
Entre la justicia y el realismo: Jara fija su propio tono tras el cierre de Punta Peuco
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La candidata presidencial de Unidad por Chile, Jeannette Jara, valoró la decisión del gobierno de Gabriel Boric de transformar Punta Peuco en un penal común, luego de que la Contraloría General de la República tomara razón del decreto que pone fin al régimen especial del recinto que albergaba a condenados por violaciones a los derechos humanos.
Desde la sede de la Cámara Nacional del Comercio (CNC), tras reunirse con su directiva, la abanderada respaldó la medida, destacando que el cierre del penal especial “reafirma el principio de igualdad ante la ley”. Al mismo tiempo, evitó pronunciarse sobre una eventual ampliación del recinto, señalando que el tema deberá ser evaluado “en su debido momento”.
“Las cárceles son lugares en los cuales se cumplen penas para aquellas personas que han cometido delitos y no lugares de privilegio”, afirmó Jara. “Me parece muy bien que la Contraloría haya tomado razón y que este penal, que alberga a personas condenadas por violación a los derechos humanos y delitos de lesa humanidad, pase a convertirse en un penal común, como siempre debió haber sido”.
Más cárceles, pero sin privilegios
Consultada sobre la posibilidad de ampliar Punta Peuco, la candidata insistió en que su propuesta se centra en un plan de infraestructura penitenciaria nacional, no en la expansión del recinto de Til Til.
“Lo que estamos proyectando es la construcción de cinco cárceles más en nuestro país, adicionales al Plan de Infraestructura Carcelaria, porque hoy hay un 142% de ocupación penal”, explicó. “Se ha hecho muy difícil la segregación entre reos de alta peligrosidad y aquellos de baja peligrosidad, convirtiéndose los penales, a veces, en centros de educación del delito”.
El énfasis de Jara apunta a fortalecer la capacidad del sistema penitenciario sin reproducir desigualdades. En su planteamiento, la ampliación de recintos debe ser parte de una política integral que combine seguridad, rehabilitación y reinserción, evitando que los penales se transformen en espacios de privilegio o en fábricas de reincidencia.
Una definición política y de justicia
Las palabras de Jara se inscriben tras el anuncio de La Moneda sobre el fin del carácter especial de Punta Peuco, medida que había sido prometida en la Cuenta Pública de junio. Para la abanderada oficialista, la resolución tiene un valor que va más allá de lo administrativo: es una señal de justicia democrática y un cierre simbólico de un ciclo histórico.
“Las cárceles son lugares donde se cumplen penas, no donde se conceden excepciones”, recalcó. “Este paso del gobierno reafirma que en Chile no puede haber presos de primera y segunda categoría”.
De este modo, la candidata comunista reafirma su sintonía con la línea de derechos humanos del actual gobierno, al tiempo que evita convertir el tema en una disputa de campaña. En sus palabras, la política penitenciaria debe basarse en criterios de responsabilidad fiscal y planificación de largo plazo.
Crítica a las “ofertas imaginarias” de la derecha
Sin embargo, Jara aprovechó la oportunidad para cuestionar las propuestas carcelarias y migratorias de sus adversarios en la carrera presidencial, particularmente las de Franco Parisi y José Antonio Kast.
Con tono irónico, afirmó:
“Aquí siempre se conversa mucho de construir incluso ahora buques cárceles o tomar aviones imaginarios con pasajes que compren los mismos migrantes, pero la verdad es que todo esto requiere recursos. No se trata de ser candidata o candidato a la Presidencia para andar haciendo ofertones, sino de hacer propuestas de política pública que sean realistas y responsables”.
La frase —dirigida directamente a las iniciativas más populistas de la derecha— revela la estrategia de Jara de contraponer seriedad programática frente al efectismo electoral. En su discurso, las políticas carcelarias y migratorias deben ser abordadas desde la planificación estatal y el respeto a los derechos humanos, no desde el espectáculo ni la demagogia.
Derechos humanos y seguridad: una ecuación clave
Con este posicionamiento, Jara busca consolidar su perfil como continuadora crítica del proyecto de Boric, poniendo acento en la justicia social y la responsabilidad institucional. Su respaldo al fin de Punta Peuco refuerza la línea histórica de la izquierda chilena en materia de derechos humanos, mientras su propuesta de nuevas cárceles apunta a responder a la demanda ciudadana por seguridad.
En su mensaje, cerrar Punta Peuco no es solo un acto de reparación simbólica, sino una afirmación del principio de igualdad: que quienes violaron los derechos humanos cumplan condena en las mismas condiciones que cualquier otro delincuente. Y construir nuevas cárceles no es una concesión al punitivismo, sino una respuesta racional al colapso del sistema.






Serafín Rodríguez says:
Y a quién le importa lo que diga la candidata oficialista! La tardía decisión de Boric, la cual bien pudo haber adoptado años antes, a estas alturas es claramente una nube de tinta, como la de los pulpos y calamares cuando se sienten amenazados, para encubrir las graves falencias de su gobierno que en cuanto a legado no tiene prácticamente nada que mostrar. En todo caso, sea como sea, a los criminales de la dictadura habrá que darles protección del resto de la población penal ante el riesgo de que terminen en un charco de sangre y sus propias inmundicias cuando salgan de sus celdas a tomar el sol.