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El PDG se vuelca al voto nulo, pero su 20% por Kast podría definir la elección

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El Partido de la Gente (PDG) anunció este domingo su posición oficial para la segunda vuelta presidencial: la colectividad no apoyará ni a Jeannette Jara ni a José Antonio Kast, llamando institucionalmente a votar nulo o blanco. La definición surge de una consulta digital organizada por las directivas regionales y difundida por el presidente del partido, Rodrigo Vattuone, quien detalló un resultado rotundo: 78% por nulo/blanco, 20% por Kast y solo 2% por Jara.

La decisión consolida el histórico discurso “ni fachos ni comunachos” que ha marcado la identidad política del PDG desde su irrupción en 2021. También reafirma la estrategia personal de Franco Parisi, quien durante toda la campaña insistió en que la ciudadanía debía mantener autonomía frente a los bloques tradicionales, sin integrarse al juego de presiones entre derecha e izquierda.

Pero más allá del gesto político, la resolución del PDG tiene un impacto electoral directo: Parisi obtuvo 19,71% en la primera vuelta, equivalente a 2.552.649 votos, un caudal que hoy se ha transformado en uno de los botines más codiciados por los comandos de Kast y Jara. Todas las encuestas han mostrado un escenario estrecho, pero con ventaja sostenida para el candidato del Partido Republicano, quien aparece liderando la intención de voto en prácticamente todas las mediciones del último mes.

En ese contexto, el comportamiento de la masa electoral del PDG podría inclinar definitivamente el resultado del 14 de diciembre. Y aunque el partido llamó a votar nulo, los datos de la consulta interna y los análisis académicos apuntan a que la tendencia real es más compleja —y potencialmente más decisiva— de lo que sugiere la postura oficial.





El peso del 20%: medio millón de votos hacia Kast

A juicio del politólogo Juan Carlos Gómez Leyton, la votación interna del PDG ya adelantó el desenlace de la segunda vuelta. Según su análisis, el 20% que declaró intención por Kast proyectado sobre la votación real de Parisi representa aproximadamente 500 mil personas, “medio millón de votos que se sumarían de manera prácticamente directa” al candidato de ultraderecha.

Gómez Leyton afirma que, al integrarse ese caudal a los votos ya obtenidos por Kast en primera vuelta, el republicano “alcanza el 51%”, cifra con la que —sostiene— la elección podría estar “virtualmente definida”, dejando a la candidata oficialista en una posición extremadamente difícil.

“El resultado de la consulta del PDG ya definió la elección. Ese 20% es lo único que importa. El 2% que se inclina por Jara es irrelevante para efectos prácticos. Y el voto nulo, aunque políticamente simbólico, no tiene peso en el conteo final”, afirma el académico. En su análisis, el escenario que se abre no solo es favorable a Kast, sino que revela una profunda inhabilidad de la alianza oficialista para construir coaliciones amplias: “Es un error político de magnitud no haber realizado gestos más contundentes hacia el mundo de Parisi”.


El enigma del 78%: ¿voto nulo real o un voto oculto?

La mayoría que optó por nulo o blanco —el 78%— podría no ser homogénea. El politólogo plantea que ese grupo, que en principio expresa rechazo a ambos candidatos, podría experimentar variaciones cuando enfrente la papeleta: “Ese voto nulo es un voto oscuro, oculto. En el momento decisivo podría dividirse entre Kast o Jara o mantenerse en la abstención activa. Pero incluso si ese 78% se mantiene como voto no válido, su peso electoral desaparece. Lo que define la elección son los votos válidos”.

En ese sentido, incluso un pequeño desplazamiento desde el voto nulo hacia Kast aumentaría su ventaja, mientras que cualquier movimiento hacia Jara tendría que ser masivo y sostenido para contrarrestar el impulso del candidato republicano en encuestas y tendencias previas.


Encuestas y clima electoral: Kast como favorito

La decisión del PDG se enmarca en un escenario de encuestas que muestran sistemáticamente a Kast liderando la intención de voto. Diversas mediciones —antes y después de la primera vuelta— han proyectado una ventaja de entre cuatro y ocho puntos para el candidato de ultraderecha. La tendencia se ha mantenido incluso considerando altos niveles de incertidumbre y el peso del voto voluntario.

Para analistas electorales, la pregunta clave era cómo se comportaría el electorado de Parisi, particularmente volátil, desconfiado de las élites y caracterizado por una fuerte desafección hacia los partidos tradicionales. La consulta del PDG, aun con sus limitaciones metodológicas, entrega un mapa más claro: existe una minoría significativa inclinada hacia Kast; una fracción ínfima hacia Jara; y una mayoría que expresa malestar pero que no necesariamente se traducirá en votos válidos.

Este comportamiento se inscribe en un patrón más amplio de realineamientos políticos en América Latina y otras regiones, donde electorados anti-establishment terminan inclinándose hacia alternativas autoritarias o de derecha radical en contextos de incertidumbre económica o malestar con los gobiernos progresistas.


El vacío político del oficialismo, según Gómez Leyton

El académico también apunta sus críticas al pacto Unidad por Chile y, en particular, al comando de Jara. Acusa una falta de visión estratégica para disputar con la derecha el apoyo de sectores decisivos y afirma que el oficialismo “no supo hacer política en términos de poder”.

“Ni el pacto oficialista ni sus dirigentes fueron capaces de comprender lo que estaba en juego. No hicieron esfuerzos para construir un gobierno de contención frente a la ultraderecha”, sostiene. Para Gómez Leyton, el oficialismo quedó atrapado en debates identitarios y principios internos, sin asumir que la política electoral exige negociación, acuerdos y pragmatismo.

En uno de sus comentarios más duros, el académico describe la política chilena actual como “un bodrio”, señalando la falta de liderazgo, la desconexión con las necesidades sociales y el bajo nivel intelectual de los parlamentarios y cuadros partidarios. A su juicio, la izquierda chilena perdió capacidad para pensar la política como disputa por el poder. “Ni siquiera cumplen con el ideal básico de la política que Lenin entendía: la lucha por el poder”.


El PDG y la paradoja electoral

La decisión del PDG presenta una paradoja: su llamado a votar nulo o blanco preserva su identidad antiestablishment, pero el comportamiento real de sus votantes podría terminar favoreciendo al candidato más distante del discurso parisinista original.

Desde su creación, el PDG ha buscado diferenciarse tanto del establishment de izquierda como del de derecha, posicionándose como una alternativa contra la corrupción, la política tradicional y la captura de intereses. Sin embargo, sus bases no son homogéneas: conviven votantes de clase media precarizada, adherentes a propuestas tecnocráticas, personas con afinidad hacia discursos antipolíticos y un segmento con valores conservadores.

En ese ecosistema heterogéneo, la segunda vuelta tiende a ordenar las preferencias en dos polos. Y ese ordenamiento, como anticipan los datos, favorece a Kast.


Un escenario abierto, pero inclinado

Aunque nada está completamente definido antes de las urnas, el panorama actual muestra a Jara partiendo desde atrás, con necesidad de absorber apoyos nuevos, movilizar a su base y sumar adhesiones inesperadas. Kast, en cambio, llega con ventaja en encuestas y con la posibilidad de capturar una fracción significativa del electorado parisinista.

El PDG ha optado por no intervenir en esta disputa. Pero su 20% hacia Kast —y el 2% hacia Jara— se han convertido en señales claras dentro de un escenario estrecho.

La próxima palabra la tendrán los ciudadanos el 14 de diciembre, cuando deban decidir entre dos modelos de país: uno que promete un apriete al modelo neoliberal hasta sus extremos y mayor orden público bajo Kast, o uno que propone una continuidad neoliberal con pinceladas socialdemócratas con Jara. Según Gómez Leyton, el electorado del PDG será, nuevamente, un actor decisivo. Aunque su partido no quiera admitirlo, su votación podría definir al próximo presidente de Chile.



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