
Salida incómoda para frenar a Kast: ¿Un gobierno de cohabitación Jara–Parisi?
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Para el politólogo Juan Carlos Gómez Leyton, los resultados del 16 de noviembre abren “uno de los ciclos más duros para la izquierda en los últimos 50 años”. No sólo porque Jeannette Jara obtiene un 26%, muy por debajo de lo que se proyectaba, sino porque, sumadas, las distintas derechas —Kast, Kaiser, Matthei— bordean la mitad del electorado.
El politólogo divide el mapa en cinco grandes bloques, todos dentro del marco neoliberal, aunque con matices:
Kast: neoliberalismo autoritario, conservador, “neofascista”, abiertamente pinochetista y antidemocrático.
Kaiser: aún más radical, ultranacionalista y libertario, “más extremo que el propio Kast”.
Matthei y Chile Vamos: la derecha neoliberal “liberal”, heredera de la transición, hoy debilitada.
Franco Parisi: un neoliberalismo populista, antipolítico, que capta a sectores desencantados, de baja identificación ideológica.
Jeannette Jara / Unidad por Chile: la versión chilena del neoliberalismo socialdemócrata, continuidad de la Concertación, la Nueva Mayoría y hoy el gobierno de Boric.
En este esquema, la izquierda anticapitalista prácticamente no cuenta: Marco Enríquez-Ominami se derrumba al 1%, Eduardo Artés no supera el 1%, el voto nulo que algunos sectores reivindicaban como “noveno candidato” apenas ronda el 4%. El resultado, señala, muestra algo brutal:
“No tenemos izquierda. La izquierda desapareció del sistema político chileno. Lo que se ha derrotado es la socialdemocracia neoliberal, y la izquierda extra institucional tampoco mostró fuerza real”.
Para Gómez Leyton, esta constatación no es sólo un lamento: es el punto de partida obligado si se quiere reconstruir un proyecto de izquierda anticapitalista hacia el año 2030. Pero esa es una tarea estratégica de largo plazo. En el corto plazo, insiste, la prioridad es otra: impedir que Kast concentre todo el poder.
La aritmética del balotaje: dónde está el voto en disputa
El análisis de Gómez Leyton se apoya en una lectura fina de los guarismos. Si se suman las tres derechas presidenciales:
Kast ≈ 24%
Kaiser ≈ 13%
Matthei ≈ 12%
se llega a cerca del 49,6%. Es decir, aun si se unificaran totalmente tras Kast, no cruzan el 50%.
Del otro lado, Jara ronda el 26%. Y luego viene el bloque de candidaturas “intermedias”:
Franco Parisi: ≈ 19%
Harold Mayne-Nicholls: ≈ 1,2%
MEO: ≈ 1,2%
Artés: ≈ 0,6%
En conjunto, este “tercer espacio” suma cerca de 22,8% de los votos, que para Gómez Leyton son el verdadero botín en disputa de aquí a la segunda vuelta. Si la totalidad de esos votos se inclinara hacia Jara, plantea, podría empatar o superar levemente a Kast, aun si la derecha se unificara completa tras él.
Pero el escenario no es lineal: la votación de ME-O y Artés probablemente no irá a Kast; parte puede dirigirse a Jara y otra porción podría abstenerse o anular. El punto clave es otro: el voto Parisi.
“Si el 19% de Parisi se articula en torno a Jara, ahí se configura un 46–47% para Unidad por Chile. Y en segunda vuelta no necesariamente necesitas 51%: si parte del electorado de derecha se desengancha y se queda en la casa, podríamos ver un triunfo con menos del 50%, pero con mayoría relativa”.
De ahí deriva su tesis central: la llave del resultado la tiene Franco Parisi, no la “izquierda” ni la vieja derecha liberal. Y con esa llave, dice, hay sólo dos caminos: abrir la puerta a Kast o entrar a un gobierno compartido con Jara.
Un gobierno de cohabitación Jara–Parisi
Gómez Leyton propone ir más allá de los apoyos “críticos” o de los guiños tácticos: lo que sugiere es un gobierno de cohabitación, inspirado en la experiencia francesa. No se trataría sólo de que Parisi llame a votar por Jara, sino de compartir el gobierno y el programa.
Su esquema es muy concreto:
Unidad por Chile aporta la candidatura presidencial y la continuidad institucional del actual ciclo.
El Partido de la Gente entra al gobierno con ministerios clave (Economía, Interior, Seguridad u otros) y con parte de su agenda programática incorporada.
Se pacta explícitamente un gobierno conjunto Jara–Parisi, no una alianza vergonzante.
La pieza central de esta cohabitación no es simbólica, sino parlamentaria. Según los cálculos de Gómez Leyton, Unidad por Chile y aliados suman en torno a 64 diputados. El Partido de la Gente, con sus 12–14 escaños, permitiría llegar a aproximadamente 78 diputados, es decir, una mayoría simple en la Cámara.
Con esa mayoría, un gobierno Jara–Parisi podría bloquear las regresiones más duras de la derecha y evitaría un escenario de “gobierno dividido” permanentemente sitiado por el Congreso.
“Si se busca realmente impedir que Kast concentre el poder, lo que hay que constituir no es sólo una presidencia, sino un gobierno. Y ese gobierno debe ser de cohabitación entre Unidad por Chile y el Partido de la Gente”.
El precio de ese acuerdo sería alto: incorporar parte del discurso “neoliberal populista” de Parisi y legitimar a un actor que no proviene de la tradición de izquierda. Pero, para Gómez Leyton, se trata de una estrategia defensiva, no de una salida al neoliberalismo:
“Con un gobierno de cohabitación no salimos del neoliberalismo. Lo que hacemos es impedir que Kast llegue con todo el poder y abrir una ventana para reconstruir un proyecto de izquierda a futuro”.
El escenario Kast: poder total y regresión de derechos
El reverso de esta apuesta es lo que el politólogo describe como “concentración total de poder en manos de la derecha neoliberal autoritaria”. Si Kast gana y el Partido de la Gente se alinea con la derecha, advierte, se configuraría un bloque capaz de:
Controlar el Ejecutivo.
Controlar el Legislativo, con mayoría junto a Republicanos, Partido Social Cristiano y Chile Vamos.
Influir fuertemente en el Poder Judicial.
Contar con el pleno respaldo del gran capital y una relación cómoda con las Fuerzas Armadas y de orden.
En ese contexto, Gómez Leyton anticipa una agenda de regresión social profunda: intentos de privatizar Codelco, TVN y el Metro, recortes a la educación pública, debilitamiento del sistema universitario estatal, retroceso en pensiones, derechos laborales y políticas de memoria.
Por eso, insiste, la discusión para la izquierda no puede ser abstracta (“voto nulo”, “que se caiga todo”), sino concreta: ¿se está dispuesto o no a impedir que Kast gobierne con poder casi absoluto?
Sin épica, pero con cálculo: una táctica para ganar tiempo
El politólogo no idealiza un eventual gobierno Jara–Parisi: lo define claramente como un administrador del orden neoliberal, con tensiones internas y límites muy estrechos. Pero, frente a la alternativa Kast, lo ve como una barrera mínima para evitar una regresión autoritaria y ganar tiempo para otra tarea, que considera urgente:
Reconstruir una izquierda anticapitalista, con proyecto, programa y organización.
Romper la fragmentación actual y el fetichismo del voto nulo como estrategia central.
Volver a dialogar con el mundo popular, la clase trabajadora, la juventud precarizada, hoy colonizados por el sentido común neoliberal y la agenda del miedo.
En ese marco, su propuesta para la segunda vuelta es clara:
Unidad por Chile debe dejar de pensar sólo en “sumar puntitos” y ofrecer abiertamente un gobierno compartido al Partido de la Gente.
Parisi debe decidir si quiere repetir el camino de MEO —del 20% al 1%— o convertirse en socio de gobierno para construir su propia proyección futura.
La izquierda social y militante, aunque crítica, debe entender que detener a Kast hoy es condición para poder dar la pelea política mañana.
El balotaje, concluye Gómez Leyton, no es sólo la disputa entre Jara y Kast: es la definición de si Chile entra a una etapa de hegemonía neoliberal autoritaria, o si se abre, con todas sus contradicciones, un espacio de cohabitación conflictiva desde donde volver a pensar una salida por la izquierda






Hugo Bauer says:
Yo creo, que un grave problema para la «izquierda progresista», es la falta de un modelo. No se puede demostrar algún pais progresista que sirve de «modelo» es decir «queremos llegar a ser como ese país». En nuestro continente, existen sólo Venezuela, Nicaragua y Cuba como países progresistas que se destacan por ser dictaduras y de ser los mas corruptos del continente. En común líderes o dictadores que quieren eternizarse el poder. Caso extremo Nicaragua, donde Ortega ungió a su esposa como primero vice-presidente y lo luego como co-presidente, peor aún, sacó un nueva ley según la si el se muere, «su hijo» asume como presidente o sea tiene como modelo a Corea del Norte, en la que una familia lleva ya 4 generaciones en el poder y ya su hija fué declarada como heredera.
Patricio Serendero says:
Kast ganará si o si. Faltando dos semanas para la elección aparecerá el orangután naranja de la Casa Blanca a decir que le apretará las clavijas a Chile si no gana Kast. Así como lo hizo en Argentina. Correrán nuestros ricos en masa a poner todo su billete en esa campaña. En la que probablemente participe hasta el embajador de EEUU en ella. Como se estila en estos tiempos.
Privatizada Codelco, serán los gringos sus dueños. Y de yapa el litio. Además de alguna promesa de explotar los recursos de la Antártica para lo cual también el Comando Sur instalará una base en algún rinconcito del Sur.
A Leyton se le podrá criticar su análisis, pero nunca ha sido de Derecha. Es un muy honesto investigador social de Izquierda. Su propuesta de continuación del neoliberalismo en un gobierno de co-habitación es el reflejo de la cruda realidad de la inexistencia de la Izquierda. Y es evidentemente mil veces mejor que lo que nos espera con Kast. Que estamos aburridos del mal menor? Claro que estamos. Pero que diablos hemos hecho para cambiar esto? O estaremos felices de ser consecuentes y revolucionarios votando nulo? Pelotudos, eso somos.
Serafín Rodríguez says:
La gran cuestión del concubinato propuesto es si la eventual meretriz es del gusto del eventual proxeneta.
Alvaro Vivanco says:
A mi me parece una propuesta audaz, ya que esta claro que con simples malabarismos publicitarios no detendremos a la ultraderecha. Usted puede quedarse con su purismo izquierdista, yo prefiero pecar de hereje pero no tener que estar luchando los próximos 20 años para recuperar CODELCO o el Metro, porque Kast los va a vender el mismo día que libere a los violadores de los derechos humanos.
RICARDO DELGADO says:
Juan Catlos Gomez-Leyton, delirante , no se trata de una salida para la izquierda neoliberal socialdemocrata (PC, FA superestructural, vaciada de pueblo)), se debe precisar que lo que propone es una salida institucional para dar sostenibilidad a una entelequia politica, pero de lo que se trata es la de construir una fuerza social politica que contruya una Programa Popular ANTICAPITALISTA, no mas de lo mismo, lo que propone Gomez Leryton resulta claudicante, domesticadora , disciplinadora frente al patronasgo, la propuesta resulta peligrosa.
Serafín Rodríguez says:
Un «gobierno de cohabitación» es lo más derechista que se ha escuchado nunca en toda la galaxia progresista!
Alvaro Vivanco says:
A mi me parece una propuesta audaz, ya que esta claro que con simples malabarismos publicitarios no detendremos a la ultraderecha. Usted puede quedarse con su purismo izquierdista, yo prefiero pecar de hereje pero no tener que estar luchando los próximos 20 años para recuperar CODELCO o el Metro, porque Kast los va a vender el mismo día que libere a los violadores de los derechos humanos.