
La reaparición del centro: Tohá y Jara buscan afirmar la unidad ante la amenaza ultraderechista
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La escena ocurrió en el restaurante Divertimento, en Providencia. En una mesa larga, compartieron cena Jeannette Jara, Carolina Tohá, Sergio Bitar, Francisco Vidal, Guido Girardi, Ana Lya Uriarte y Ricardo Solari. Era más que una reunión de camaradería: fue la recomposición visible del viejo mapa progresista chileno, el reencuentro de la ex Concertación con la izquierda del actual oficialismo en un contexto electoral cargado de incertidumbre y amenaza autoritaria.
A pocos días del cierre de campaña, la cita fue un gesto político cuidadosamente diseñado. Tohá, otrora ministra de Boric y una figura central del mundo liberal de centroizquierda, reapareció junto a Jara, candidata del Partido Comunista y ganadora de las primarias del oficialismo. El objetivo no fue ocultado: afirmar la unidad y proyectar una candidatura capaz de ampliar su base hacia el centro político, frente al avance de la ultraderecha representada por José Antonio Kast y Johannes Kaiser.
De la distancia a la convergencia
Durante las primarias, la relación entre ambas había sido distante. Tohá fue crítica del peso del PC dentro del gobierno y de la estrategia de la ministra de Trabajo. Sin embargo, ahora la aritmética electoral impuso su propia lógica. Con tres candidaturas de derecha en competencia y Jara estancada en torno al 30%, según las encuestas, la posibilidad de un triunfo en primera vuelta es remota.
El escenario más probable es una segunda vuelta polarizada, donde la centroizquierda liberal puede inclinar la balanza.
En ese marco, el reencuentro entre Tohá y Jara funciona como una señal hacia el electorado moderado, aquel que confía en Tohá pero recela de Jara por su filiación comunista. Una forma de transmitir que la continuidad democrática, el orden institucional y el progresismo social no están en riesgo con una candidatura de izquierda, sino precisamente con la irrupción del neofascismo local.
La estrategia: reconstruir el eje progresista
En entrevista con 24 Horas, Tohá definió con claridad el sentido de su respaldo:
“Me parece importante aportar a que Chile no quede como un país más en esta ola derechista que estamos viendo en todo el mundo, que no es cualquier ola derechista: es una ola de una derecha radical”.
Sus palabras no sólo aluden a la coyuntura electoral, sino a un fenómeno global: el desplazamiento del electorado hacia opciones autoritarias y el repliegue del liberalismo democrático. En ese contexto, Jara representa la continuidad de un proyecto social y redistributivo, mientras que Tohá encarna la garantía institucional y la experiencia de gobierno que puede tranquilizar a los sectores medios.
Lo que está en marcha es una operación política de convergencia, similar a la de 2021 cuando todo el arco de la centroizquierda se alineó tras Gabriel Boric para frenar a Kast. La diferencia ahora es que el escenario se ha derechizado, y la amenaza parece más orgánica, más instalada en el tejido social.
“Bienvenida la Concertación”
El gesto de Tohá fue leído dentro del oficialismo como un retorno simbólico de la Concertación, no como coalición partidaria, sino como idea: la necesidad de articular una mayoría amplia frente al peligro autoritario.
Los exministros y viejos políticos presentes en la cena —Bitar, Vidal, Girardi, Uriarte, Solari— representan esa memoria de gobernabilidad que el progresismo perdió durante la última década y que hoy supuestamente vuelve a valorarse ante el avance del populismo de ultraderecha.
Tohá lo expresó en términos directos: “Hay personas que han apoyado a Matthei diciendo que no quieren estar en los extremos. Pero aquí no hay dos extremos simétricos. La derecha que tenemos hoy es más radical, más intolerante, más ortodoxa. La izquierda, en cambio, se ha moderado, ha integrado a distintos sectores”.
La exministra busca con ese discurso reinstalar el equilibrio del progresismo chileno en el espacio del orden democrático, recuperando a ese electorado que en los últimos años se desplazó hacia opciones conservadoras por temor o desconfianza.
Un nuevo mapa para la segunda vuelta
El encuentro entre Tohá y Jara cristaliza una lectura compartida en el oficialismo: sin ampliar hacia el centro liberal, no hay triunfo posible. En esa estrategia, figuras como Tohá pueden jugar un rol clave en tender puentes con votantes huérfanos de la ex Concertación, así como con sectores empresariales o profesionales que temen el retorno de un ciclo de conflicto político.
El horizonte es claro: la segunda vuelta se decidirá entre un bloque democrático amplio y una derecha radicalizada.
El desafío de Jara será demostrar que puede liderar ese bloque sin renunciar a sus convicciones, y el de Tohá, que puede acompañarla sin diluir su identidad. En ese equilibrio —entre continuidad y apertura, entre memoria y pragmatismo— se juega el próximo ciclo político chileno.
Simón del Valle






Serafín Rodríguez says:
Jara ha buscado persistemente el apoyo del tal llamado «Socialismo Democrático» y su clientela electoral pero el hecho es que su magro 30% que es prácticamente equivalente al de Boric y su gobierno del cual ese «socialismo» es parte con Elizalde como el invitado de piedra más notable, ya lo incluye. Tal vez en primera vuelta o en el balotaje logre subir a un 42% o algo así, pero de ahí no pasa! A Jara no la salva ni Bachelet, quien en los hechos nunca se comprmetió con ella. Mucho menos Tohá! Por otra parte, el PC tiene más que claro que si su militante — o he de decir «militanta»— llegara a ganar, sería un desastre ideológico para el partido con una Presidenta que incluso podría romper filas.
Serafín Rodríguez says:
Jara ha buscado persistemente el apoyo del tal llamado «Socialismo Democrático» y su clientela electoral pero el hecho es que su magro 30% que es prácticamente equivalente al de Boric y su gobierno del cual ese «socialismo» es parte con Elizalde como el invitado de piedra más notable, ya lo incluye. Tal vez en primera vuelta o en el balotaje logre subir a un 42% o algo así, pero de ahí no pasa! A Jara no la salva ni Bachelet, quien en los hechos nunca se comprmetió con ella. Mucho menos Tohá!
Estorno says:
Reafirma mi voto nulo..
Serafín Rodríguez says:
De seguro que Jara le ofreció a Tohá nombrarla Ministra del Interior y Seguridad Pública… 😂