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Apoyo a los procesos constituyentes: otra vez la vía democrática

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El trabajo de los convencionales ha sido intenso en los últimos meses, los debates al interior de esta institución que le tocó jugar una significativa tarea histórica ha tenido que lidiar con una minoría de derecha que representa males atávicos del Estado-nación como el racismo y la falta de ética a favor del enriquecimiento ilícito sustentada en la falta de respeto, ignorancia y maltrato hacia la dignidad del ser humano y de la sacralidad de la naturaleza. También han tenido la oposición de la élite política e intelectual que siempre ha sido servil a los intereses de los privilegiados. Esto por cierto no sólo dentro sino que también soportando los desaciertos de figuras públicas algo resentidas que desde una retórica engañosa golpean a la democracia intentando mantener el status quo y negándose a comprender la urgencia del cambio constitucional.
Todo estas representaciones ilegítimas atentan contra el poder democrático que se le otorgó a la Convención Constitucional desde el rotundo triunfo plebiscitario hasta las elecciones de los representantes que logró instalar una mayoritaria fuerza política que no representaba a los Partidos Políticos que en octubre 2019 se intentó destituir con la soberanía popular directa en donde nos faltó un proceso previo de maduración política.
La nueva constitución considerando las demandas de la ciudadanía y por respeto a los procesos democráticos debería ser aprobarla en los próximos meses, más aún si es que consideramos que ha presentado un escenario político que permitiría destituir el régimen político de la dictadura. Esta posibilidad es la que tiene activa negativamente a la derecha  y sus secuaces neoliberales y también fascistas que refundan la cultura de los privilegios de los que se creen dueños exclusivos de los bienes y de los otros.
Es sustancial para el fortalecimiento de la democracia el cambio de un Estado Subsidiario a un Estado de Derecho, esta mera cuestión ya marca una profunda distancia con el régimen político pasado que desde el optimismo podríamos decir que comenzó a desvanecerse.
La cuestión fundamental no se agota aquí. Estamos en el momento de espera para ir viendo cuáles serán los derechos mínimos que se le garantizarán a los ciudadanos.
Logros relevantes es el reconocimiento de la plurinacionalidad y la instalación de una defensa de la tierra a partir del reconocimiento de los derechos de la naturaleza. Esto es un hito político que ayuda a fortalecer la dignidad de las personas y la concepción de dominación extractivista desmesurada que tanto daño hace a la naturaleza poniendo en riesgo a la vida. Estas demandas por la plurinacionalidad y del ecocomunitarismo estaban presentes en las movilizaciones de octubre y se instalaron en distintos territorios, es decir estos nuevos valores políticos y éticos son demandados «desde abajo» por eso poseen un tremendo valor constituyente. En esto varios convencionales han tenido la loable capacidad de defenderlos y colocarlos en la carta constitucional. Estos triunfos ya ameritan el apoyo popular y de los sectores ilustrados que son proclives a un sistema político democrático y más justo.
Esta lectura que han hecho los representantes elegidos en la convención en este proceso de democracia constituyente es la que el Gobierno actual que logró superar a las fuerzas políticas de la derecha y algunos de sus cómplices, es una pauta de lectura política de la historia. Es decir, este Gobierno contribuiría a nuestra historia si es que se suma a las fuerzas políticas que están desinstalando el régimen político de la dictadura que favoreció sólo a algunos privilegiados.
La revuelta de octubre de 2019 fue clara, no queremos más el régimen político pasado, cualquier acto de oposición a esta demanda es irresponsable y traicionaría la soberanía que se manifestó en las calles.
Desde esta perspectiva de análisis se pueden visualizar las opciones políticas que juegan a favor de la democracia y aquellas otras que sólo buscan una democracia restringida que les permita seguir gozando de los privilegios que el régimen político de la dictadura les otorgó, ser democrático está lejos de lo que han hecho los operadores políticos que buscan seguir profitando de la política. El rechazo a esta clase política vociferante y rabiosa es una acción de destituir a los responsables de causar daño a nuestra convivencia.
Sigue así abierta la lucha por el poder y estos meses van a ser fundamentales para que las fuerzas organizadas en los territorios den un paso más en la vía democrática abierta desde las movilizaciones sociales de tantas luchas ciudadanas dadas en las últimas décadas, el agotamiento de lucha frente a la represión y el encierro pandémico deben ser superados en estos días para volver a encontrarnos en el espacio público dando testimonio que los muertos, los mutilados, violadas, encarcelados, no dieron una lucha en vano. La ofrenda a estos martirios cobra sentido, al menos político si es que alcanzamos el cambio de régimen político que se recordará como fruto de un pueblo movilizado en la recuperación de la dignidad «hasta que se haga costumbre».
Por Alex Ibarra Peña



Dr en Estudios Americanos

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