoridades ucranianas
El presidente Volodymir Zelensky denunció que este ataque, que también alcanzó las regiones de Zaporiyia, Krivói Rog, Odesa, Sumy y Chérnigov, representa “un crimen deliberado y una prolongación de la guerra”, al tiempo que volvió a exhortar a sus aliados occidentales a reforzar las defensas aéreas del país.
Por su parte, la primera ministra Yulia Svyrydenko subrayó el carácter simbólico del ataque: “Es la primera vez que el principal edificio gubernamental de Kiev ha sido alcanzado en toda la guerra”, señaló.

Contexto internacional y tensiones políticas
El ataque ha profundizado el pesimismo sobre una pronta resolución del conflicto, mientras el presidente ruso Vladimir Putin rechaza los llamados a un alto el fuego y se muestra fortalecido por la estrecha relación con China.
En Estados Unidos, el presidente Donald Trump expresó su frustración con Moscú tras reunirse con Putin el mes pasado, aunque aún se resiste a imponer sanciones más duras. El mandatario asegura estar trabajando en “garantías de seguridad” para Ucrania que, según él, podrían contribuir a poner fin al conflicto más sangriento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Los aliados europeos, en tanto, han reiterado su apoyo político y militar a Kiev, aunque siguen debatiendo medidas concretas. Entre las propuestas figura incluso la posibilidad de enviar tropas a terreno, una decisión que generaría un nuevo nivel de tensión con Moscú.
El primer ministro polaco Donald Tusk criticó enérgicamente la pasividad occidental: “El ataque ruso demuestra una vez más que el continuo retraso de una reacción contundente frente a Putin y los intentos de apaciguarlo no tienen sentido”, afirmó en X.
Moscú justifica la ofensiva
El Ministerio de Defensa ruso, citado por la agencia Tass, aseguró que los ataques estaban dirigidos contra el complejo militar-industrial ucraniano y la infraestructura de transporte. Tanto Kiev como Moscú negaron haber atacado deliberadamente a civiles, aunque los hechos en la capital parecen contradecir esa versión.
Una guerra que se intensifica
Más de dos años después del inicio de la invasión, la ofensiva aérea más masiva hasta la fecha deja claro que el conflicto no da señales de detenerse. Con un edificio gubernamental en el corazón de Kiev reducido a cenizas y un clima de creciente incertidumbre internacional, la guerra entra en una fase aún más peligrosa, donde la presión sobre Occidente y la resistencia ucraniana se pondrán a prueba con mayor fuerza.
Fuente: Reuters, Afp





