Corrientes Culturales

Valparaíso, cueca porteña en la escalera

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Fotos: Guillermo Correa Camiroaga

Valparaíso es una ciudad mágica y al recorrer sus cerros, callejuelas y escaleras, sus muros multicolores con el arte popular del mural acompañan tu caminata. Aún cuando hayas transitado muchas veces esos mismos rincones, siempre hay algo nuevo que te sorprenderá, alguna fachada que no habías observado, los detalles de una puerta, la imagen de una porción de arquitectura resaltada  por los rayos del sol, o la sombra de la misma proyectada sobre el pavimento. Pero también están las personas que recorren estos lugares, quienes se transforman en personajes de una obra de teatro espontánea sobre este escenario escalonado.

 

Esto último fue lo que me sucedió uno de estos días de festividades dieciocheras, cuando al caminar por el pasaje Gálvez los sonidos inconfundibles de la cueca porteña me invitaron a seguir su ritmo y así llegar a la escalera Fisher, esa que bajando desde el cerro Concepción conecta con la calle Urriola, en donde me encontré con un hermoso y colorido espectáculo musical emplazado en mitad de la misma.

 

 

En un pequeño descanso o explanada ubicada en la mitad de la escalera, tres muchachas y dos jóvenes, con pandero, guitarras, cuatro y acordeón, interpretaban cuecas choras o porteñas, mientras los transeúntes que descendían o ascendían observaban con curiosidad. Algunos continuaban su camino, pero otros se detenían a gozar de  la música y el baile. Espontáneas parejas se acomodaban en los recodos de la escalera para bailar y completar con su coreografía esta obra artística de expresión popular emplazada libremente en el espacio urbano.

 

 

La escalera se llenó de parejas bailando cueca porteña, esa que se baila así como estás vestido, sin ataduras ni diferencias entre hombres y mujeres, ignorando las vestimentas y  los esquemas tradicionales de la denominada cueca de salón, aquella danza tradicional que reproduce las estratificaciones sociales, las diferencias de clase y la cultura patriarcal de las elites dominantes.




 

 

 

Alrededor de dos horas duró este espectáculo montado sobre el escenario improvisado de uno de los tantos rincones porteños. Esta intervención de arte callejero fue organizada por las y los integrantes de un local llamado Valparaíso Profundo, ubicado en la mitad de la escalera Fisher, precisamente en frente de donde se monto el “escenario”, que amalgama la gastronomía tradicional con el teatro, la poesía, la música y el arte en general. El grupo musical se llama “Las Mestizas”,  nació en el mítico Bar Liberty de Valparaíso hace algunos años atrás y  sus integrantes se han  consolidado como cultoras de la cueca porteña, cueca brava, cueca chora o cueca urbana, como también se le conoce.

 

 

 

 

Así, una simple caminata a mediodía – por el cerro Concepción en esta ocasión – germinó  mágicamente en una alegre explosión de música y baile, transformando el espacio urbano en un escenario al aire libre, en donde las porteñas y porteños, y también muchos extranjeros y extranjeras, se transformaron en espectadores y actores de esta grata expresión de arte popular. 

 

    

Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 18 septiembre 2019



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