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Boric y las relaciones exteriores: de mal en peor

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Con fecha 7 de julio de 2022, publiqué en este medio, una nota con el título: “La política internacional de Chile, un caso de soberanía frustrada”, en la que expongo varios ejemplos del vasallaje de nuestros gobiernos ante países extranjeros, especialmente Estados Unidos, a lo largo de la historia “independiente” del país. Pues bien, desde esa fecha a esta parte, las actuaciones de nuestra cancillería no han hecho más que empeorar.

“El Gobierno de Chile reitera su condena al país agresor y hace un llamado para que la Federación de Rusia respete la independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania, así como el Derecho Internacional y los Convenios de Ginebra”.

Primero: ¿qué necesidad tenía Chile de hacer esta declaración en un conflicto en que el país no tiene ni arte ni parte?

Segundo: por el tenor de la declaración, parece haber sido redactada por la embajada de Estados Unidos en nuestro país, pues son las mismas palabras que han espetado Biden y sus secuaces del gobierno norteamericano.




Tercero: Esta declaración demuestra el absoluto desconocimiento y la mayor ignorancia sobre los antecedentes por los cuales Rusia inició la “invasión” a Ucrania, reconocidos por los propios líderes de Occidente: Angela Merkel, canciller de Alemania y Francois Hollande, presidente de Francia, ambos garantes de los acuerdos de Minsk, reconocieron que éstos eran sólo para ganar tiempo y posibilitar que Ucrania se armara. Han dicho, además, que la Ucrania de 2015 no estaba en condiciones para iniciar una ofensiva en contra de Rusia. (Ver el artículo “Ellos lo cuentan así”, de Rafael Poch de Feliú, publicado ayer en Clarín).

Cuarto: Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN: “La guerra no empezó en febrero del año pasado. La guerra empezó en 2014. Y desde 2014 los aliados de la OTAN han dado apoyo a Ucrania, con entrenamiento y material, de tal forma que las fuerzas armadas ucranianas eran mucho más fuertes en 2022 de lo que eran en 2020 o en 2014”. (Ellos lo cuentan así).

Quinto: El gobierno de Chile, al que le gusta meterse en lo que no le incumbe, no ha dicho absolutamente nada sobre los atentados a los gasoductos Nord Stream 1 y 2. Y esto ya ha quedado demostrado por el periodista Seymour Hersh, que fue obra de los Estados Unidos, explicando los antecedentes de cómo se realizó el operativo. (Sobre esto hay bastante información, incluido el artículo al que hice mención más arriba). Pero hay más:

“El contexto de este evento es complejo, ilegal, un acto de terrorismo de Estado y no se justifica ni a nivel nacional ni internacional, como lo dice Andrew P. Napolitano, quien fuera profesor de leyes y juez del Tribunal Supremo de New Jersey, actualmente comentarista de temas legales y constitucionales, de los cuales tiene nueve libros publicados.

En un análisis sobre la guerra en Ucrania ( Washington Times, Sputniknews.lat) devela la complejidad del fenómeno repasando acciones del gobierno Biden, “desde armar a Kiev y prolongar un conflicto sólo para perseguir la agenda unipolar de Estados Unidos, hasta la coerción a la prensa para que narre una versión distorsionada de los eventos …siendo lo más indignante el accionar terrorista de la Casa Blanca, al haber estado detrás de la explosión de los gasoductos Nord Stream en septiembre de 2022.

Napolitano tilda este accionar de acto de guerra contra un aliado, Alemania, y contra un adversario putativo, pero con el que Estados Unidos nunca ha estado en guerra, Rusia. ¿Puede el presidente desplegar legalmente la violencia a otro país, ya sea aliado o adversario, sin una clara necesidad militar? En una palabra, no. Según la Constitución sólo el Congreso puede declarar la guerra, debe haber una base moral y legal (una amenaza militar creíble de un ejército extranjero) para tal declaración, pero este acto violento no sólo fue sin previo aviso, no fue defensivo ni tenía la intención de salvar vidas en peligro inmediato por parte de un ejército extranjero. Y fue contra un aliado, buscando debilitar las economías de ambos países y las relaciones entre Alemania y Rusia, por lo que se trata de un crimen de guerra perpetrado por la administración Biden. (“Riesgosos contextos geoestratégicos” (Clarín 23/2/2023).

 

Sexto: De lo que no se ha hablado, es de las consecuencias de las explosiones -daños colaterales – de dichos atentados: “Advierten que especies presentes en el mar Báltico corren riesgo de exterminio tras explosiones del Nord Stream”

https://www.elciudadano.com/medio-ambiente/advierten-que-especies-presentes-en-el-mar-baltico-corren-riesgo-de-extermino-tras-explosiones-del-nord-stream/02/28/

Señor Gabriel Boric, le solicito muy atentamente que lea especialmente lo que se expone en el enlace que acabo de incluir. Le quiero decir que me causó mucha indignación que Usted y su cancillería esté llevando cada día más a Chile a un peligroso vasallaje de los de Estados Unidos, cuyos líderes, empezando por el psicópata Joe Biden, con tal de lograr sus viles objetivos, no escatima acciones, así sean invadir países, masacrar a sus habitantes y ahora, atentar contra los gasoductos, sin importarle el daño al medio ambiente ni a las especies marinas que morirán por el “acto terrorista de Estado”, como lo ha expresado el juez Andrew P. Napolitano.

Le copio, señor presidente, el último párrafo del artículo incluido en el enlace:

“Los científicos estiman que el ataque empeoró la condición de un área marina que ya estaba en una situación grave. El secretario general de la filial danesa del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), Bo Oksnebjerg, calificó la zona afectada como el «peor lugar imaginable» para que sucediera la «tragedia» de la destrucción del gasoducto. En su opinión, es «otra clavija de muerte en el ataúd del mar Báltico»”.

Séptimo: Sobre la élite criminal, militarista y guerrerista de Estados Unidos se ha escrito bastante, sólo insistir de que se trata de un problema genético, pues está incrustado en el ADN de cada habitante de ese país, desde el momento que nacen están dispuestos a utilizar la fuerza para dirimir cualquier desavenencia; basta sólo con observar las masacres casi diarias en que se ven envueltos niños, adolescentes y adultos.

“Los Estados Unidos son un país que pasó directamente de la barbarie a la decadencia sin haber conocido jamás la civilización” (Oscar Wilde).

Octavo: Los chilenos conocemos de sus vínculos de amistad con Joe Biden, pero eso no puede incidir en las decisiones que debe tomar Usted como presidente de una nación que se supone independiente; especialmente en las relaciones internacionales. Esta situación está llevando a Chile a un proceso no sólo de aislamiento dentro del contexto latinoamericano, además, enemistándonos con un gran país como Rusia, con el cual nos ha unido una relación de amistad desde tiempos inveterados y del cual nos hemos beneficiado de los grandes aportes de su rica cultura.  Le recuerdo que, en torno a Rusia y China, a través de los BRICS, se están amalgamando otra serie de países como Argentina, que ha solicitado su ingreso a esa importante instancia de cooperación e integración económica.

Noveno: Para seguir con este pequeño aporte sobre las relaciones internacionales, le quiero contar que “hubo negociaciones de paz en marzo (del año pasado) que, según la declaración unánime del ex primer ministro israelí Naftalí Bennet y el ministro de Relaciones Exteriores turco Melüt Cavusoglu, fracasaron no por falta de voluntad de compromiso de Putin, sino por la intervención de los gobiernos británico y estadounidense” (Manifiesto por la PAZ nacido en Alemania).

Décimo: Ya que parece que la historia no es su fuerte ni la de su canciller, le cuento que el Imperio Ruso conquistó la península de Crimea en 1774, en la guerra turco-rusa y fue integrada al imperio, en 1783. El 19 de febrero de 1954, Nikita Kruschev, para conmemorar los 300 años de la adhesión de Ucrania a Rusia, (por sus pistolas, como dirían en México), se la “regaló” a Ucrania. Recordar que Kruschev era ucraniano y, por añadidura, había gobernado la República Socialista de Ucrania, desde 1938 hasta 1948. Sucede a Stalin en 1953.

Décimo primero: A mediados de febrero, el analista alemán Detlef Nolte publica una columna de opinión en El Mostrador, en la que critica a América Latina, por no tomar una posición a favor de Ucrania en la reunión de ALALC, realizada en Buenos Aires Argentina. Pero no solamente el señor Nolte ha ejercido presiones sobre América Latina para involucrarla en el conflicto de Ucrania, también ha estado en ese predicamento, cómo no, el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el inefable Josep Borrel. Traigo a colación esta situación, para exponerle un claro ejemplo de lo que debe hacer una cancillería con experiencia, conocedora de la historia y, sobre todo, estar bien informada: le dejo el enlace de la excelente columna del diplomático y ex embajador de nuestro país en China, Jorge Heine, que le deja meridianamente clara la postura de América Latina respecto a la neutralidad que ha adoptado: “La guerra en Ucrania y el No Alineamiento Activo”.

https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/columnas/2023/02/15/la-guerra-en-ucrania-y-el-no-alineamiento-activo/

Décimo segundo: presidente Boric, le voy a contar un chisme, no confundir con una fakenews, porque es la firme: su amigo Zelesky, acaba de firmar dos decretos en los que suprime los festejos del día 8 de marzo y los del día 1° de mayo, respectivamente. Esto me lo contó el analista Iñaki Gil de San Vicente, y agregó que “El movimiento feminista burgués les está diciendo ‘Ni con la OTAN ni con Putin (ni con Zelensky ni con Putin’), no saben cómo explicar que se haya suprimido el 8 de marzo. Por su parte, los sindicatos amarillos franceses, británicos y alemanes, no saben cómo explicar a sus clases trabajadoras, que se ha suprimido el 1° de mayo”.

Ese es su amigo Zelenky pues, estimado presidente Boric. Entre paréntesis, lo autorizo para que le cuente a través de sus redes, a todo el pueblo de Chile esta primicia.

Por último, le dejo dos citas que resumen lo que he expresado en esta extensa columna:

“Estados Unidos es el país más terrorista del mundo” (Noam Chomsky)

“Estados Unidos es el belicista número uno en el mundo, Estados Unidos no puede imponer su visión de cómo deben desarrollarse las relaciones bilaterales entre Rusia y China. Washington sí suministra armas a Ucrania” (Mao Ning, la portavoz de la Cancillería china)

 

Por Hugo Murialdo

 

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Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín

 



Periodista, escritor, magíster en Ciencias de la Comunicación y magíster en Filosofía Política

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  1. Patricio Serendero says:

    La política exterior de Chile, como muy bien este excelente artículo demuestra, está dirigida por ignorantes de la Historia de una parte, y seguidores obsecuentes de los EEUU por la otra. Y contra la ignorancia dirigiendo hay poco que hacer, excepto echarlos a patadas en las próximas elecciones. Como dijo el poeta louletano Alexo, «hay tantos burros mandando en gentes de inteligencia, que a veces me quedo pensando que la «burrice» es una ciencia».

  2. José Pérez Reyes says:

    Resume ud muy bien la triste realidad de la RREE de *este gobierno*, que no del pais.
    Y ni hablar de la falta de solidaridad con el pueblo peruano, el cual ha llevado al retiro de embajadores entre Mexico y Perú como resultado de la posición digna y consecuente de su presidente AMLO frente al golpe de estado
    Pero esta vergonzosa política en la Relaciones Internacionales tiene su correlato en la política minera, donde otros funcionarios tratan de impulsar una desnacionalización del Litio, cual funcionario de Piñera, una vez (otra de RREE) cooptadas nuestras opciones de desarrollo mediante la suscripción del TPP 11, el manual de la corporaciones internacionales.

  3. Felipe Portales says:

    El gobierno de Boric -para todos los efectos prácticos- se ha convertido completamente en el sexto gobierno de la «Concertación». Tiene su mismo discurso «progresista»; y su misma práctica subordinada a los grandes grupos económicos, nacionales e internacionales. Y, por cierto, su misma política exterior «seguidista» de Estados Unidos y «Occidente» en lo político y en lo económico. Para remachar todo, tiene como ministros claves (Hacienda, Interior y Secretaría General de la Presidencia) a destacadísimas figuras de los gobiernos de Lagos y Bachelet. Por cierto, siempre habrá voluntaristas irredentos que desearán seguir engañándose con visiones completamente ilusorias. Está en nuestra condición humana.

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