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Los historiadores de la derecha, en su mayoría, confunden la historia patria con la genealogía de su familia oligárquica. Muchos de los llamados “próceres” no eran más que agentes de la “pérfida Albión”, buscapleitos, ladrones y bandidos. ¿Qué otra cosa se podía esperar de Bernardo O´Higgins, el dictador, presumiblemente culpable de los asesinatos de los hermanos Carrera (Juan José, Luis y Miguel), y de Manuel Rodríguez? Diego Portales, el comerciante del Estanco, los Presidentes Montt, Manuel y Pedro respectivamente, (el último, responsable de la matanza de Santa María de Iquique).

En la historia más reciente, Salvador Allende estaba muy lejos de ser un ideólogo, y poco sabía acerca de los textos de Carlos Marx, que se los había enseñado, en forma muy sucinta, el anarquista italiano, Juan Demarchi, que se desempeñaba como carpintero, (según el último libro, Allende, del español Amorós).

El ideólogo del socialismo fue Clodomiro Almeyda, pues la mayoría de los fundadores del Partido Socialista eran más prácticos que teóricos. Eugenio Matte Hurtado, (gran maestro de la masonería), Marmaduke Grove, (militar, inspirador de la República Socialista de los 12 días), Carlos Alberto Martínez, (anarquista), aglutinaban las grandes tendencias que marcaron la historia del “liberalismo rojo”, nacido en el siglo XIX.

El socialismo chileno siempre fue crítico de la socialdemocracia y de la Internacional Comunista: nunca dejó de condenar, por ejemplo, las invasiones de la Unión Soviética a la RDA, Hungría y Checoslovaquia.




Allende bebió la cultura de la masonería y también de su abuelo, a quien admiraba, llamado históricamente, “Allende el rojo”. La concepción sobre la historia de Chile, por parte de Salvador Allende, era bastante tradicional, (recibida de Diego Barros Arana, y copiada en versión reaccionaria por Francisco Antonio Encina), de ahí su admiración por las Fuerzas Armadas, que sólo han actuado para masacrar a su propio pueblo, con contados momentos progresistas, que se dieron en los años 30, (durante la República Socialista de los 12 días).

Los compañeros de generación de Allende leían la historia de la Guerra del Pacífico, de Gonzalo Bulnes, militarista que no entendió que la guerra la habían ganado los civiles, (Rafael Sotomayor Baeza y José Francisco Vergara), y no los militares y marinos, encabezados por el general Baquedano, que enviaron a la muerte a los “rotos”, bajo bayoneta calada, (el único héroe naval chileno, Arturo Prat fue, más bien un abogado, y no un marino).

Según el historiador Amorós, Salvador Allende nació en Santiago, no en Valparaíso, como lo cree mucha gente. Vivió su infancia en Tacna cuando era chilena, y el gobierno enviaba a curas y profesores para “chilenizar” la provincia y hacer resaltar nuestra historia.

Más tarde vino a estudiar a Santiago, en la Escuela Medicina de la Universidad de Chile e incursionó en política como candidato a diputado por Valparaíso, donde ganó tal cargo. Posteriormente, fue nombrado ministro de Salubridad, durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, además, testigo del golpe de Estado, encabezado por el general Ariosto Herrera, y escuchó del Presidente que se negaba a renunciar y cumpliría su mandato, (frase que Allende, ya como Presidente, repetía varias veces).

Richard Nixon era llamado “Richard, el tramposo”, (bueno para apoderarse del dinero en las campañas electorales), a tal grado que  D. Eisenhower, IKE, pensó mucho tiempo antes de incluirlo como candidato a Vicepresidente, en su segunda campaña: Nixon, aunque carente de escrúpulos, era un político muy hábil; ya en su cargo de Vicepresidente viajó a América Latina, done fue muy mal recibido, (sobre todo en Caracas, donde venía de caer el dictador Marco Pérez Jiménez, (llamado el “sapo con banda”). La Junta de transición venezolana estaba aterrada ante semejante vejamen propinado a Nixon; el único que tuvo cierto grado de dignidad fue el almirante Larrazábal y, el más indigno fue el civil Rómulo Betancourt, (más tarde fue Presidente de Venezuela).

John F. Kennedy, recién derrotado en Bahía Cochinos, estaba claro en que Estados Unidos tendría que cambiar de política, y dejar de favorecer a los tiranillos bananeros e inclinarse por gobiernos democráticos, de discurso progresista. La Democracia Cristiana caía justo para implementar la política propiciada por Kennedy, “Alianza para el Progreso”, que ya había fracasado en Venezuela y Colombia.

Estados Unidos y los Partidos Democratacristianos de Alemania e Italia habían juntado millones de dólares para financiar una campaña de terror que permitiera el triunfo de Eduardo Frei Montalva, en detrimento del de Salvador Allende, (1964). Ya, en 1958, Allende había perdido por apenas 30.000 votos frente al derechista Jorge Alessandri Rodríguez.

El 5 de septiembre de 1970, Richard Nixon manifestó que cómo un pueblo podía ser tan torpe y de corta visión para haber elegido a un candidato comunista, y agregó que ordenaría a la C.I.A. que evitara, por todos los medios posibles, incluido un golpe de Estado, que Salvador Allende asumiera la presidencia de la república.

Henry Kissinger, Secretario de Seguridad Nacional, justificó la participación de Estados en el derrocamiento de Allende recordando que, en 1962, había tenido lugar la crisis de los misiles rusos, instalados en las playas cubanas, y que, además, en Cienfuegos se instalaría una Base de submarinos soviéticos.

Nixon hacia expresado antes que de tomar el poder Allende, América Latina sería como un “sándwich rojo”, con gobiernos comunistas por doquier.

La instalación del socialismo a través de las urnas también era un mal ejemplo para Europa, pues sería imitado por Francois Mitterrand, en Francia, y la alianza Democratacristiana comunista en Italia, (acuerdo histórico que ya había intentado Aldo Moro).

Salvador Allende siempre dijo que Chile no sería una Base, ni de los soviéticos, ni de los norteamericanos, lo cual era prácticamente imposible en plena guerra fría.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

28/08/2020

 

 

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  1. hugo randier says:

    Para que comentar si dos de mis amigos muertos son, en especial, Arsenio, compañero
    de trabajo ( INE ) de 1960 a 1973.
    He vivido esos momentos y no es solo palabrerío periodístico de ocasión.
    Arsenio Poupin Oissel, Subsecretario General de Gobierno: Algo más lejaos, Enrique
    París Roa, consejero personal del presidente. Luego Toledo, en comisión de Servicio
    en la Oficina Nacional de Distribución dirigida por el General Alberto Bachelet.
    Arturo Prat Palma, muerto en Valdivia.. Alejandro González C, asesinado en
    Chacabuco. Jorge Peña Hen, asesinado en La Serena. Roberto A. Meneses, torturado
    en la calle Londres . Orinaba sangre y m urió en el mas siguiente. Etc. etc…
    Se dice vulgarmente: otra cosa es con guitarra……Así es la cosa…

  2. Pensar que yo viví esa etapa y era una jovencita en la U de Chile y cuando fue a visitarnos pude escucharlo de muy cerca , había un respeto y admiración muy profunda en los jóvenes de toda esa época por su claridad de ideas políticas y su consecuencia ideológica.Ademas que cunplio gran parte de las 40 medidas ,que el Golpe le impidió completar . Esos desgraciados de los camioneros hoy me recuerdan su gran traición.

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