
Actualmente, la gran mayoría del jurel capturado en aguas chilenas —especialmente en la Región de Coquimbo— se destina a usos industriales, principalmente a la elaboración de harina, mientras solo una mínima fracción termina en las mesas de las familias del país. Esta realidad responde a una distribución desigual de cuotas de captura: la pesca artesanal solo accede al 10%,













