
La gesta épica del 5 de octubre de 1988, no obstante, resultó en una transición pactada que, con el ex dictador como comandante en jefe del ejército amenazando siempre al poder civil y con un sistema binominal que llevaba permanentemente al empate más la conversión de muchos ex revolucionarios en hombres del orden, limitó las posibilidades de transformaciones más profundas.














