Chile protesta a Estados Unidos por dichos del embajador Brandon Judd: Cancillería acusa “intervención en asuntos internos”
Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 54 segundos
El ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, anunció este viernes que el Gobierno de Chile entregó una nota de protesta formal a Estados Unidos tras las declaraciones del embajador estadounidense Brandon Judd, quien criticó públicamente al Presidente Gabriel Boric y se refirió a la política interna chilena, incluyendo las elecciones presidenciales en curso.
Las palabras del diplomático —designado por el presidente estadounidense Donald Trump— generaron inmediata tensión diplomática. Durante una conferencia de prensa, Judd cuestionó los comentarios indirectos que Boric ha expresado sobre Trump:
“Yo estuve muy desilusionado de escuchar lo que dijo el Presidente Boric… Escuchar esta crítica ha sido muy desilusionante. Siempre es desilusionante cuando un jefe de Estado critica a otro país”, afirmó.
Pero sus declaraciones fueron más allá del reclamo protocolar.
“Daño al pueblo chileno”: el embajador sube el tono
En un tono inusual para un representante diplomático recién llegado al país anfitrión, Judd sostuvo que las palabras del mandatario chileno habrían deteriorado la relación bilateral y afectado directamente a la ciudadanía:
“Eso muestra cómo ha caído la relación. Y también pone mayores dificultades al pueblo chileno. Está dañando a los chilenos, a las negociaciones que están teniendo lugar y al traer negocios de Estados Unidos acá”.
Sus dichos sugieren que críticas políticas podrían traducirse en consecuencias económicas o diplomáticas para Chile, una afirmación que generó preocupación tanto en el Gobierno como en especialistas en relaciones internacionales.
Interferencia en las elecciones
Aún más controvertidas fueron sus referencias a los comicios presidenciales chilenos.
Judd aseguró que Estados Unidos cooperará con cualquier Presidente que resulte electo, pero agregó:
“Sin duda habrá un Gobierno con el que será más fácil trabajar. Hay un tipo de Gobierno que será mejor para el pueblo chileno, mejor contra la delincuencia y mejor para los negocios”.
Ese comentario fue leído como un mensaje indirecto sobre las preferencias políticas de Washington y una señal de respaldo hacia un sector del espectro electoral chileno, rompiendo con la práctica diplomática de estricta neutralidad en procesos democráticos ajenos.
Cancillería responde: “Desafortunadas e inapropiadas”
El canciller Alberto van Klaveren calificó las declaraciones como “desafortunadas” e “inapropiadas”, y sostuvo que vulneran principios básicos de la diplomacia:
“Representan una intervención en asuntos internos de nuestro país y así se lo hemos hecho ver en nuestra nota de protesta”.
La Cancillería recordó que Chile mantiene históricas relaciones bilaterales con Estados Unidos, pero que esas relaciones deben regirse por el respeto mutuo y la no injerencia.
Un inicio tenso para la gestión de Judd
El episodio marca un comienzo complejo para el nuevo embajador, que parece alinearse con el estilo confrontacional del gobierno de Trump. Para el Ejecutivo chileno, sus afirmaciones cruzan una línea delicada: no solo cuestionan al Jefe de Estado, sino que sugieren preferencias políticas explícitas y una posible condicionalidad en la cooperación bilateral.
En un contexto electoral polarizado, la intervención verbal del embajador añade ruido diplomático y reactiva un debate siempre sensible en Chile: el de la autonomía frente a Estados Unidos, especialmente en períodos de definiciones políticas.
Por ahora, la pelota queda del lado del Departamento de Estado, que deberá responder a la nota chilena. Lo que está claro es que la relación bilateral enfrenta un test temprano —y serio— en un momento en que la región discute soberanía, alineamientos y el rol de Washington en la política latinoamericana.
Serafín Rodríguez says:
La soberanía! La soberanía! Pero nada importó cuando no retiró el TPP11 del Senado y lo terminó firmando en circunstancias de que entrega la soberanía de los tribunales de justicia nacionales a tribunales extranjeros controlados por las transnacionales.