Debate

Megaelecciones y maxi votos: Hacia la incógnita del 15 y 16 de mayo

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Dentro de algunos días se efectuarán la “megaelecciones” en nuestro país donde se elegirán Alcaldes, Concejales, Gobernadores y  los 155 Convencionales Constituyentes encargados de redactar la nueva Constitución en el “nombre” del pueblo. Más allá de las buenas intenciones de quienes resulten electos(as) es muy probable que la “nueva Constitución” se parezca bastante, en lo fundamental, a la  Constitución que actualmente está vigente, debido a todas las triquiñuelas y trampas inteligentemente establecidas en la legislación ad hoc implementada luego del Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, incluyendo los ya asumidos y aceptados 2/3 del quórum para la aprobación de su articulado y la inviolabilidad de los Tratados Internacionales.

Con altibajos, debido a las medidas restrictivas producto de la pandemia, las multicolores y variopintas campañas electorales se han continuado desarrollando y si algún extranjero que desconozca la realidad chilena escuchara los planteamientos  esgrimidos por los(as) distintos(as) candidatos(as) a Convencionales en los diferentes foros, debates y alocuciones  quedaría completamente desorientado, ya que pensaría que todos pertenecen a un mismo conglomerado político, puesto que, matices más o matices menos, las ofertas al por mayor que prometen en relación con lo que se plasmará en la “nueva” Constitución son prácticamente las mismas.

 

 

La potente rebelión popular que irrumpió con la fuerza de un volcán el 18 de  Octubre del 2019 ha quedado en pausa producto, por una parte, de la cuña introducida desde las élites y los partidos políticos institucionales al firmar y participar en el camino establecido por el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución, un “As” bajo la manga que la clase política sacó con gran maestría para entregarle un salvavidas a Piñera y su gobierno tambaleante, que fue poco a poco llevando a distintas organizaciones y sectores significativos del movimiento popular rebelde en formación a sumarse a este camino institucional.

 

 

 

Por otro lado, la aparición de la pandemia de coronavirus es tal vez este el factor más determinante de la derrota táctica sufrida por el pueblo rebelde, ya que la instauración del estado de emergencia con todas sus restricciones, junto con la compleja situación sanitaria y de sobrevivencia que eso trajo aparejado fue el golpe de gracia que detuvo, por razones obvias y necesarias, la creciente movilización y organización popular rupturista que crecía día a día. No debemos olvidar que en un período muy acotado de tiempo la práctica concreta de las acciones directas de masa fue una enriquecedora escuela de educación popular y toma de conciencia política.




Las movilizaciones, la protesta callejera y las luchas en contra de los abusos, la represión, las desigualdades y la marginación provocada por años de capitalismo en su expresión neoliberal, debieron entonces reorientarse para enfrentar la emergencia sanitaria, que dejó al desnudo las necesidades insatisfechas y los derechos pisoteados durante décadas de millones de chilenas y chilenos, razón por la cual las expresiones de la lucha rebeldes dieron paso a los comedores populares ,a las ollas comunes y otras organizaciones solidarias tendientes a combatir el hambre, un cruel y horrible síntoma del modelo de dominación que reapareció en Chile como en los peores tiempos de la dictadura.

 

Este período de pausa de la movilización popular rebelde permitió al mismo tiempo el reordenamiento en el campo popular, lo que llevó a que sectores importantes del mismo terminaran aceptando participar en el proceso electoral institucional, como decía anteriormente, pero cuidando de desplegar una amplia campaña comunicacional y publicitaria con el objeto de justificar dicha opción, prometiendo transformar la Convención en una verdadera “ Asamblea Constituyente”, aún cuando están conscientes que eso no será posible bajo la legislación institucional fijada y las reglas allí establecidas.

Después del Plebiscito del Apruebo y Rechazo las “candidaturas  independientes” brotaron como callampas multicolores, tanto al interior de los partidos políticos tradicionales como por fuera de ellos, ofreciendo muchas de ellas terminar con el modelo neoliberal de un plumazo mediante la redacción de la “nueva” Constitución. Con discursos altisonantes, llenos de ofertas maravillosas buscan no solo enmascarar la aceptación del estrecho camino de la Convención Constitucional hablando de proceso “constituyente”, sino también para conseguir los votos necesarios para quedar entre los “selectos elegidos” que formaran parte del “Grupo de los 155”.

Si bien el proceso de rebelión popular en curso -que es de largo aliento y estratégicamente a mi entender no ha sido derrotado- se encuentra en pausa, sigue latente como un mar de fondo y hay momentos y episodios que demuestran que la rabia y la rebeldía están prontas a expresarse con energía. Así quedó demostrado con las múltiples y decididas movilizaciones y acciones rupturistas que se produjeron durante las últimas dos semanas del mes pasado, que involucró incluso a importantes sectores sindicales, protestando contra la decisión del gobierno de Piñera de acudir al Tribunal Constitucional intentando frenar el tercer retiro del 10% de las AFP, y que culminó con un llamado a huelga general sanitaria que se transformó en una verdadera Jornada de Protesta Popular este 30 de Abril.

 

Pero la respuesta de la clase política institucional una vez más no se hizo esperar  y ante el temor de un rebrote de la rebelión popular, bastó un llamado desesperado al “diálogo” por parte del Presidente Piñera y de un  gobierno dejado de lado incluso por sus propios partidarios para que a través de la Presidenta del Senado se le tendiera la mano “republicana” y el oxígeno necesario para afirmarse en el poder y llevar adelante un nuevo y nebuloso Acuerdo de  “Mínimos Comunes”.

Las aguas volvieron a aquietarse dentro del cauce institucional neoliberal , pero la participación y los resultados de las elecciones del 15 y 16 de Mayo próximos son una incógnita ya que a pesar de que la inmensa mayoría de chilenos y chilenas no quieren saber nada de los partidos políticos tradicionales, las gelatinosas y multicolores listas de candidatos(as) “independientes”, que incluso los mismos partidos han confeccionado, representarán un verdadero desafío para los(as) electores a la hora de querer marcar su preferencia en el “maxi voto” que tendrán delante de sus ojos.

Tugar, tugar, salir a votar es la consigna predominante en estos momentos, pero una vez que se clarifiquen los resultados electorales entraremos de lleno en una nueva coyuntura política, donde las expectativas sembradas en torno a este proceso constitucional harán florecer nuevos tiempos de organización y de lucha, pero que seguirán dependiendo de los confinamientos y restricciones derivadas de la emergencia sanitaria en que nos encontramos.

Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 08 Mayo 2021

 

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  1. Buen análisis. Muy distinto de los de su companero Gustavo Burgos en el porteno, el cual hace algún tiempo itera en superficialidades superestructurales.

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