Poder y Política Crónicas de un país anormal

El suicidio egoísta del rey de “Huevolandia”

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Albert Camus, escritor francés de origen argelino, ha profundizado en el tema central de la existencia humana, el absurdo. Por mucho esfuerzo del hombre para encontrar sentido y coherencia a la vida, al final se impone el absurdo. En la obra El mito de Sísifo, a quien Dios castigó a subir permanentemente una piedra hasta la cima de un cerro, la piedra volvía a rodar; la vida es sólo existencia y carece de sentido.

El absurdo de la existencia se podría enfrentar de diversas formas: la primera, sería el nihilismo, es decir, la negación de todo sentido a la vida; la segunda, más interesante, es la adopción del suicidio que, según este Camus, es el tema más importante de toda la filosofía moderna.

Tomada la existencia desde otro punto de vista, el sociólogo Emilio Durkhein, influido por la concepción weberiana de desencantamiento del mundo, aportó distintas clasificaciones al tema del suicidio: la altruista, la egoísta, la anómica y la fatalista. En el caso del suicidio altruista, en Chile tenemos varios ejemplos, y el primero – y quizás el más importante – fue el Arturo Prat, cuya muerte incentivó a los ciudadanos chilenos a ser parte de la guerra del salitre; el segundo, el de José Manuel Balmaceda, así su acto heroico no haya representado ningún quiebre para la oligarquía, (algunos historiadores desarrollan el análisis de su ruptura en relación con el imperialismo oligárquico); el tercero, el más sublime de todos, la muerte del Presidente Salvador Allende, en La Moneda.

Para Durkhein existe una relación entre los hechos sociales y el suicidio, y la forma en que se manifiesta la desconexión entre las normas y el sentido social de la vida es la anomia, tendencia dominante en las sociedades actuales, (estaríamos ahora en transición entre el nihilismo y la anomia).




Destruidos todos los lazos sociales del sentido de la vida queda aún el camino del suicidio egoísta, cuya decisión consiste en abstenerse de luchar contra nuestra condena existencial.

Mas que los efectos de la actual pandemia por el Covid-19, hace mucho tiempo que la sociedad chilena ha optado por la anomia, y uno de sus efectos inmediatos es que la organización social carece de sentido y sólo sirve para favorecer con la fortuna a unos pocos millonarios, que aumentan diariamente su capital en detrimento de la mayoría de los ciudadanos, a quienes no les queda otro camino que el conformismo y la aceptación, por consiguiente, del sino fatal de estar dirigidos por un rey, cuya única meta es juntar billetes verdes para “jugar al Metrópoli con personajes afines”, cuya religión adoptada es la anomia y la adoración al “becerro de oro”.

En Huevolandia, si no quiere elegir el suicidio y sobrevivir a una existencia obtusa, no resta otro camino que hacerle frente al hambre y la miseria, o bien, exponerse día a día al contagio del virus, que ha demostrado una rara capacidad de mutarse, a fin de engañar al sujeto, que cada día luce más flaco, solo, triste y desamparado.

Los “huevolandeses” son tan cándidos que,desde hace pocos años estaban convencidos de que iban a convertirse en el dios Piñera – con poder y riqueza -.  (En mi colegio había aprendido que los milagros existían y el único camino para el éxito era el dar el voto contra los comunistas que, según la propaganda, están bien alimentados con los banquetes de niños). Un personaje como el Presidente actual, les enseñaría, tal vez, algunas pillerías como las del Banco de Talca; a los empresarios y banqueros les diría que robar dineros del Estado y distribuirlo entre familiares y amigos personales, es la forma más fácil para hacerse ricos. Otra de las variantes para devenir en ricos es hacerse reelegir como parlamentario  por varios períodos.

El “dictador de la perla”, Augusto Pinochet, estaba seguro de que las AFP eran negativas para jubilar a militares, en cambio, sí la panacea para implementarlas en los demás “huevolandeses. La mejor forma de hacer más pobres a los pobres es mentirles. El hermano de Piñera, José, aseguraba que si llegaban a viejos recibirían una jubilación igual a la que “gozan hoy”, además, no serían proletarios, sino propietarios y, de esta manera podrían jactarse de ser los “reyes de la meritocracia”, clientes que jugarían, de forma brillante en la Bolsa de Comercio y el mercado secundario de Bonos, multiplicando sus ganancias, (posiblemente, a ejemplo de Jesús en la multiplicación de los panes y los peces).

En este mundo de desigualdad no faltan incrédulos “rabanitos” que se atrevan a dudar del poder milagroso de los millonarios, sobre todo su bondad, generosidad, solidaridad y amor por los “rotos”, personajes que son, (según la doctrina mamónica cristina, los malos, los revolucionarios, los rebeldes, los díscolos, los flojos, los asaltantes de botillerías…, y quienes alimentan al “matapacos”.

Los famélicos y marginados “huevolandeses”, a pesar de su falta de fe en José Piñera, (padre de las AFP), obligados por Leviatán se habían visto forzados a ahorrar en las AFP el 10% de sus miserables sueldos, y con un sentido común, inesperado para los considerados como “ignorantes”, decidieron presionar para retirar el 10% de sus ahorros – mal llamados previsionales – que, debido a la pandemia actual, fueron bien aprovechados para escapar de una muerte segura y un entierro en bolsas de basura.

“El Rey de Huevolandia”, Sebastián Piñera, rechazado por más del 80% de sus súbditos, creía que la mejor forma para servir a los pobres era la de seguir jugando a la lotería con lo poco que les que quedaba en las AFP, y Piñera, que sólo es bueno como especulador financiero, no podía soportar que, por tercera vez, los chilenos – que se dicen de la clase media sin saber el significado de estas dos palabras, pero se creen como tales así sean millonarios o muertos de hambre – osaran retirar un tercer 10% de sus fondos, llamados de “pensiones”, y para evitar esta “catástrofe, sólo le quedaba el camino de recurrir al Tribunal Constitucional, –  lo preside la dirimente presidenta predilecta, colocada ad hoc, a fin de calmar las pataletas del Presidente Pinera -.

Este país es tan anómico que el rey-Presidente se da el lujo de ir en contra de sus bancadas en el Congreso, y del casi el 90% de los ciudadanos.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

21/04/2021

 

 

 

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Historiador y cronista

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  1. ‘ On Rafa…!
    Tiempo que no lo leía…. (me habia divorciado del «diario del pueblo» por algunas diferencias de contenido).
    Cierto! el «pied noir» de Camus ( no digo «patas negras» para que no se produzca una confusión lingual en Chile)
    tiene razón… y sus análisis concluyen en esa dirección:
    «Huevolandia» o «Absurdistán»…(ahora que los Talibanes están de moda), vienen a ser lo mismo:
    – La Seremi, representante del monarca, CELEBRA feliz «el 11″… y recomienda a «los bien nacidos», hacerlo.
    – La alcaldesa , ciudadana con identidad personal, que expresa su posición personal, sale a reforzar la idea
    del «Nunaca más»…y prontito, el Minsitro del Interiror, prende la candela de la hoguera llamando a «todas
    las fuerzas democraticas» a incinerarla.
    Tamos?
    Absurdistan la lleva!

  2. ramon roman says:

    Aaaaah, don rafa, como me gustaría, aúnque sea unas líneas, expandir y aclarar un poquito las pocas ideas filosóficas que usted expone. Pero, no lo hago para no ahondar más en el logo como las ueas de este diario; «firme junto al pueblo».

  3. Walter Garib says:

    Estimado Rafael
    Cada día surgen dudas sobre la muerte de Salvador Allende. Aquí incluyo una información que da luz sobre el tema.
    “Salvador Allende: Mi Carne es Bronce para la Historia (1973-2013), La verdad de su Muerte”, es la nueva entrega de la periodista Maura Brescia. Editado por Momentum, el texto cita testimonios y observaciones técnicas respecto de las condiciones en que muere el presidente chileno en el palacio La Moneda.
    Abrazos de Walter Garib

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