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Izkia Siches: “Este es un gobierno de infelices”

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El viernes en el programa “Cosa Nostra”, que conduce Mirko Macari y Alberto Mayol, la doctora Izkia Siches, desnudó al gobierno.  Se puso el estetoscopio y auscultó al presidente Piñera, a sus ministros y concluyó examinando al mocerío, encargado del aseo de la Moneda. Nadie quedó sin ser revisado por esta médica, que sabe engrifarse cuando corresponde. Ella expresó en el programa: “Este es un gobierno de infelices”. Enrique París, Ministro de Salud, tras las críticas de Izkia Siches, manifestó: «A palabras infecciosas, oídos penicilínicos». Cualquiera habría pensado que el ministro, de profesión médico, hubiese citado a Hipócrates y a Louis Pasteur, para enriquecer el debate público. Referirse por ejemplo a las pandemias que asolaron la humanidad en la Edad Media o a las pestes que desde Europa, traían a América los conquistadores. En tal caso, habríamos presenciado una discusión de alto nivel académico. Enriquecedora, donde la mediocridad en los debates se ha enseñoreado. Similar a esos simposios internacionales, donde concurren premios Nobel. Sin embargo, Paris, que quizá no conozca París, utilizó el lenguaje pedestre, donde la frase utilizada, ni siquiera es graciosa. O de doble sentido, para mitigar esta infinita pandemia. Se debe reconocer que, cuando habla en TV, es medido su lenguaje. Su expresión adquiere cierta solemnidad de catedrático. A veces, bien puede ser el encargado de informar de las alternativas bursátiles de la Bolsa de Comercio. O del tiempo si se prefiere, o en calidad de empresario fúnebre, ofreciendo sus productos.

Andrés Longton, alejado del lenguaje académico, el cual parece no dominar, y vistiendo ropajes del señor obispo, se dirigió a la doctora Izkia, sierva crítica, y habló ex cátedra: “Debe retractarse y que pida disculpas, por parte de las opiniones vertidas”. Nuestra doctora, arriesga la excomunión, si desobedece a Monseñor Longton. ¿Cuál será su destino si no respeta las normas de la liturgia y opta por seguir el camino de la incredulidad? Ella, en calidad de diestra esgrimista, sabrá esquivar las arteras estocadas de este interventor, dedicado a recibir los diezmos de la grey. Entre limosna y limosna se acrecienta el peculio de cualquiera. Desde hace tiempo, ansía mejorar su dinastía, aburrido de ser acólito del jefe. Otros dos gentilhombres, Juan Manuel Fuenzalida y Gustavo Sanhuesa, encargados del ropero presidencial y de la velería de la Moneda, acusan a Izkia de querer posicionarse como líder política del Frente Amplio. La observan como una potencial adversaria a sus intereses electorales y se esfuerzan por destruirla, como lo hacen con otros candidatos a la presidencia. Se enfurecen, pues a los señoritos, nadie les puede disputar el manejo y usufructo del Granero Real. Tienen la concesión a perpetuidad.

Izkia Siches en parte de su intervención en el mentado programa, como se ha dicho, acusó de infelices a los funcionarios del gobierno. Es decir, personas de suerte adversa, no felices. O si se quiere, como lo define el diccionario: bondadosos y apocados. En este punto, Izkia es generosa. ¿Acaso pueden ser infelices quienes deciden los destinos del país y lo manipulan y desangran? Estos infelices son los encargados de hacer fiestas multitudinarias en Cachagua, donde todo es lícito. Como viven entre Reñaca y Zapallar, saben disfrutar de la vida. Al llegar el invierno, se trasladan al hemisferio norte, en busca del sol. Desde luego, los verdaderos infelices, van por un fin de semana a Cartagena y hasta se atreven a frecuentar El Tabo. De ahí no se mueven. Ahora, si Izkia Siches utilizó un sarcasmo, tan propio de mentes lúcidas, logró herir la delicada epidermis de tanto señorito a la violeta.

La semana que se inicia viene cargada de declaraciones, tergiversaciones y desmentidos a granel. Cualquiera sospecha, pues se trata de una fórmula destinada a descubrir la verdad. El gobierno maneja una encuesta secreta, donde pierde por paliza las elecciones de abril. A seguir en pandemia, hasta que la borregada cambie de opinión.




 

   Por Walter Garib

 

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Escritor

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  1. ramon roman says:

    Realmente me enfurece esta doctora por usar este language tan suave para describir e actual gobierno y a los que lo rodean. ¿Infelices? Ya describió el articulista lo que esta expresión conlleva, pero que el pueblo le ha dado un significado más nefasto. Ahora, ¿desgraciados? Náaaa, ¿Sin gracia estos ue ones? Náaa, estos muchachitos y muchachitas han demostrado que si tienen gracia para para empelotar a Chile y los chilenos de sus riquezas naturales y justificar la privatizacion de los derechos fundamentales de los chilenos, más bien son hijos de PU.., pero que culpa tienen esas mujeres que hacen de un goce sexual una profesión, luego, náaa, Qué tal ¿chu ch.. de sus maires? Náaa, ese garabato está muy trillado y no causa enojo a nadie. ¿Ladrones, delincuentes y demases? Náaa, todo lo que hacen estos privilegiados lo hacen apegados a las leyes que ellos mismos enactaron. Por la cresta, ¿omo describir a esta gente? Ta’ bien, doctora, estoy de acuerdo con usted, son infelices, pero agrego una colita: infelices y chu chas de sus maires, Para terminar agrego esto y dejo al que lo lée que lo descifre: «NO ES CULPA DEL CHANCHO…».

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