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Tras la condena material del homicida de Catrillanca, ahora vamos por Piñera

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Más de dos años después de cometido el crimen, el Tribunal Oral en lo Penal de Angol dio a conocer este jueves las penas para los condenados por el homicidio del comunero mapuche Camilo Catrillanca, ocurrido el 14 de noviembre del 2018 en Temucuicui, comuna de Ercilla.

El principal imputado por el caso, el ex carabinero del GOPE Carlos Alarcón fue condenado a 16 años de cárcel en total. Su condena total se deriva de otras dos: 11 años de presidio mayor en su grado medio como autor de delito de homicidio del comunero mapuche, y a 5 años y un día de presidio mayor en su grado mínimo por el homicidio frustrado del adolescente de iniciales M.A.P.C, que acompañaba a Catrillanca el día de su asesinato.

«Las penas deberán ser cumplidas una en post de la otra comenzando con la de mayor gravedad. Se le absuelve de las imputaciones de ser autor del delito del homicidio calificado consumado, autor del delito de homicidio calificado frustrado autor del delito de falsificación de instrumento público, autor del delito de homicidio simple del adolescente M.A.P.C , autor del delito de falsificación de instrumento público… encubridor de los delitos de tortura y disparo injustificado”, añadió el juez Francisco Boero Villagrán.

El ex GOPE Raúl Ávila, en tanto, deberá cumplir penas de 3 años y un día por apremios ilegítimos, 3 años y un día por disparos injustificados, y 61 días por obstrucción a la investigación.




Las penas de Alarcón y Ávila son de cumplimiento efectivo.

Por otro lado, a los otros cinco condenados se les asignó las siguientes penas, bajo el régimen de libertad vigilada: Patricio Sepúlveda, se le condenó a 61 días de presidio; a Braulio Valenzuela se le condenó a 3 años y un día; a Gonzalo Pérez, a 61 días de presidio; a Manuel Valdivieso, remisión condicional; y Jorge Contreras, a 300 días de presidio.

Finalmente al abogado Cristián Inostroza se le otorgó la pena de remisión condicional. Inostroza se desempeñaba como asesor jurídico de la Prefectura de FF.EE. de la Zona de Control de Orden Público Araucanía, en la fecha en que fue asesinado Catrillanca.

La sangre de Camilo Catrillanca encendió la llama

La sentencia pronunciada es susceptible de recursos por la defensa y así lo ha expresado al menos la defensa de Alarcón, que pidió un plazo ampliado para accionar de nulidad respecto del fallo. Esto pone eventualmente en manos de la Corte de Apelaciones o la Corte Suprema, dependiendo de los fundamentos de tal recurso, el conocimiento de la legalidad con que se ha pronunciado la condena por parte del Tribunal Oral.

Saludamos esta sentencia como fruto de la lucha iniciada el ya legendario 14 de noviembre de 2018, en demanda de castigo a los asesinos. El alevoso crimen que cegó la vida del comunero y weichafe mapuche Camilo Catrillanca cuando aún Piñera llevaba 8 meses en su segundo mandato, disparó un levantamiento popular que anticipó las luchas del 2019.

En efecto, tres días después del asesinato de Catrillanca, el 16 de noviembre de ese mismo año se dio inicio a la mayor de las huelgas portuarias de los últimos 30 años y que fuera protagonizada por más de 600 trabajadores eventuales del Terminal Pacífico Sur (TPS) de Von Appen y Terminal Cerros de Valparaíso (TCVAL) de Luksic.

En mayo de 2019, se abriría el gigantesco paro de los profesores, que por 51 días paralizó la educación básica y secundaria chilena.

Ambas movilizaciones obtuvieron resultados mínimos pero de profundas consecuencias. Los portuarios se sacaron de encima a la corrupta dirección de Roberto Rojas, en tanto los profesores desplegaron una movilización de alcance nacional que revitalizó al Colegio de Profesores. Ambos movimientos se caracterizaron por el protagonismo asambleario de las bases. En el puerto la Fuerza Portuaria y en el Colegio de Profesores una constante y expresiva fuerza de asambleas que obligaron a la burocracia de Aguilar a plebiscitar un movimiento por el que no estaba dispuestos a enfrentar al Gobierno.

El poeta Raúl Zurita, conmovido por el hecho y expresando la indignación popular, escribió «Que su rostro cubra el horizonte». El 17 de noviembre en nuestra editorial nos preguntábamos ¿Por qué Piñera asesinó a Camilo Catrillanca? . Miles y miles salimos a las calles bajo la consigna de que todas las balas se iban a devolver, anticipando el levantamiento de octubre de 2019.

En este marco, la condena a los asesinos de Catrillanca debe ser considerado un fruto de la lucha popular, una primera aproximación a la justicia que sólo podrá coronarse en tanto los autores intelectuales, los responsables políticos de este crimen —Piñera y su Gobierno sanguinario— enfrenten la justicia.

Que Andrés Chadwick haya comparecido como simple testigo —en circunstancias que es un hecho indultado que tanto él como Piñera instigaron este crimen bajo la lógica del Comando Jungla— es una demostración de que la justicia burguesa y su legislación son enteramente incapaces de hacer justicia en este caso, de preservar los DDHH y respetar la lucha autonomista del pueblo Mapuche, de la que Camilo Catrillanca era un destacado luchador.

Puño en alto celebramos este paso hacia la justicia, conscientes de que el mismo debe servir para impulsar la lucha por la libertad del pueblo mapuche, por una justicia basada en tribunales populares y por un gobierno de la clase trabajadora. Hoy día vemos como desde el régimen los partidos del Acuerdo por la Paz, ahogan el reclamo de Asamblea Constituyente en una Convención Constitucional hecha a la medida de los poderosos. Porque nada podemos esperar de la institucionalidad patronal, es en la movilización, en la construcción de una nueva dirección política de los trabajadores y en la revuelta que los explotados encontraremos el camino a nuestra liberación.

 

Por Gustavo Burgos

Fuente: El Porteño

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Abogado

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