Crónicas de un país anormal Poder y Política

La lucha por la hegemonía del centro político

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 9 segundos

Parecía que la Democracia Cristiana había muerto, pero sólo andaba de parranda. Al final del gobierno de Michelle Bachelet, los derechistas del camino propio terminaron regalándole el triunfo al más incapaz de los Presidentes de Chile, Sebastián Piñera, y estos  bufones eran personajes capaces de entretener al público entre acto y acto de una ópera – hay que reconocer que ha sido el papel ideal para el Presidente,  pues hace reír, cambia de libreto y de ministros cada cinco minutos, y entre tanto, valoramos que,  en los tres últimos años, tuvo el mérito de demostrar que es un hábil mercader de vacunas -.

No se puede negar que tanto Bachelet como Piñera en su segundo mandato tuvieron un comienzo de caballo inglés, y ambos terminaron como “asnos”, con el rechazo de la mayoría de los ciudadanos.

Los Presidentes de Chile, afortunadamente, carecían de “delfines” – salvo el caso de Manuel Montt con Antonio Varas –  los Presidentes terminaban rechazados por el pueblo, y se hacía difícil, salvo los gobiernos radicales, que un  mismo partido se repitiera “el plato” dos veces consecutivas, (a excepción de don Federico Errázuriz, padre e hijo). Esta cualidad ha evitado que Chile la monarquía presidencialista sea además hereditaria

Durante varios años,  segunda  mitad del siglo XX en  adelante, era condición no escrita, que quien ganara la elección presidencial hubiese obtenido el cargo de senador por Santiago, y con la primera mayoría. Don Arturo Alessandri Palma fue Presidente del senado y, a su vez, candidato a la presidencia de la república. La carrera política consistía en comenzar como regidor y terminar como presidente de la república. La primera magistratura era la culminación de una carrera política exitosa.




Es muy ridículo, por lo tanto, que pidan – en el caso concreto de Yasna Provoste – que, como candidata a  regir el país, que renuncie a su cargo de presidenta de la Cámara Alta.

Actualmente todo ha cambiado: el presidente del senado ya no es “un caballero de frac”, muy respetado por todos, sino el jefe de una cámara y el hecho de ser la segunda autoridad de un país, no constituye ningún mérito, (de hecho, el senado no tiene razón de existir), sólo toca la campanilla – como en la canción de Violeta Parra, y afortunadamente, el ridículo senado va a desaparecer luego, espero, con la nueva Constitución -.

A la Democracia Cristiana le queda un nuevo período de fiesta: Yasna Provoste es una candidata a la presidencia de Chile con posibilidad de triunfar en la “Consulta Ciudadana”, a realizarse el 23 de agosto próximo. Ya Claudio Orrego asumió como gobernador por la Región Metropolitana, (y pensar que hace poco tiempo los carcamales de ese Partido habían abandonado la guerra común, y ya no hay Mariana Aylwin, Clemente Pérez, Gutenberg Martínez y Soledad Alvear, los hermanos Ignacio y Patricio Walker, Eduardo Aninat y tantos otros derechistas de confesionario).

La Democracia Cristiana tuvo la suerte de que “el camino propio” no la condujo a los séptimos infiernos, pues afortunadamente había más derechistas en Chile Vamos, (como es el caso de José Antonio Kast un facho), que dejó en el centro a estos tibios  militantes, que bien podrían recordar las palabras evangélicas “Dios vomita a los tibios”.

El panorama político actual no puede estar más dividido: hay de todo y para todos los gustos: desde el eterno candidato Opus Dei, Joaquín Lavín, y de fachos y beatos,  hasta un estalinista, lo cual hace muy difícil encontrar en centro político, pues todos los candidatos han captado que los votos están en el centro y no en los extremos, asunto muy arduo de lograr, pues es complicado el separar a la izquierda de la derecha cuando la división lineal del siglo XIX ahora carece de todo sentido.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

28/07/2021



Historiador y cronista

Related Posts

  1. Un anciano zorro, y parece que tiene razón….
    El que garrapatea es aun más pasado para «»otra vida»»,
    como creen los giles creyentes.. En Chile la democracia
    tropezó, y se va cayendo a partículas inermes….

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *