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Ucrania: juegos de supremacías económicas globales manchados de sangre

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Entre la mañana del 24 de febrero y la medianoche de anoche, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha registrado 536 bajas civiles en Ucrania. Estos incluyen 136 civiles muertos, de los cuales 13 eran niños, y 400 civiles heridos, entre ellos 26 niños. Eso debido al uso de armas explosivas con una amplia área de impacto, incluidos bombardeos de artillería pesada y sistemas de lanzamiento de cohetes múltiples y ataques aéreos. ¿Y mientras tanto? Los demás países intentan afirmar a su supremacía en la economía global.

 

El mundo está hirviendo de todas partes, cada país queriendo llevar su apoyo a Ucrania, como fuera el único País en guerra necesitando ayuda. El Consejo de Derechos Humanos, en su 49ª sesión, se transformó en el gabinete de acuerdos diplomáticos para mantener la supremacía dentro de la economía global. Dos colosos se están enfrentando de nuevo, aunque ya no estemos en Guerra Fría: son Occidente y Oriente. Ya no luchan por el comunismo o el capitalismo, sino que para el capitalismo o el capitalismo aún más imperialista.

En medio de todo esto,  varias organizaciones internacionales intervienen como pueden, dirigidos como marionetas, hacia los necesitados más convenientes al orden económico mundial.

El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) solicita 250 millones de francos suizos para ayudar a las personas afectadas por el conflicto en Ucrania.




Por otra parte, el Programa de Alimentación Mundial (PAM – WFP) está lanzando una operación de emergencia de 3 meses en Ucrania para proporcionar asistencia alimentaria a las personas que huyen del conflicto. Dentro de Ucrania: WFP está ampliando su escala para llegar a 3,1 millones de personas afectadas por el conflicto mediante el uso de transferencias en efectivo y distribuciones de alimentos en especie si es necesario. Fuera de Ucrania: el PAM está listo para ayudar a los refugiados en los países vecinos, si es necesario. Dicha asistencia sería parte del Plan Regional de Respuesta para Refugiados (3RP) liderado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

“Nosotros y nuestros socios estamos comprometidos a apoyar a todos los afectados, de acuerdo con los principios humanitarios de neutralidad, imparcialidad, independencia y humanidad”, confirma, por su parte, Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, anunciando el lanzamiento de un plan de 1.100 millones de dólares para satisfacer las crecientes necesidades humanitarias de más de seis millones de personas afectadas y desplazadas por las operaciones militares rusas.

La Conferencia de Desarme, que está también sesionando en Ginebra junta al Consejo de Derechos Humanos, tampoco se escapa de afrontar el conflicto Ucrania-Rusia. El Ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, pidió la convocatoria de una sesión extraordinaria de la Conferencia de Desarme con el tema principal de la agresión armada de la Federación Rusa contra Ucrania. También propuso examinar allí, posiblemente, las amenazas biológicas, químicas y nucleares de esta agresión.

Allí se defiende el Ministro ruso Sergei Lavrov, por su parte, lo cual consideró que las amenazas que supone el “régimen de Zelensky” para los países vecinos y la seguridad internacional en general se han incrementado considerablemente con los proyectos de adquisición por parte de las autoridades instaladas en Kiev de sus propias armas nucleares.

Sergei Lavrov denunció los esfuerzos de los estados miembros de la OTAN para ejercer disuasión contra Rusia, incluida la atracción de Ucrania a su órbita mientras le suministran armas. Estos países no han mostrado voluntad de proporcionar a Rusia garantías de seguridad a largo plazo legalmente vinculantes, incluida la renuncia a una mayor ampliación de la OTAN.

 

¿Cuáles son las razones de tanto interés por esta guerra?

Para adentrarnos en las verdaderas razones de la operación militar rusa en Ucrania debemos entrar en la economía global. Transitar de lo general a lo particular.

Si analizamos la economía global del planeta vemos dos grandes polos. Uno en plena capacidad productiva con crecimiento sostenido y, otro, en seria crisis y en estado de decadencia. El primero es impulsado por las economías euroasiáticas como la de China, Rusia e India. El segundo por la economía de Estados Unidos y Europa.

Las crisis económicas siempre son por sobreproducción de mercancías y capitales no habiendo suficientes mercados para ellas. Ante lo cual la creación de nuevos mercados o sus conquistas es vital para salir de estas crisis.

La otra solución es la destrucción de grandes masas de fuerzas productivas, o sea, paralización de industrias, despidos masivos, destrucción masiva de mercancías y muchas otras formas.

En la actualidad la capacidad productiva del planeta sobrepasa las necesidades de los seres humanos que la habitan.

Ya de por sí se produce el doble de alimentos con la paradoja de la muerte de millones de inanición por no tener acceso a estos.

Hay capacidad de darle a cada habitante un celular smartphone pero más de un tercio no los tiene; hay capacidad de construir viviendas decentes para todos los habitantes pero cada vez más aumentan los sin casas; hay posibilidad de incorporar a un sistema de salud a todo el mundo siendo en muchos países un lujo su alcance; hay capacidad para dar educación y en general satisfacer todas las necesidades incluso culturales, artísticas, recreación y entretenimiento. Pero el sistema capitalista lo impide porque de otra forma muere como sistema. Las necesidades de la población es fuente de riquezas para el lucro de una minoría. Al final, todo se transforma en producto y, hasta las organizaciones humanitarias, se quedan en empresariado de lo humanitario.

Y, dentro de este juego, ahora estamos jugando, y cada País intenta sacar su provecho, o salvarse de un ahogo posible.

Pequeño ejemplo es el futuro rol de Argelia adentro del suministro de gas durante este conflicto. Ya el ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Luigi di Maio, anunció que su país pidió a Argelia aumentar el suministro de gas a Europa ante el conflicto en Ucrania tras la «operación especial» de Rusia. Los equilibrios van cambiando, ¿cambiará también el sistema?

“Con Ucrania toda esta arrolladora serie acumulada a lo largo de 30 años ha explotado y los motivos son claros. En Europa se ha creado un enredo fenomenal sobre el que muchos advertíamos en los años noventa. Estaba claro desde el principio de que no habría estabilidad continental a largo plazo en un esquema de seguridad que no implicara a Rusia y menos aún que se planteara contra Rusia. A Estados Unidos ese desastre no le venía mal, porque era la garantía de que podría continuar manteniendo su tutela sobre el viejo continente, sin la cual su estatuto de superpotencia se vería mermado. La historia nos advertía que el miedo de los países del Este a Rusia era perfectamente razonable, pero ¿qué decir del miedo de Rusia, dos veces invadida por Occidente desde 1812 hasta Moscú, la última de ellas con el resultado de 27 millones de muertos?”, comenta Héctor Vega Tapia, abogado y economista chileno.

“Si hubiera que resumir la situación en una frase, diríamos que la OTAN justifica hoy su vigencia en la necesidad de afrontar los riesgos creados por su propia existencia y ampliación al Este del continente. ¿Será la Unión Europea capaz de reconocer su error y dar marcha atrás?”, concluye Héctor Vega Tapia.

 

Una situación de crisis global

Al fin de al cabo, los que pagan, siempre son los mismos.

Hoy, en más de cincuenta situaciones de conflicto armado activo en todo el mundo, vemos violaciones del derecho internacional humanitario, que conducen a la muerte y desaparición de civiles, la destrucción de sus hogares, hospitales, escuelas, suministros de agua y electricidad, y la separación de familias

Ya sea Afganistán, Etiopía, Yemen, Siria, Sahara Occidental, las regiones del Sahel y el lago Chad o Ucrania… si bien cada situación es única, los impactos a largo plazo para los civiles son similares y están bien documentados:

Un número récord de personas afectadas por los conflictos armados y la violencia se enfrentan a necesidades humanitarias agudas. La comida y el techo son una lucha diaria. Los abusos y las violaciones se llevan a cabo con impunidad. La desesperanza afecta enormemente la salud mental.

Una y otra vez, el costo del conflicto se subestima desesperadamente. Las guerras comienzan con la promesa de una victoria temprana, pero se prolongan, ya que las ganancias políticas a corto plazo se convierten en pesadillas a largo plazo para los civiles.

Como consecuencia, la atención del sistema internacional se desvía de las principales emergencias sociales de nuestro tiempo, como la crisis climática, la desigualdad económica y social y la injusticia.

 

Elena Rusca, Ginebra, 02.03.2022



Corresponsal Ginebra

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  1. Felipe+Portales says:

    Coincido con Cucho Zorricueta. Excelente artículo de Elena Rusca. Particularmente el haber incorporado la notable reflexión de Héctor Vega. Sería excelente también que «El Clarín» pudiese publicar también artículos referidos a las otras guerras que hoy día mismo se desarrollan y de las cuales los medios hegemónicos no nos informan nada o casi nada.

  2. cucho zorricueta says:

    Elena Rusca : De todos los análisis acerca de la situación internacional que he leído por la guerra en Ucrania , debo decirte con franqueza que el tuyo ha sido el mejor hasta ahora. Con una claridad impresionante para evaluar el como la relación de las fuerzas de las grandes potencias ha ido cambiando, sus causas geopolíticas y económicas que determinan la posición de una potencia en un momento determinado. Espero que tu participación en este diario sea más frecuente porque necesitamos intelectuales de categoría que nos ayuden a entender lo que pasa en este mundo. Gracias.

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