Por consiguiente, la deslegitimación del proceso eleccionario no es algo vacuo. No es algo sin importancia. Por el contrario, se asienta sobre la certeza que la ‘elite política’ está en deuda con nosotros, una deuda que debe pagar y que se llama ‘nueva constitución’.
Poco o nada tienen que ver los ciudadanos con la llamada ingeniería electoral, es decir ese obsesivo empeño por construir pactos y alianzas que les aseguren a las distintas colectividades tener representantes en el Ejecutivo, el Parlamento, los gobiernos regionales y comunales.
El acuerdo alcanzado por las once colectividades que integran el pacto se traduce en la definición de 86 comunas en todo el país en las que se llevarán a cabo elecciones primarias.
Es importante destacar que estas elecciones locales serán las primeras en las que el voto sea obligatorio desde que se reinstauró este sistema en 2022, como respuesta a la crisis de participación electoral que el país enfrentaba.
Bachelet enfatizó la relevancia de la unión del oficialismo de cara a las elecciones municipales, desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Comunista.