Poder y Política Portada

La victoria de Kast y el largo ciclo del autoritarismo chileno: Claves para entender el 14 de diciembre y las tareas de la izquierda según Gómez Leyton

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 3 segundos

La victoria de José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial del domingo 14 de diciembre no puede ser explicada como un mero accidente electoral ni como un simple voto de castigo. Tampoco basta atribuirla al enojo difuso de la ciudadanía o al rechazo circunstancial al gobierno saliente. Para el politólogo Juan Carlos Gómez Leyton, académico e investigador de los procesos políticos latinoamericanos, el triunfo del Partido Republicano debe ser comprendido en una perspectiva de largo plazo, vinculada a la estructura social, económica y cultural que se ha consolidado en Chile durante los últimos cincuenta años.

Desde esa mirada, el resultado electoral no representa una anomalía ni una ruptura inesperada, sino la expresión coherente de un proceso histórico profundo: la consolidación de una sociedad neoliberal que, en momentos de crisis, tiende a resolver sus contradicciones recurriendo a salidas autoritarias.

Uno de los datos más significativos de esta elección es que Kast alcanza la presidencia con cerca del 59% de los votos apoyado fundamentalmente en un solo partido: el Partido Republicano. A diferencia de lo ocurrido desde 1990 en adelante, no se trata de una coalición amplia ni de una alianza estructurada de partidos, como lo fueron la Concertación, la Nueva Mayoría o Chile Vamos. Kast gana con un partido propio, disciplinado, ideológicamente coherente y con una base social clara, lo que no se veía desde la vieja democracia previa a 1973.

Este hecho no es menor. Revela la existencia de un núcleo duro, organizado y convencido, que no solo vota por Kast, sino que se reconoce en su proyecto político. Los apoyos posteriores de otras fuerzas de derecha —RN, UDI, Evópoli, el Partido Social Cristiano o los libertarios— no configuran una alianza orgánica: son adhesiones tácticas, no un bloque político con compromisos recíprocos. Esto abre un escenario inédito para el próximo gobierno y para la oposición parlamentaria, pero también da cuenta de una mutación profunda del sistema político chileno.




Gómez Leyton cuestiona con fuerza una de las explicaciones más repetidas tras la elección: la idea de que Kast habría ganado gracias a un voto de rechazo que “no le pertenece”. Según esta narrativa, los electores no votaron por la ultraderecha, sino contra el gobierno, contra la política o contra el sistema. Para el politólogo, este razonamiento es profundamente equivocado y revela una incomprensión grave de la sociedad chilena actual.

¿Por qué —se pregunta— una ciudadanía enojada con el sistema optaría por una alternativa que propone profundizar el neoliberalismo, reforzar el orden autoritario y restringir derechos sociales y políticos? Pensar que ese voto no es de derecha es desconocer la racionalidad social que se ha construido en Chile durante décadas. El votante de Kast no es un sujeto desorientado ni políticamente ingenuo: es el producto de una larga socialización neoliberal, donde la seguridad, el orden, la autoridad y la competencia individual aparecen como valores centrales.

En este sentido, la victoria republicana no puede entenderse sin considerar el fracaso histórico de la izquierda chilena para construir un proyecto alternativo al neoliberalismo. Desde el retorno a la democracia, sostiene Gómez Leyton, Chile ha carecido de una izquierda con capacidad real de disputar el modelo económico y social. Incluso aquellas fuerzas que se presentaron como críticas —incluido el Partido Comunista y, más tarde, el Frente Amplio— terminaron administrando el sistema con leves correcciones, sin cuestionar sus pilares estructurales.

El estallido social de octubre de 2019 abrió una oportunidad histórica para ese quiebre. Sin embargo, esa energía transformadora fue canalizada hacia salidas institucionales que no lograron materializar un proyecto político coherente. El proceso constituyente fracasó, el gobierno de Gabriel Boric abandonó tempranamente su programa original y el progresismo terminó ofreciendo una continuidad moderada del modelo, lo que dejó un amplio espacio para que la ultraderecha construyera su propia narrativa de orden, autoridad y restauración.

Desde esta perspectiva, Kast no aparece como una anomalía, sino como el resultado lógico de una sociedad neoliberal en crisis que busca protección en figuras fuertes. El miedo, la inseguridad, la precariedad y el malestar no se traducen automáticamente en conciencia crítica ni en proyectos emancipadores. Sin organización popular, sin dirección política y sin un horizonte alternativo claro, la rabia se transforma en demanda de mano dura.

Gómez Leyton advierte que este escenario reactualiza un viejo dilema de la política latinoamericana: democracia o autoritarismo. La elección del 14 de diciembre no enfrentó dos proyectos de sociedad radicalmente distintos en lo económico, sino dos formas de administrar el neoliberalismo: una democrática, debilitada y agotada; otra autoritaria, disciplinada y en ascenso. Y en esa disputa, la segunda logró imponerse con claridad.

De cara al futuro, el politólogo plantea que la tarea central de la izquierda no puede limitarse a una oposición parlamentaria ni a la espera pasiva del desgaste del nuevo gobierno. La derrota es profunda y estructural. Exige una reconstrucción política de largo aliento, que vuelva a situar la organización popular, la lucha social y la elaboración programática en el centro de la acción política.

No se trata solo de resistir a Kast, sino de comprender por qué una parte significativa de la sociedad chilena optó conscientemente por su proyecto. Sin esa comprensión, cualquier intento de recomposición será superficial y condenado a repetir los errores del pasado.

La elección del 14 de diciembre no cerró un ciclo: lo abrió. Y lo que está en juego no es solo el rumbo de un gobierno, sino el tipo de sociedad que Chile ha construido —y sigue reproduciendo— desde hace medio siglo.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *