Columnistas

Lo más importante ahora en la campaña electoral

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 30 segundos

En este trance electoral, en  que ya van corriendo varios pingos hacia la primera vuelta en la pista, no importa tanto si en la DC apoyan o no a Jara, si Tohá se suma rápido o si Daza salvará  a Matthei.

Lo más relevante viene en afinar las cuerdas de los programas antes de que partan los primeros acordes de este espectáculo.

La derecha sabemos lo que piensa y ha hecho en sus gobiernos. Su propuesta económica está guiada por textos y doctrinas ortodoxas, casi talmúdicas. Pero en la izquierda tenemos nuevas definiciones, cosa que es natural pues la candidata de este sector viene con la impronta de desafiar al modelo dominante, ese que aunque no retenga el poder ejecutivo, siempre está  mandando, como si estuviera en casa…es decir, mandando a los que mandan.

Ya sabemos que estos gobiernos de cuatro años solo permiten alianzas políticas temporales y bastante acotadas, por lo que son  importantes los pactos parlamentarios entre partidos, con la finalidad electoral de alcanzar mayorías que faciliten sus objetivos.




Pero los programas sociales y económicos  son los relevantes, pues eso interesa a los empresarios y a los ciudadanos por igual.

Sabemos que si fuera por los programas, Chile sería  un oasis o una ruindad, pero, con todo, a pesar que poco se sigue al pie de la letra en términos  programáticos , a la gente (más  ilustrada) le interesa curiosear acerca de para dónde  soplan los vientos y si las nubes vienen más  o menos cargadas de aguas ideológicas.

Lo cierto es que Matthei plantea el mismo discurso secular de la derecha maximalista neoliberal, lo demás  que agrega es  pura         «música” (como bien diría  el ex presidente Lagos).

Kast, en los temas económicos y sociales se va en la volada, dice cualquier cosa que se salga de lo permitido por ese poco usado filtro, llamado sentido común.

Pero “JJ Jara”, como chistosamente la llaman sus enemigos, plantea otra cosa, habla de darle un jalón al mantel,  ese mantel tan bien dispuesto sobre la mesa neoliberal chilena.

Si eso es así,  la amenaza de que se rompa mucha de la vajilla del sistema es evidente y amenazante para todos aquellos que, con esa platería,  disfrutan de un muy abundante banquete.

Hasta ahora, la candidata Jara, de primarias, ha entregado algunas luces generales. Esas luces van posicionándola en una estrategia similar a los “chinos”, especifica ella.

Bien sabemos que el régimen  chino es comunista, es decir es gobernado por un partido único  y no hay “ democracia distinta”…,simplemente no hay democracia. Por tanto la semejanza que debe plantear Jara no es en el plano del régimen político, pues en Chile existe una liberal y plural concurrencia política, es decir nuestro régimen es democrático, por lo menos en lo electoral, pues en lo demás, tiene sus bemoles, baches y renuncios.

A lo que va Jara, es al rescate del modelo económico, dado que China ha logrado crecer hasta pasar de estar en la parte baja del Tercer Mundo, hasta finales del siglo XX, a alcanzar a la principal potencia industrial de Occidente, en términos de producción.

¿Y cuál  ha sido esa estrategia milagrosa?

  • Asumir la lógica expuesta por el genio de Deng Xiao Ping, de no importar el color del gato ( ideológico) con tal que atrape ratones.
  • También la postura del otro genio de la política internacional de la China de Mao, Zhou Enlai, quien planteo las relaciones pacíficas  y abiertas al mundo, que es lo que ha seguido el actual Xi Jinping, al pie de la letra.
  • El rol central de la conducción del Estado, quien en nombre del pueblo define la matriz del desarrollo al mediano y largo plazo.
  • La función libre pero regulada de la actividad privada, para que actúe en simbiosis con los intereses mayoritarios de la nación, y no en contra.
  • Tomar en serio el mayor desafío, cual es el de la integración social acelerada. Entendida esta integración no solo como la reducción  de la pobreza, sino como el ingreso de la mayoría  de la población  a la competencia moderna con todas las herramientas de la educación  y el ingreso económico.
  • Caminar con LOS DOS PIES: crecimiento más integración; mercado interno y mercado externo; agricultura más  industrialización; cultura y ciencia y desarrollo; planificación y mercado.

 

En muchos de  estos componentes está  el centro de las estrategias seguidas por diversos países del Asia emergente, desde Japón  desde la era Meiji ( 1868-1912) hasta los “Tigres”.

El éxito  de estas economías, tanto en el siglo XX (modelo Keynesiano de postguerra)  como en el siglo XXI, bajo el modelo neoliberal, ha sido apabullante: casi duplica la tasa promedio de inversión  de las economías  occidentales, triplica la tasa de crecimiento de la mayoría  de las más  reconocidas economías de Occidente.

La tasa de incorporación  tecnológica promedio de los llamados “tigres asiáticos” ha sido por las últimas tres décadas  de sobre el 350%, La de China ha llegado al 2000%. Mientras que nuestra América Latina ( incluido Chile), en el mismo tiempo no supera una incorporación tecnológica a sus economías  del 60%.

A todas luces hemos seguido la receta equivocada, respecto a las estrategias de desarrollo en tiempos de la globalización.

Lo extraño es que con más  de una década  de estancamiento y con una explosión social de por medio, no surge ningún  espécimen similar al gran Deng  Xiaoping, que predique un golpe de timón. Esto pareciera deberse a que la dominante ideológica  del capitalismo ultroso es ahora más  feroz de lo que podía  ser la del comunismo de Mao o del actual comunismo de China del siglo XXI, que siempre revisa sus estrategias para actualizar sus opciones.

Pero acá,  en el Chile momificado, seguimos fiel por 50 años a una estrategia económica y socialmente fallida.

Esto es lo que interesa discutir ahora, que es una temporada en que las voces son audibles, pues una vez que se llega al gobierno suenan más los tambores de guerra por los cargos y los pitos de las oposiciones, por sacar roncha a los contrincantes y animar a sus barras bravas a no perder el empuje que los lleve al poder. Es decir, pura camorra, nada serio que eche a andar a este barco, a la deriva de vientos cruzados.

 

Hugo Latorre Fuenzalida

 

 



Foto del avatar

Hugo Latorre Fuenzalida

Cientista social

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *