El futuro del socialismo no está necesariamente en las grandes fábricas, ni en los comités de partido, sino en las pequeñas luchas cotidianas por la dignidad y la justicia social. Está en la lucha por un salario digno, por el acceso a la salud y la educación, por el derecho a una vivienda decente y por la justicia climática. Está en la resistencia a un sistema que parece