Debate Columnistas

Carta Urgente para los “Evasionistas” de Última Generación

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El RECHAZO sigue siendo el resultado ideal para la derecha, pero ella no confunde el deseo con la factibilidad histórica y se esfuerzan en desarrollar una estrategia capaz de competir en el contexto del muy probable ganador del próximo plebiscito de octubre (la opción APRUEBO).

 

Los PRO-AC fundamentalistas (porque la gran mayoría somos Pro-AC pero no tan limitados en lo político) parecen no caminar y masticar chiche en sincronía, y en sus mundos paralelos llenos de vanidad y autorreferencia, son incapaces de separar deseo con factibilidad y ello cierra la puerta a la eficiencia de una táctica eficaz.

 

No hace falta redundar en lecciones claras, contundentes y dramáticas, abundantes en nuestra historia cercana, para terminar de entender el daño del abstencionismo, que muy bien se puede rebautizar como «evasionismo» y que se viste de diversos trajes para asistir a la misma fiesta:

 

  • Marcar el voto y elegir una de las dos opciones de la segunda papeleta.
  • Agregar una tercera opción (AC)
  • Votar sólo la primera papeleta con la opción APRUEBO.
  • Abstenerse de ir a votar porque el evento no es legítimo.
  • Otras: todas las que la imaginación permita.

 

Este no es momento de «chacotear» con propuestas   «confuSionistas», sin ninguna base en análisis políticos que se ajusten a la condición de la realidad en que se mueve el ancho espectro de las fuerzas políticas.




 

Para la gran mayoría de los ciudadanos que sostuvo las más grandes movilizaciones de la historia de Chile en contra del abuso institucionalizado, la AC sigue siendo el norte, pero ella YA NO se abrió camino en lo inmediato. Decir lo contrario no se sostiene ni con el más mínimo de objetividad. Ello no implica que podamos sumarnos responsablemente para hacer una rabieta como la que muchos hicieron el 2017, con los evidentes resultados catastróficos que afectan hoy las iniciativas legislativas, regalando el mejor posicionamiento táctico a los tradicionales enemigos de pueblo, porque no se comprende la complejidad ni la dinámica de los caminos políticos.

 

Resultó lamentable que los fundamentalismos hayan roto los puentes necesarios  con  la corrupta institucionalidad política y nadie duda de dicha calidad del poder institucionalizado. No comprender la actual ‘transitoria necesidad’ de dichos lazos, permitió que se abriera camino –sin contraparte- un espurio «pacto por la paz», que logró instalarse como REALIDAD Y QUE tendrá su mayor ganancia histórica si logra capitalizar esa – ya demasiado funcional para sus intereses- inmadurez del inmediatismo, que no logra diferenciar entre las variables del ideario moral y las circunstancias políticas.

 

Les propongo que revisen cómo se viene aclarando la forma de comprender la dinámica de las variables del Poder, a lo menos desde el año 1521, solo para focalizarnos en la historia moderna de occidente.

 

Desde ya me disculpo si no endulzo el discurso, pero queda menos de un mes y es tiempo de hacerse responsables y aunar las fuerzas en ganar el descanso de la escalera, para seguir avanzando (de inmediato después del 25/10) hacia el objetivo de la AC, y no hacer OTRO oneroso regalo a los enemigos de la felicidad del pueblo.

 

De aquí al 25 de octubre, por favor, diré por necesidad esa odiada expresión: HAGAN CASO:

Cualquier intento de imponer ahora algo diferente a la única opción útil (limitada pero útil) de llamar a votar APRUEBO EN LA PRIMERA PAPELETA Y CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL EN LA SEGUNDA, es una maniobra que solo debilita la posibilidad de posicionarnos en el mejor resultado de esa instancia, sin  perder de vista que no es el puerto deseado.

 

Nada que se agregue a los votos tendrá un resultado vinculante, ni siquiera serán opciones identificables y desagregadas en las estadísticas del SERVEL y los votos que señalen AC como leyenda agregada, deberán ser defendidos con la clara opción de ser rechazados si no existen buenos defensores de votos, para quedar contabilizados erróneamente como nulos, o quedarán en el lote de objetados y válidamente emitidos, junto con los que tienen un Walt Disney (eufemismo para los dibujos de penes) o contengan literalmente un inapelable “pico pa’l que lee”. Por supuesto que la opción de restarse del proceso ni siquiera merece mención: lo inservible de ella, ya está sólidamente probada.

 

Los FUNDAMENTALISTAS AC, LOS EVASIONISTAS, LOS ABSTENCIONISTAS podrían tener un acto de humildad, dejar sus obcecadas disquisiciones encerradas en sus legítimos deseos y guardar sus fuerzas para impulsar -después de ganada la CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL- la lucha ciudadana para conquistar las reformas a la normativa sobre el mecanismo y conformación del órgano constituyente, porque aún queda paño por cortar, para imponer en todo su ancho la soberanía del pueblo, que está siendo secuestrada por el poder de la institucionalidad.

 

Por Marcos Uribe Andrade

Chiloé, 27 de septiembre de 2020.

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  1. Felipe Portales says:

    Señor Vivanco: Confunde el contexto que facilitó enormemente el viraje, con el viraje propiamente tal. Este fue ¡en 180 grados!, ¡copernicano!; y además solapado y no reconocido (hasta 1997 por Boeninger). ¡Todo lo que se dijo en los 80 y que condujo a la oposición a la dictadura contra el Plan Laboral, contra las AFP, contra las Isapres, contra la Ley Minera, contra la LOCE, contra las universidades privadas con fines de lucro, etc. etc.; se OLVIDÓ COMPLETAMENTE EN LOS 90. Y peor aún, SE NOS ENGAÑÓ MISERABLEMENTE diciéndonos que los cambios prometidos en los 80, no se podían hacer porque no se tenían las mayorías parlamentarias para tal efecto; pero se nos ocultó HASTA EL DÍA DE HOY que no se tenían esas mayorías ¡porque el liderazgo de la Concertación las había regalado en el «paquete» de 54 reformas concordado «entre gallos y medianoche» con Pinochet a mediados de 1989! ¡Hasta hoy prácticamente nadie sabe que eso significó el cambio de los quórums para aprobar las leyes que se hizo modificando el Artículo 65 de la Constitución original del 80! ¡Y no tiene nada que ver la caída del Muro de Berlín con la política de exterminio de los medios de centroizquierda («Análisis», «Apsi», «La Epoca», «Fortín Mapocho», «Hoy», «Página Abierta», etc.) llevada «exitosamente» a cabo por los sucesivos gobiernos concertacionistas; o el salvamento de la condena a Pinochet en Europa y luego ante los tribunales chilenos; o la exultante aceptación en 2005 de la Constitución del 80 con algunos cambios, efectuada el 17 de septiembre de ese año, en que Lagos y todos sus ministros la suscribieron tal como aparece hasta el día de hoy diciendo que era democrática y que «representaba a todos los chilenos»!, etc. etc.

  2. Felipe Portales says:

    Su tesis es puro voluntarismo. El resultado de todo el proceso fraudulento será irrevocable. El regalo del liderazgo de la ex Concertación a la derecha del quórum de los dos tercios efectuado el 15 de noviembre pasado tendrá el mismo efecto que el regalo de la futura mayoría parlamentaria que le hizo el liderazgo de la Concertación a la derecha en 1989 a través de la Reforma Constitucional concordada en ese año. Ahora, será Imposibilitar una Constitución que no sea del gusto de la derecha; así como el regalo de 1989 imposibilitó modificar el modelo neoliberal impuesto por la dictadura. Por cierto, ambos regalos responden a la derechización del liderazgo de la Concertación que se produjo a fines de los 80 y que descarnadamente reconoció el ideólogo de la «transición», Edgardo Boeninger, en un libro que escribió en 1997: «Democracia en Chile. Lecciones para la gobernabilidad» (Edit. Andrés Bello). En ese libro señaló que aquel liderazgo había llegado a una «convergencia» con la derecha, «convergencia que políticamente no estaba en condiciones de reconocer» (p. 369). Y producto de dicha convergencia es que los sucesivos gobiernos concertacionistas legitimaron, consolidaron y perfeccionaron el modelo impuesto por la dictadura e hicieron suya (con algunas reformas) en 2005 la Constitución de Pinochet; ahora suscrita por Lagos y todos sus ministros.

    • Alvaro Vivanco says:

      Afirmar que el plebiscito de 1989 imposibilitó modificar el modelo neoliberal chileno, es ignorar la existencia de Ronald Reagan, Margaret Teacher y Juan Pablo II, y los 30 años de dominación mundial neoliberal iniciada con ellos, es ignorar que en 1989 se cayó el Muro y se derrumbo el socialismo real, e incluso al estado de bienestar lo pusieron contra las cuerdas. Afirmar que en Chile podría haber ocurrido algo distinto, algo así «un segundo camino» a lo que realmente ocurrió , alternativa que por lo demás, Felipe Portales no ha sido nunca capaz de a lo menos insinuar en sus columnas y opiniones, eso si que es voluntarismo.

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