
Cualquiera advierte aires de debacle en la atmósfera. El olor nauseabundo a alcantarilla llegó a donde se arrojan las cabezas de pescado, y sólo los “ciegos” no lo perciben. La fetidez ha alcanzado a instituciones, que hace muchos años, mostraban cierta limpieza, buen accionar y los casos de corrupción, apenas las salpicaban. Época donde todo […]