Otra vez la vergüenza DC: el diputado Lorenzini vota y aprueba la contrareforma tributaria de Piñera

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“Ya vamos entendiendo que esta cosa de la unidad plena en la oposición no solo era un imposible político, sino que era un absurdo. La oposición va a ser más fuerte cuando reconozca sus diferencias, pero seguir en esta mermelada, en que no podemos opinar sobre Cuba, sobre Venezuela, porque estamos en desacuerdo, o sobre crecimiento económico, porque estamos en desacuerdo, no es sano para el país”.

Quien hace estas declaraciones es Genaro Arriagada en La Tercera de ayer, a quien le atribuyen la actual estrategia del Partido Demócrata Cristiano, que ha  reeditado el camino propio en desmedro de un acuerdo cerrado con el resto de la oposición. Arriagada declara la independencia frente a sus antiguos socios de la exConcertación y ex Nueva Mayoría a la vez que el diputado Pablo Lorenzini votaba el lunes en la comisión de Hacienda de la Cámara a favor del proyecto de reforma tributaria del gobierno de Sebastián Piñera, un proyecto que busca la reintegración del sistema y desmantelar los cambios que realizó el gobierno de la Nueva Mayoría con los votos de la misma DC.

Cada cual tiene libertad de decidir. Es el mercado electoral, y es también el mercado de los intereses y rentabilidad política. Porque votar a favor de este proyecto es aprobar el programa económico de Piñera y su retórica mercantil. Es refrendar aquella máxima neoliberal en cuanto bajos impuestos a los ricos y a las corporaciones estimulan la inversión, el crecimiento económico y la creación de empleos. En suma, es dejar en manos de las empresas las decisiones económicas.

El voto de Lorenzini, sumado a los de diputados oficialistas, fue crucial para el avance de este proyecto. La aprobación en la comisión de Hacienda, que le abre las puertas al proyecto a su discusión y aprobación en la sala, no estimulará ni el crecimiento ni el empleo. En palabras del diputado de RD Giorgio Jackson:  “No es solo lamentable, sino que vergonzoso que se apruebe una norma que beneficia a los grandes empresarios. Es una decisión inexplicable que se dio por el voto del diputado Lorenzini”.

La DC ya ha dejado de ser sorpresa. Su veleidad es ya norma. Es interés electoral. En la misma entrevista, Arriagada dice: “·La clave para recuperar el poder está en girar hacia el centro y nuestros aliados se están conduciendo ellos a una derrota mayor. La única manera es que haya un sector de la oposición que sea más moderado”.

Centro, que es finalmente derecha. La delgada línea que dividía el espectro político desapareció durante la transición con los consensos en torno a un proyecto levantado desde el corazón de la dictadura que ha colocado a Chile entre los diez países más desiguales del mundo. Pero no es solo eso. La intención de la DC y de Arriagada, su menor de hoy, es bloquear las mayorías opositoras en el Congreso y consolidar las carencias democráticas y de acceso a derechos ciudadanos. Chile queda a medio camino de su proceso democratizador.

PAUL WALDER

Artículo publicado en POLITIKA

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