
Hasta ahora se prolonga el llanterío plañidero y la protesta histérica de la extrema derecha, porque sus queridos huéspedes del hotel 5 estrellas de Punta Peuco terminarán su régimen de privilegios, dejarán de tener exclusividad y pasarán a contar con la compañía de delincuentes habituales de su mismo rango criminal.