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Motosierra, alineamiento y amenaza regional: Kast, Milei y la ruptura de la tradición diplomática chilena

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A menos de 48 horas de haber sido electo presidente, José Antonio Kast realizó una visita a Argentina que encendió alertas políticas, jurídicas y diplomáticas en Chile y en la región. No se trató de un gesto protocolar ni de una señal de buena vecindad: Kast posó públicamente junto al presidente argentino Javier Milei, compartió símbolos —como la ya célebre motosierra— y realizó declaraciones que, según juristas y organizaciones de derechos humanos, colocan a Chile al borde de una ruptura grave con el Derecho Internacional y con su propia tradición en política exterior.

La Asociación de Juristas por la Democracia (AJD), junto a la Asociación Americana de Juristas (AAJ) y la Plataforma Internacional por los Derechos Humanos, emitió una declaración pública rechazando de forma categórica las palabras del presidente electo chileno, quien en Buenos Aires afirmó que respaldaría una eventual acción militar de Estados Unidos contra Venezuela. Para las organizaciones firmantes, estas afirmaciones no solo son irresponsables, sino abiertamente ilegales a la luz del Derecho Internacional vigente.

Una posición incompatible con la Carta de la ONU

La declaración recuerda que la Carta de las Naciones Unidas, en sus artículos 2.4 y 2.7, establece con claridad la prohibición del uso o amenaza de la fuerza contra la integridad territorial o independencia política de cualquier Estado, así como el principio de no intervención en los asuntos internos de otros países. Respaldar una acción militar extranjera contra un país soberano constituye, por tanto, una violación directa de estos principios fundamentales.

Desde esta perspectiva, las palabras de Kast no son una simple “opinión personal” ni una provocación retórica. Son una señal política de alto impacto, que anticipa un eventual giro radical de la política exterior chilena hacia una subordinación explícita a los intereses estratégicos de Estados Unidos, reeditando lógicas propias de la Guerra Fría y de la Doctrina Monroe.

El quiebre de una tradición histórica

Uno de los aspectos más relevantes subrayados por la AJD es que las declaraciones de Kast contradicen los principios históricos que han orientado la política exterior de Chile desde el fin de la dictadura: el respeto a los tratados internacionales, la coexistencia pacífica entre los Estados, la solución pacífica de controversias y el rechazo al uso de la fuerza como instrumento de política exterior.

Estos principios no fueron meros gestos discursivos en el pasado. Constituyeron un consenso transversal que permitió a Chile reconstruir su inserción internacional tras el aislamiento de la dictadura, proyectándose como un país promotor del multilateralismo, la diplomacia y la paz regional. La visita de Kast a Argentina y su alineamiento con el discurso belicista de Washington implican, según los juristas, una ruptura profunda con esa tradición.




Milei, la motosierra y la señal política

La escena no fue menor. Kast y Milei posaron juntos con una motosierra, símbolo del programa ultraliberal y de choque social impulsado por el mandatario argentino. El gesto, cargado de simbolismo, refuerza la idea de una convergencia ideológica entre dos proyectos de ultraderecha que no solo buscan desmantelar derechos sociales en sus respectivos países, sino que también comparten una visión agresiva y confrontacional de la política regional.

Para las organizaciones firmantes, esta convergencia no es inocua. Alimenta un clima de hostilidad regional, legitima discursos de guerra y coloca a Chile en una posición de servilismo frente a una potencia extranjera, con consecuencias impredecibles para la paz en América Latina.

Chile, ¿aliado de una agresión?

La declaración advierte que, de materializarse esta orientación, Chile dejaría de ser un actor promotor de la paz para convertirse en cómplice político de una agresión ilegítima contra un pueblo hermano. No se trata solo de Venezuela: el precedente que se instala es que cualquier país de la región que no se alinee con los intereses de Washington podría ser objeto de amenazas o acciones similares.

En este sentido, las organizaciones denuncian la tentativa de reinstalar la Doctrina Monroe en el siglo XXI, una doctrina que históricamente ha servido para justificar intervenciones, golpes de Estado y agresiones imperialistas en América Latina, con consecuencias devastadoras para sus pueblos.

Un llamado a la sociedad chilena

La AJD, la AAJ y la Plataforma Internacional por los Derechos Humanos hacen un llamado explícito al pueblo de Chile y a sus organizaciones sociales a expresar su rechazo a esta posición del presidente electo. No solo por su ilegalidad, sino porque compromete el futuro democrático del país y su rol en la región.

El texto subraya que el silencio o la pasividad frente a estas señales tempranas equivaldría a una forma de complicidad. Defender la soberanía de los pueblos, el respeto al Derecho Internacional y la solución pacífica de los conflictos no es una consigna ideológica, sino una responsabilidad histórica.

Una alerta temprana

La visita de Kast a Argentina y sus declaraciones no son un episodio aislado, sino una alerta temprana sobre el tipo de política exterior que podría desplegar su gobierno. En un contexto regional marcado por tensiones geopolíticas y disputas entre grandes potencias, la opción por el alineamiento belicista no solo es peligrosa, sino profundamente contraria a los intereses de los pueblos latinoamericanos.

Como advierten las organizaciones firmantes, la paz, la autodeterminación y la justicia internacional no son negociables. Y la defensa de esos principios comienza hoy, antes de que las palabras se conviertan en hechos irreversibles.



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