Trabajo Sindicalismo

Algunos elementos a considerar en el análisis de la formación social chilena

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A MODO DE INTRODUCCIÓN

                                       El estudio de la Formación Social chilena, es decir el cómo se expresa en nuestra realidad concreta el modo de producción capitalista, es fundamental para desde ahí definir, no solo a los sujetos históricos para el cambio, sino también una estrategia de las fuerzas sociales y políticas que optan por la transformación radical del modelo capitalista.  En nuestra historia como izquierda, las definiciones en este sentido muchas veces quedaban en las generalidades: “Chile país capitalista subdesarrollado, dependiente del imperialismo” era el concepto más usado. Desde esa definición, correcta,  pero excesivamente general (la cual podría aplicarse a cualquier otro país capitalista)  se aterrizaba en el proyecto alternativo y en el camino estratégico. Para el Partido Comunista la definición del carácter de la revolución era antiimperialista y antifeudal y desde ahí su propuesta de revolución democrático- burguesa.

La lógica política era: si existe feudalismo en Chile entonces corresponde una amplia alianza que incluye sectores de la burguesía ( al respecto ver el informe al XV Congreso del PC en 1958). Para el Partido Socialista, por el contrario, su definición del carácter de la revolución era Socialista afincado en el hecho de que el desarrollo del capitalismo no consideraba el modo de producción feudal ni tampoco resabios de él. La alianza por tanto debía ser entre la clase obrera y el campesinado sin considerar sectores de la burguesía. Esto se expresó en la llamada política del “Frente de Trabajadores” (Resoluciones del Congreso de Unidad de 1957). El tercer sector de importancia en la década del 60, el MIR; tenía una apreciación cercana al PS, su diferencia estribaba en el camino: la lucha armada y la generación a largo plazo de un Ejército Revolucionario (Congreso de fundación del MIR de 1965 y numerosas declaraciones de Miguel Enríquez). Dos aspectos a considerar en esta breve introducción: por un lado, las diferencias entre el PS y el PC estaban signadas por el contexto internacional, donde el PS criticaba abiertamente la dependencia del PC chileno de su homólogo soviético; en otras palabras más allá de un análisis diferente acerca de la realidad chilena, en cuanto al carácter del modo de producción capitalista, lo que hacía más profunda la diferencia era el factor internacional aludido; y por otro lado, este mismo aspecto ponía el énfasis en los aspectos ideológicos de las diferencias entre el PS y el PC más que sus diferencias en el análisis más fino de la formación social chilena. Finalmente, y no menos importante estaba en el contexto general de la inminencia de la revolución; los tiempos no estaban para sesudos análisis cuando la crisis del capitalismo amenazaba su existencia y las fuerzas del socialismo avanzaban y tenían como punta de lanza la guerra de Viet Nam.

                             Sin hacer un análisis exhaustivo de las resoluciones congresales de las  tres organizaciones a través de su historia, llama la atención el análisis más integral de la formación social chilena realizado en el informe de Luis Corvalán al XV Congreso del PC en el año 1958, donde incluso analiza las contradicciones desatadas al interior de la clase obrera por la influencia de la ideología burguesa y desenmascara “el apoliticismo, el economicismo y el legalismo” en el seno de la clase. En el citado informe además el PC da cuenta cuantitativa de los sindicatos, organizaciones obreras y del número de trabajadores en las distintas áreas del quehacer  nacional y, donde, paradojalmente no aparecen los posibles ciervos de la gleba que pudieran justificar los resabios feudales y sí lo inquilinos que se enmarcaban ya en un desarrollo capitalista como fuerza de trabajo remunerada en distintas formas.




                                                         Un tema importante de despejar hoy respecto al estudio de la formación social chilena es el del sujeto histórico, es decir la clase obrera. El debate es: ¿con la desaparición de parte importante de la industria nacional, característica del neoliberalismo, la clase obrera desapareció? Adelanto que, desde un punto de vista del análisis concreto, cuantitativo, NO es cierto que la clase obrera haya desaparecido en Chile y me atrevo a decir en el mundo. Lo que es cierto es que determinados sectores industriales efectivamente desaparecieron tal como se les conoció hasta la década del 80 del siglo pasado: desapareció la industria textil, la industria blanca y la minería el carbón (todos destruidos por la importación masiva de productos chinos al menos en las dos primeras áreas); tres sectores donde la izquierda tenía una amplia mayoría.

                        Veamos cuál es la realidad cuantitativa de los distintos sectores de trabajadores hoy en nuestro país según datos de la página web del  INE (instituto Nacional de Estadísticas), de las páginas web de las distintas industrias tanto estatales como privadas y de organismos del estado como Cochilco, del Ministerio de Economía y de la Dirección del Trabajo.

La situación de la minería en el país: según datos de Cochilco (Comisión Chilena del Cobre) los actuales trabajadores de la gran minería estatal y privada (según datos del año 2015) son 238.454, que corresponden al 2,93% de la fuerza de trabajo (8.136.356)

Los y las trabajadores de ENAMI: 1.300

Soquimich: 4.921.

Los trabajadores de la construcción (antes de la Pandemia) se situaban en alrededor de un millón, (1.000.000) según datos de la Cámara Chilena de la Construcción.

La industria Forestal contabiliza 65.551 trabajadores distribuidos en 36.551 en aserraderos y 29. 000 en la fabricación de muebles.

Los trabajadores del rubro de la alimentación: 5.600 Agrosuper, Soprole: 1.225,

Los y las trabajadoras temporeras de la agricultura oscilan entre los 800.000 (datos de 2016) cifra muy superior a los 250.000 a 400.000 que cifraba Karla Cucuminides Medina en un  estudio sobre el trabajo precario en Chile hecho el año 2005.

Las y los trabajadores de los Call Center: 50.000 a nivel nacional

Las trabajadoras de casas particulares oscilan entre las 250.000 y 300.000 según diferentes estudios.

Los y las trabajadores municipales 88.629 a nivel nacional

Empresas del Retail: 260.000 empleos (Perfiles Identitarios de Trabajadores de Grandes Empresas del Retail en Santiago de Chile: Aportes Psicosociales a la Comprensión de las Identidades Laborales . Antonio Stecher Universidad Diego Portales).  Dentro de ese rango esta Falabella con 19.487 trabajadores en Chile,

CAP: 2.700

Saesa: 6.500. Inversiones Eléctricas S.A. es el vehículo, a través del cual el fondo canadiense Ontario Teachers Pensión Plan Board (“OT-PPB”) y Alberta Investment Management Corp (“AIMCo”) controlan las empresas del Grupo Saesa, las cuales participan principalmente en los negocios de distribución y transmisión eléctrica y en menor medida en el de generación..

Mina Invierno de Carbón Región de Magallanes: 250 trabajadores.

Sistema de Empresas del Estado: (puertos, Polla Chilena de Beneficencia, Sofri, aguas Copiapó)  12.000

Correos de Chile (estatal)  5.891.

Trabajadores de la extracción  de basura: 36.000

Tur Bus: 6.500

Compañía Chilena de fósforos: 1.335

BANCO ESTADO: 10.262

Metro Santiago: 11.229

Gobierno Central: 349.605 distribuidos en contratos 202.012, Honorarios: 35.342 y Planta 81.223.

Empresa Camanchaca: 3.800.

Holding ECR: 26.000 (Servicios Financieros)

Servicio Financieros ( Bancos, AFPs, Isapres)  114.000 (datos de 2004)

Trabajadores por cuenta propia. Esta última categoría representa el segundo grupo ocupacional más grande de Chile: 21,3% del empleo, aproximadamente 1,7 millones de personas (1.700.000)

Pequeños y medianos campesinos. 255.000 que corresponden a las explotaciones familiares, considerando un trabajador dueño por cada explotación campesina. Estos dueños de pequeños y medianos predios de explotación contratan a trabajadores temporeros. (LA AGRICULTURA FAMILIAR CAMPESINA EN CHILE Y LOS USUARIOS DE INDAP El presente documento tiene por objeto conocer algunos antecedentes de la Agricultura Familiar Campesina (AFC) en Chile y la situación actual de los usuarios1 de INDAP).

Manipuladores y manipuladoras de alimentos: 186.315  Manipuladoras. (Conflicto y acción sindical efectiva en trabajadoras del servicio de alimentación escolar es una publicación del Departamento de  Estudios de la Dirección del Trabajo)

Comercio: 799.122. (Informe de resultados: Empleo Cuarta Encuesta Longitudinal de empresas Unidad de Estudios  Marzo de 2018. Ministerio de Economía).

Actividades artísticas: 156.393.

Ferias libres movilizan al año cerca de US$ 2.500 millones y brindar empleo directo a 340.000 personas (Fuente: Asof y Sercotec).

(subtotal: 6.837.362) A esto habría que sumar los trabajadores cesantes que buscan empleo, los coleros que son aproximadamente 2.000.000) lo que hace un total aproximado de 8.837.362 que es la fuerza de trabajo total del país.

A estos aspectos cuantitativos hay que profundizar en el análisis de los aspectos cualitativos y subjetivos para entender los aspectos relativos a la conciencia de las amplias masas de trabajadores.

1.- No habiendo disminuido radicalmente la presencia de los trabajadores en Chile, habría que preguntarse entonces el porqué de la debilidad hoy en día del movimiento sindical. La respuesta pareciera estar en el hecho de la profundidad de la derrota del proyecto de “la clase obrera” tras el golpe de Estado de 1973. No solo debido a la persecución y asesinato de dirigentes obreros y campesinos sino por toda la legislación que impuso la dictadura de la burguesía cuyo objetivo era dividir las estructuras sindicales (con el argumento de la libertad sindical) y hace ineficiente los procesos de negociación colectiva y el derecho a huelga.

2.- Los nuevos trabajadores se vieron inmersos en un sistema caracterizado por la competencia entre los propios trabajadores, las diferencias de ingresos y de trato, la irrupción de los sindicatos amarillos patronales, la corrupción y la ampliación de una fracción de trabajadores de altos ingresos sobre todo en la gran minería. Al respecto valga como ejemplo el estudio realizado en los trabajadores del retail acerca de su perfil identitario: El Trabajo en el Retail Es una Competencia y Carrera por la Obtención de Nuevas Oportunidades y Beneficios; el Trabajo en el Retail es un Trabajo Exigente y Sacrificado que Permite Subsistir y Mantener a la Familia, el Trabajo en el Retail Supone Ejercer un Oficio Valorado Pero Fuertemente Amenazado. (Perfiles Identitarios de Trabajadores de Grandes Empresas del Retail en Santiago de Chile: Aportes Psicosociales a la Comprensión de las Identidades Laborales. Antonio Stecher. Universidad Diego Portales)

3.- Externamente el modelo resolvió la precaridad laboral por la masificación de las tarjetas de crédito que se constituyeron en una suerte de trampa donde a la plusvalía (explotación) en el trabajo se sumó la estafa por los altos intereses. Esto jugó un papel en el cual el trabajador se amarraba a un modelo alienador donde su opción era subsistir por sus propios medios. En este contexto el trabajador sometido debía pensarlo más de una vez si se embarca en actividades contra los patrones. El temor a la cesantía y el dejar de percibir ingresos para solventar sus gastos y deudas ha hecho que “tenga mucho que perder” en caso de radicalizar y politizar sus demandas en contraposición a la consigna histórica de la izquierda de que “el trabajador no tiene nada que perder salvo sus cadenas”. De ahí que se haya incubado un fuerte economicismo al interior de la lucha sindical y que el discurso en contra de los “políticos” se haya mezclado con su oposición a la “política”.

4.- Todo este contexto hizo que se generará al interior de la izquierda histórica el debate acerca del sujeto de la revolución  (al margen de su carácter): si la existencia real y concreta de la clase obrera estaba en cuestión (aspecto que creemos haber despejado) entonces había que buscar o construir el nuevo sujeto histórico. Ahí es que emergió con fuerza el movimiento de los pobladores, equiparando en radicalidad al movimiento estudiantil, que tuvo su peak en año 2011, y al movimiento del Pueblo Nación Mapuche. La irrupción de la Rebelión  Popular del 18 O fortaleció esta visión por el contingente de la Primera Línea, lo que luego se ha visto reforzado por el rol de las ollas comunes y de las Asambleas Territoriales.

5.- No obstante la debilidad del movimiento sindical tampoco es un bloque homogéneo. Han aparecido sectores de trabajadores ligados al sector servicio como los de la Salud agrupados en la Confusam  y los profesores en el Colegio de Profesores, como también los trabajadores portuarios, quienes han manifestado una opción política más ligada a una propuesta democrática y popular, sumada a sus legítimas reivindicaciones económicas.

6.- A modo de síntesis digamos que existe una nueva formación social en el país impuesta por la aplicación en los  últimos 45 años (desde 1975) de un modelo neoliberal depredador y super explotador; que han surgido nuevos sujetos históricos, que la ideología dominante se ha jugado para imponer derrotas al conjunto del movimiento popular y que el camino de liberación , al parecer, contempla unir y coordinar los distintos sujetos históricos; en este camino la unidad del movimiento sindical,- aun cuando aparece como lejana-, en siempre un objetivo estratégico.

 

Eduardo Gutiérrez González/ Agosto de 2020.

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