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Estados Unidos al borde de una crisis política

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El día en política en Estados Unidos: el FBI desarmó un complot ultraderechista para realizar un golpe de Estado en Michigan, líderes legislativos promueven un mecanismo para declarar incapacitado al presidente, éste instó el arresto de sus contrincantes políticos, la “cura” para el Covid-19 proclamada por el presidente antiaborto se obtuvo de células de un feto, un senador republicano afirmó que Estados Unidos no es una democracia y una mosca se convirtió en la estrella del debate entre candidatos a la vicepresidencia.

El FBI informó que detuvo a seis hombres acusados de un complot de terrorismo doméstico cuya intención era secuestrar a la gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer, derrocar  ese gobierno estatal antes de las elecciones del 3 de noviembre y llevarla a un lugar remoto para “enjuiciaría”. Según las autoridades, los hombres forman parte de una milicia ultraderechista. Las milicias armadas fueron parte de protestas de hombres armados, contra las medidas de mitigación de la pandemia, incluyendo la sana distancia, uso de cubrebocas y cuarentena en abril, apoyados por Trump quien tuiteó: “Liberen Michigan”.

Otros siete integrantes de la milicia enfrentan cargos estatales por amenaza de terrorismo -contemplaban atacar a policías y el capitolio estatal para detonar una “guerra civil”. La gobernadora deploró hoy la negativa de Trump para condenar a supremacistas blancos y milicias y declaró que “cuando nuestros líderes se reúnen con, alientan o fraternizan con terroristas domésticos, legitimidad sus acciones y son cómplices”.

El FBI y otras agencias federales han declarado recientemente que las agrupaciones de milicias ultraderechistas y supremacistas blancas representan la principal amenaza interna a la seguridad nacional de Estados Unidos.




El presidente Donald Trump, en sus primeros comentarios públicos extensos desde que dio positivo de Covid-19 la semana pasada, llamó por la persecución penal de su contrincante político Joe Biden y el ex presidente Barack Obama -y se quejó de que su propio procurador general Bill Barr, su secretario de Estado Mike Pompeo y su director del FBI Christopher Wray, no se “han movido” para hacerlo- al retomar su acusación de que fueron parte de un complot para derrocarlo con las investigaciones “falsas” sobre la mano rusa en la eleccion de 2016.

En esa misma entrevista con Fox Business, llamó a la candidata demócrata a la vicepresidencia, la senadora Kamala Harris, “un monstruo” y “una comunista”.

Sus declaraciones, aún mas erráticas de lo usual y con tonos casi histéricos -tal vez porque las encuestas están registrando su creciente desventaja contra Biden a 26 días de la eleccion- fueron aún más sorprendentes al criticar a Barr y Pompeo quienes han sido sus subordinados más cercanos y fieles.

En la misma entrevista, Trump insistió en que se siente bien y que no piensa que sea “contagioso” aunque los expertos médicos señalan que los recién diagnosticados siguen siendo peligrosos por entre una semana y 10 días después de dar positivo.

Y resulta que el coctel de medicamentos de anticuerpos que el presidente ingirió durante sus cuatro días hospitalizado y que el miércoles llamó falsamente “una cura” contra el Covid que pronto ofrecerá gratuitamente a todos los que lo necesiten, fue originalmente desarrollada con células derivadas del tejido fetal de un aborto. El gobierno de Trump suspendió todos los fondos federales para cualquier investigación científica empleando esas células por su supuesto principio antiaborto.

Por cierto, en una decisión sin precedente, una de las revistas médicas más prestigiosas a nivel mundial, el New England Journal of Medicine, publicó un editorial condenando el “fracaso asombroso” del gobierno de Trump en manejar la pandemia y pidió que fuera expulsado del poder en las elecciones. “Cuando se trata de la respuesta a la crisis de salud pública más grande de nuestros tiempos, nuestros actuales líderes políticos han demostrado que son peligrosamente incompetentes”.

 

Debates, democracia, moscas

Al mismo tiempo, líderes legislativos demócratas encabezados por la presidenta de la cámara baja Nancy Pelosi presentarán este viernes una medida para establecer una comisión bipartidista para evaluar la capacidad física y mental del presidente a fin de determinar si debería rendir sus poderes a su vicepresidente bajo la 25 Enmienda de la Constitución. La maniobra es simbólica, ya que no prosperará como proyecto de ley.

Por otro lado, el poderoso senador republicano Mike Lee de Utah asombró a muchos cuando comentó por tuit que “nuestra forma de gobierno no es una democracia. Es una república constitucional”, y que “la democracia no es el objetivo” del sistema político estadunidense. No se sabe si está confesando un secreto de Estado o si esta sufriendo fiebre ya que es uno de los legisladores federales recientemente contagiados por Covid-19.

Mientras tanto, Trump rechazó de inmediato la propuesta por la comisión independiente encargada de los debates presidenciales de realizar de manera virtual el próximo debate programado con Biden para el 15 de octubre -porque el presidente está contagiado.

Y el candidato demócrata Biden ha continuado sosteniendo eventos electorales sin gran espectáculo -tal vez porque, como comenta el analista electoral Dave Wasserman del Cook Political Report-, “por el momento, Biden está ofreciendo una clase magistral sobre cómo permitir la autodestrucción de la candidatura de tu opositor”.

Para acabar, resulta que una mosca se convirtió en la estrella del debate entre los candidatos a la vicepresidencia realizada el miércoles. Tal vez es más comentario por la calidad del contenido del intercambio o sencillamente lo aburrido que suelen ser intercambios de frases ensayadas entre políticos, pero una mosca que aterrizó y permaneció un rato sobre la cabellera blanca y perfectamente peinada del vicepresidente Mike Pence se volvió viral y el enfoque de todo tipo de bromas, comentarios y nuevos productos de propaganda como un matamoscas que salió a la venta pocas horas después por la tienda de la campaña de Biden.

Fue un día mareador que ofreció una imagen de una república aparentemente al borde de una crisis política (y tal vez mental).

 

Por David Brooks



Corresponsal La Jornada

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