Columnistas

Esos comunistas tan odiados

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 12 segundos

Mientras el padre de J.A Kast combatía desde el ejército alemán contra los polacos y rusos, a quienes mataban sin juicio de por medio sino sencillamente por ser comunistas, y en nombre de la libertad había que destruir todo. Se dice que en algunas zonas de Europa luego de la pasada de los nazis no crece el pasto.

De público conocimiento es que luego de la derrota infringida al nazismo lo que los obliga rendirse y arrojar sus banderas y estandartes a los pies de los justos vencedores. Miles de alemanes salieron a salvar el pellejo arrancando para evitar ser sometidos a juicio por los crímenes cometidos. Lo que nos lleva a concluir que tan valientes no eran. Robaron pasaportes de la cruz roja internacional y posteriormente el Vaticano lo ayudó a fugarse a otro continente. Un fascista derrotado se hace chiquito, un gusano para pasar inadvertido, así actuaron los pares en su partido nazi del valiente ejército alemán del padre de JA. Kast.

Millones de soviéticos lucharon para detener la entrada del ejército alemán a la URSS y fue el general Zukof quien entró para dar el último golpe a admirado ejército alemán que tanto apasiona al presidenciable Kast.

Este caso nos lleva a recordar que los agentes del estado siempre se sienten amparados por los mandos del aquel segmento uniformado que llegaron a la conclusión que ellos son los más puros y limpios para cuidar los sagrados intereses de la patria.




En ambos casos sigue estando el anticomunismo como una cantinela. Algo así como un mantra, una amenaza violenta y atroz. Todos los comunistas son malos, perversos y contrarios a la sagrada herencia del trabajo de Dios en la tierra. Dios es en esencia un anticomunista han dicho los que se bañan en incienso, y claro en política todo vale.

No soy comunista.

La dura verdad que está presente es que los comunistas chilenos siempre han actuado dentro de la institucionalidad, han respetado el Estado de Derecho. Sus parlamentarios han jurado respeto a la Constitución, claro, eso sucedió hasta 1973.

En 1969 un general de apellido Viaux Marambio, primo hermano de Pinochet, Contreras, intentó dar un golpe de Estado  al gobierno del PDC siendo presidente Frei Montalva. Los primeros en salir a la calle a defender la institucionalidad fueron justamente los comunistas y la izquierda chilena, a pesar de que algunos años atrás la DC los había tratado de “come guaguas” y que traerían “tanques rusos frente a la Moneda” o que “los hijos serían separados de sus padres”. Eduardo Frei Montalva salió presidente con el voto mayoritario de las mujeres. A ellas estaba dirigido los mensajes de terror y miedo.

Se preguntarán quien invitó a Juana Castro a Chile para las elecciones de 1964…

La precariedad de la derecha y la que habita en los cuarteles, hace que el aferrarse al anticomunismo sea la única tabla de salvación. Sabemos que el modelo económico del que tanto pregonan, genera pobreza y una desigualdad extremadamente violenta. El glorioso modelo de los chicagos es el que condena al hambre y mayor pobreza a los que tienen que ir a una ventanilla a recibir su miserable pensión. A los sueldos de los profesores con la inmensa responsabilidad de educar a generación tras generación en la educación pública tan severamente cercenada y empobrecida.

Kast, sus bandoleros republicanos y otros como los líderes de los camioneros no saben que la URSS ya no existe, que ahora se llama Rusia y el zar se llama Putin, el Muro de Berlín ya no está, se cayó de podrido, que ahora hay una sola  Alemania y que fue conducida por Merkel por largos años y en ese tiempo los alemanes recibieron pensiones dignas, se respetó a los sindicatos y se combatió a la extrema derecha. El verdadero valor de la libertad lo sostiene la izquierda y el progresismo.

En realidad quienes mejor valoración tienen sobre este derecho fundamental es la izquierda. La derecha aplaudía a rabiar a Pinochet, mientras los aparatos de seguridad y sus agentes del Estado maltrataban al hombre los hacían desaparecer.

El pasado de la derecha y la derecha extrema que si existe y es cavernaria como se lo dijera Vargas Llosa, la ocultan para sacar a relucir siempre que la izquierda es contraria a la libertad.

Dos informes en Chile sobre los delitos cometidos por los militares, los agentes del Estado y civiles entre los cuales está la familia Kast como responsable de la desaparición hasta los días actuales de un empleado de su restaurant, dejan meridiana constancia de profundo respeto por las opiniones expresadas en el voto como expresión ciudadana.

Cierto es que en algún momento de nuestra historia reciente se construyeron corrientes que se inclinaban por el uso de todas las formas de lucha, pero aquello tenía un profundo sentido solidario y humanista, era la alternativa para romper las cadena de la pobreza, la miseria y la explotación, generadas por la dictadura.

Chile no nació con celulares y ni wasap. Las estadísticas y las cifras sencillamente desde los años cincuenta y sesenta son inaceptables y fue por aquello que muchos adhirieron a esas justas banderas tan cargadas con historias generosas y largos viajes a los cementerios. Se debe insistir en hacer avanzar las ruedas de la historia, tan sencillo como aquello pero tampoco nada menos.

Se debe dejar constancia que la lucha por la democracia es ir desmantelando la corrupción, el tráfico de influencias, el amiguismo y el nepotismo. Nunca más un corrupto irá a la universidad para cumplir una condena, su lugar es la cárcel. Nunca más los empresarios podrán enviar correos electrónicos para ayudar a redactar leyes que le corresponde al parlamento. Se debe combatir con dureza a los parlamentarios que estén con los bolsillos abiertos y se conviertan en empleados de los grandes grupos económicos.

Y seguimos…..

 

Por Pablo Varas

 

Síguenos:
error1
fb-share-icon0
Tweet 20



Related Posts

  1. Alfredo Villanueva Mercado says:

    Vale la pena ver y reflexionar el documental «La ruta de las ratas y el Vaticano», está en youtube. También creo que es necesario leer «La banalidad del mal» de Hanna Arendt para explicarnos un tanto la idiosincrasia del fascismo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *