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Jeannette Jara y el difícil equilibrio entre la política interna y Cuba

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 19 segundos

La reciente entrevista de Jeannette Jara en TVN, en la que se le volvió a preguntar por Cuba, dejó en evidencia uno de los terrenos más sensibles para la izquierda chilena y, en particular, para el Partido Comunista. La candidata presidencial, militante comunista y exministra del gobierno de Gabriel Boric, afirmó que el régimen cubano “claramente no es una democracia”, una frase que de inmediato fue amplificada por los medios tradicionales, varios de los cuales titularon insinuando que había calificado a Cuba de dictadura.

Ese matiz es crucial. Jara no utilizó el término dictadura, que históricamente ha sido una línea roja para el Partido Comunista y para gran parte de la izquierda que mantiene lazos de solidaridad con la isla. Sin embargo, el reconocimiento explícito de que Cuba “no es democracia” marca un giro discursivo respecto de lo que ella misma había sostenido en el pasado, cuando hablaba de “un sistema democrático distinto del nuestro”.

La presión mediática y política

El episodio debe leerse en un contexto de alta exposición y presión mediática. Desde hace meses, los medios hegemónicos han instalado la idea de que cualquier candidato o candidata vinculada al PC debe pronunciarse sobre Cuba, Venezuela o Nicaragua. Es un libreto conocido, que busca tensionar las alianzas progresistas y sembrar divisiones internas.

En esta ocasión, la estrategia apunta a desgastar la candidatura de Jara, tensionar su relación con el Partido Comunista y crear ruido en la coalición de centroizquierda que ella aceptó encabezar, y que incluye desde socialistas hasta sectores democratacristianos.




El silencio del PC

Hasta ahora, ningún dirigente del Partido Comunista ha salido públicamente a comentar las declaraciones de Jara. Un silencio que habla tanto de la incomodidad como de la cautela. No es un tema menor: el PC ha sostenido durante décadas una relación de solidaridad política con el gobierno cubano y la isla sigue siendo un referente histórico en la tradición comunista. Una ruptura abierta sería un golpe fuerte para la identidad del partido, pero a la vez, el silencio evita alimentar la polémica y dar pie a que los medios instalen la narrativa de un quiebre.

Una coalición amplia y sus costos

Jara es consciente de que su candidatura se juega en un escenario amplio, donde convergen partidos de centroizquierda e incluso la Democracia Cristiana. En ese marco, su declaración puede leerse como un gesto destinado a dar garantías a sectores moderados que observan con recelo la relación del PC con Cuba. El costo, sin embargo, es el riesgo de alienar a una parte de la izquierda más tradicional que podría sentir que se cede en principios históricos.

La trampa de la derecha

Al instalar esta discusión en el centro del debate, la derecha y los medios que la respaldan logran desviar el foco desde los temas urgentes —desigualdad, derechos sociales, concentración de la riqueza— hacia un terreno donde buscan mostrar a la izquierda como dividida o inconsecuente. No es casual: se trata de un libreto similar al que se ha visto en otros países de la región, donde las candidaturas progresistas son permanentemente forzadas a pronunciarse sobre Cuba o Venezuela en vez de debatir los problemas propios de cada país.

Un equilibrio aún pendiente

El desafío para Jara será sostener una narrativa que no reniegue de su historia y pertenencia comunista, pero que a la vez pueda dialogar con una coalición más amplia y con sectores de la sociedad que exigen posiciones claras sobre derechos humanos y democracia. Su frase —“claramente no es una democracia”— marca un punto de inflexión, pero no necesariamente una ruptura. Más bien refleja el delicado equilibrio de una candidatura que se mueve entre las exigencias de la política interna chilena y las lealtades históricas de la izquierda latinoamericana.

La pregunta que queda abierta es si este episodio será solo un tropiezo mediático amplificado por la prensa opositora, o si logrará instalar dudas más profundas en su base política. Por ahora, lo que queda claro es que la derecha encontró en Cuba una nueva arma para intentar minar la candidatura de una dirigente que encarna la posibilidad de una izquierda moderna, amplia y con opciones reales de llegar a La Moneda.

Simón del Valle



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Simon Del Valle

Periodista
  1. Margarita Labarca Goddard says:

    Las declaraciones de Jara son oportunismo puro. No le van a atraer votos de la derecha y le van a enajenar muchísimos de la izquierda.
    Sus dichos son peores que los de Carolin Tohá. Tenia muchas posibilidades de ganar, antes de lanzarse contra la revolución cubana. Pero ya perdió y la patria de Salvador Allende va a tener a un presidente nazi, qué verguenza.

  2. «Donde no hay igualdad de derechos y oportunidades no hay democracia» ; así es , y puede ser por ello que( me sorprendió leerlo) «el 65 % de los rusos añora la época soviética» , contradiciendo , al parecer, una de las mayores mitologías históricas .

  3. Patricio Serendero says:

    Que la Derecha utilice Cuba como arma política contra candidatos a cualquier cosa es viejo como el hilo negro.
    Que los candidatos(as) a quienes se les plantea el dilema «democrático» caigan en esa trampa abusurda es lamentable. Una y otra vez.
    Lo divertido es que se habla de democracia como si esta existiese. En cualquier país donde no todos son iguales en derechos y oportunidades y deberes, no hay democracia. Que los burgueses digan que es democracia su sistema es comprensible. Pero esta no existe. En el caso de Chile bastaria mencionar la inexistencia de los derechos de los pueblos originarios, o el que la clase dominante tenga comprada la política. O en que existe una justicia para los ricos y otra para los pobres. A eso llaman democracia?

  4. Es simplemente repugnante: silencio total sobre las amenazas de Trump a nuestro cobre y exportaciones, sobre su apoyo al genocidio de Gaza , sus acciones criminales en el mar Caribe ; nadie interpela a Kast por su apoyo entusiasta a Trump : Sólo está permitido hablar de Cuba .

    • Serafín Rodríguez says:

      Pero si para eso tenemos a Boric, quien con sus palabras en la ONU le da lecciones de ética política al resto del mundo con la valentía sólo propia de los grandes hombres de estado y estadistas.

  5. Serafín Rodríguez says:

    En síntesis, primero Cuba era una democracia distinta pero lo que quiso decir es que es un sistema político distinto y ahora no es un sistema democrático aunque no ha dicho que sea una dictadura y lo que pasa en Cuba es todo culpa del bloqueo según también ha dicho Jara, y los dichos de Jara, culpa de la trampa de la derecha según el artículo.

    Supuestamente, como abogado, Jara es una mujer educada pero por lo visto no muy inteligente como candidata pues si tal como sugiere el artículo cayó en la trampa de la derecha, pudo haberla evitado. Nadie la obligó a decir nada de lo que ha dicho.

    La verdad es que a estas alturas, ya dan ganas de llorar…

    • Exacto , y además comento que en este preciso instante estoy escribiendo mientras tengo ,en la mitad superior de la pantalla, una propaganda de Kast ; otra más ! : no han dejado de aparecerme mientras reviso Clarín

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