Venezuela: desmistificación necesaria

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Venezuela tuvo el dominio del trono de ser el país más rico de América Latina, gracias a la posesión de una riqueza enorme como es el petróleo; pero además tenía extensas llanuras ganaderas, oro y diamantes en la frontera con Brasil y una feracidad  de la tierra que permitía dos a tres cosechas anuales.

La maldición del petróleo, es decir  la abundancia de una riqueza que suple el esfuerzo creativo y laboral por el facilismo del prodigio gratuito, es decir  el bíblico “Maná caído del cielo”, derivó en el abandono de todas las otras riquezas y en el cultivo del ocio lucrativo, ostentoso y saudita como cultura hegemónica en la Venezuela del siglo XX, financiada exclusivamente por el oro negro.

Venezuela tuvo una industrialización tardía; se intensifica desde mediado de los 50 y se paraliza tecnológicamente justamente por estar subsidiada por un dólar fácil que cubría los diferenciales de costos, más una política de fronteras cerradas a la competencia y de una moneda sobre valuada, fija casi por 30 años. Las importaciones no eran problema. Lo que no producía la industria nacional intermedia, se podía traer desde el exterior. En los años 40 hasta el pan llegaba por avión desde el extranjero, cada día.

La cuna consumista queda retratada por las importaciones de Whisky que se realizaban cada fin de año para las fiestas, llegando  a un monto de 6 millones de litros, para una población de entonces cercana a los 20 millones, de las cuales el 40% eran jóvenes o infantes. A eso se le debía sumar la gran producción de ron (de excelente calidad) y de agua ardiente de caña. El ron era la bebida del pueblo, también la cerveza, mientras que el Whisky era la bebida preferida de la burguesía, es decir del 20% más acomodado. El volumen de esta ambrosía, bebida por los ricos,  parece realmente pantagruélica o propio de cosacos.

Las cuentas sacadas al final del ciclo virtuoso de los precios del petróleo de los 70, es que en el país se invirtió productivamente 1/3 de los ingresos; se gastó otro tercio en consumo y despilfarro, y 1/3 se lo llevo entre las piernas la corrupción y los dolosos negocios internacionales.

Con todo, esa inversión productiva fue mayor de la que hemos hecho en Chile con el boom de las materias primas desde el 2003 al 2013  (hecha por el Estado).

Se invirtió en refinerías y en distribuidoras de gasolineras en EE.UU, Centroamérica y hasta en Alemania;  la creación de  industrias del acero y aluminio; también en represas y ciudades industriales, en institutos de investigación para el área de la energía, etc.

Estas inversiones considerables fueron decididas por el gobierno de Carlos Andrés Pérez, luego de nacionalizar el petróleo el año 1973. Su ministro de economía, Gumersindo Rodríguez, impuso la estrategia de invertir los grandes excedentes del petróleo en el desarrollo acelerado de la economía interna y no el de guardar los recursos en el exterior, en el aparato financiero mundial, como hicieron los  petroleros sauditas, quienes  hicieron una inversión rentista, en momentos de gran demanda de dinero en un mundo que iniciaba la lacra del endeudamiento crónico (petrodólares).

La economía venezolana vivió una expansión enorme y mucha población del Cono Sur migró hacia ese país, que estaba necesitado de mano de obra calificada (80.000 chilenos estaban registrados en la embajada, la gran mayoría eran profesionales). Otro tanto ocurrió con la migración desde Perú, Argentina, Uruguay.

¿POR QUE SE ARRUINA VENEZUELA?

• La corrupción. Las grandes inversiones del Estado en la minería del aluminio, el acero y las represas (necesarias para sustentar el nuevo desafío minero-industrial), se ejecutaron con sobreprecios enormes, casi el doble del presupuesto inicial de las obras, El descontrol sobre el gasto público era absoluto. El gran endeudamiento de la economía venezolana se debió, justamente, a la autonomía de las empresas públicas para contraer deudas. Las obras se hicieron, pero el costo fue ruinoso.
• La sobrevaloración del bolívar, que duró hasta la devaluación de la moneda el año 1983. Esto deriva, como es clásico en desequilibrio de las cuentas externas, toda vez que los términos de intercambio fueron favorables al petróleo sólo entre 1973 y 1975, pasando luego a ser favorables a los productos importados, que ya habían actualizado sus costos y precios a la nueva realidad inflacionaria que produjo, a nivel mundial, el alza de los precios del petróleo. Nadie comprendía cómo podía endeudarse un país que gozaba de tanta ventaja en sus precios de exportación.
• El paraíso fiscal para los privados; el Estado sólo se nutría de los ingresos petroleros para solventar el gasto público. Los empresarios pagaban de impuesto lo que se les antojaba o, simplemente no pagaban. Este relajo tributario determinó que cuando se incrementaron los pagos por la deuda externa y se redujo el excedente petrolero por la baja de los precios, el sistema económico no fue capaz de rectificar su política fiscal. Luis Herrera redujo el gasto fiscal (1979-1984), sin darse cuenta que las empresas del Estado seguían gastando y endeudándose como si nada pasara. El resultado fue la devaluación profunda de la moneda nacional el año 1983.
• La jugada del millón de dólares: Las familias más pudientes y la clase media- media, se impusieron la tarea de reunir un millón de dólares (hipotecando bienes, vendiendo autos, pidiendo dinero a los incautos y préstamos a los bancos, usando las tarjetas de crédito). Ese millón de dólares era desviado a la cuenta de algún banco en el exterior, De esta forma se retiraron de la economía interna y de las reservas, más de 50.000 millones de dólares. Si se suma lo que retiraron los empresarios internacionales y nacionales, supera– rán los 100.000 millones de dólares de la época.
• El presidente Jaime Lusinchi (1984-89), negoció con la banca internacional un acuerdo secreto donde se establecía que la deuda externa de Venezuela sería tratada de manera favorable, si el Presidente no respaldaba el tratamiento en bloque de la deuda latinoamericana. De hecho, Venezuela se opuso al tratamiento en bloque en la reunión de Montevideo, y como el acuerdo debía ser por unanimidad, simplemente se cayó. Sin embargo, cuando llegó el día de hacer válido el acuerdo secreto, los banqueros le cobraron completa la deuda atrasada a Venezuela , llevándose casi la totalidad de las reservas del Banco Central.
• Cuando Carlos Andrés Pérez (1989- 1993) accede por segunda vez al gobierno ( llega con un gabinete neoliberal y declara que él es el único que puede hacer en Venezuela lo que ya había hecho Pinochet en Chile, es decir imponer medidas draconianas contra el gasto social y favorecer a los empresarios. La primera medida fue la de subir el precio de los combustibles y de los pasajes de la movilización colectiva. El resultado inmediato fue el gran levantamiento social llamado “Caracazo”, que costó 3500 vidas en nueve días (27 de febrero al 8 de marzo de 1989) de desórdenes multitudinarios en las calles de Caracas y ciudades aledañas. Luego vendría el intento de golpe de Estado de Hugo Chávez (4 de febrero de 1992), y meses más tarde el de grupos de la Fuerza Aérea venezolana (27 de noviembre de 1992). Ambos golpes fueron sofocados, pero el sistema político inaugurado en el Pacto de Punto Fijo (1958), estaba tumbado.
• Precios internacionales del petróleo: Los precios del petróleo se mantenían en promedio bajos desde 1978 y no lograban repuntar, durante casi una década. La pobreza crecía a niveles nunca vistos. Cuando el presidente Caldera accede por segunda vez al poder (1994-1999), privatiza algunas de las empresas (acero y aluminio), logra una precaria estabilización del dólar y apertura económica, pero el sector empresarial y la alta burguesía efectúan una segunda corrida contra el bolívar, sacando al exterior cerca de 9.000 millones de dólares en un mes. Desde ahí, el gobierno de Caldera (que es el último de la égida del 58), derivará en la nada, hasta su término.
• Emerge la estrella de Hugo Chávez: cuando Chávez llega al poder (1999), la pobreza en Venezuela ya alcanzaba a más del 65% de la población. Era una situación explosiva, más con el recuerdo vivo del “Caracazo”.  Chávez acuerda rápidamente con los sauditas e Irán bajar la producción mundial de crudo para alcanzar mejores precios. Esto permitió a Chávez iniciar una política de asistencialismo (dar ingresos a la población más necesitada) y luego fue ayudado por la demanda de crudo que desde los 2003 empieza a ejercer China, llegando  a los 140 dólares el barril de petróleo. Así, Hugo Chávez tuvo un “veranito de San Juan” que le permitió afianzar su régimen a nivel interno y a conseguir amigos interesados en el ámbito internacional. Justo al declinar la salud del presidente Chávez, también vuelven a declinar los precios del petróleo. Maduro designado sucesor y luego electo Presidente (2013), recibe un verdadero “presente griego” que, obviamente fue incapaz de sortear y condujo a la peor crisis de un país del tamaño de Venezuela en la historia de América Latina, con más de 7 millones de ciudadanos en la diáspora, donde los ricos gozan de otros paraísos, mientras que los más pobres arrastran su miseria por toda la región latinoamericana.

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