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Proyecto Cybersyn en Chile: La apuesta cibernética de Allende toma hoy un nuevo vuelo

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The Santiago Boys es un podcast desarrollado por el experto en tecnología bielorruso estadounidense Evgeny Morozov sobre la base de una investigación del Proyecto CyberSyn, realizado en Chile a entre 1971 y 1973 bajo la guía del gurú de la tecnología británico Stafford Beer. El interés de investigar el proyecto Cybersyn, que le tardó varios años y más de 200 entrevistas a Morozov, es que la tecnología puede ser usada a beneficio de las sociedades y las personas. Y no solo como una herramienta para obtener poder y beneficios económicos.

 

El Proyecto Cybersyn fue el ambicioso intento chileno de implementar la planificación económica controlada en tiempo real a través de la cibernética, desarrollada por el gurú de la informática británico, Stafford Beer. La visión detrás del proyecto era utilizar la tecnología no solo para obtener beneficios económicos, sino como una herramienta para el bienestar de la sociedad y las personas.

Stafford Beer, con su entusiasmo y pasión, encabezó la iniciativa para crear una red de máquinas de teletipo que conectaría las fábricas con un centro de cómputo en Santiago. Desde este centro de control, utilizando principios de cibernética, se supervisaría y dirigiría la producción industrial y la economía del país en tiempo real.

El objetivo del Proyecto Cybersyn era claro: enfrentar los ataques y el boicot económico de la derecha y mantener la economía bajo control, empoderando a los trabajadores y estableciendo una forma de socialismo que respetara tanto a las personas como a la tecnología. Era un sueño de que la tecnología podría transformar la realidad y llevar el socialismo a un nivel completamente nuevo.




Sin embargo, llevar a cabo esta visión no fue tarea fácil. Stafford Beer y su equipo se enfrentaron a múltiples desafíos, desde la falta de recursos y el apoyo político hasta las intromisiones externas, especialmente por parte de Estados Unidos. A pesar de estos obstáculos, los «chicos de Santiago» perseveraron, demostrando ingenio y creatividad al encontrar soluciones en situaciones adversas.

El Proyecto Cybersyn tomó forma a pesar de las limitaciones. Dos computadoras conectadas a máquinas de teletipo anticuadas, que fueron encontradas en una antigua oficina de correos, se convirtieron en la base de esta red cibernética que buscaba cambiar Chile y el mundo antes de que existiera Internet. La visión de Stafford Beer y su equipo, con la figura destacada de Fernando Flores,  se materializaba, y la productividad y la eficiencia mejoraron en las empresas estatales bajo este sistema de gestión participativa.

En cada empresa estatal, se estableció un Consejo compuesto por 10 representantes: cinco provenientes del gobierno y cinco de los trabajadores, quienes también formaban comités decisivos. Esta configuración demostró un éxito asombroso, ya que el gobierno ejercía su autoridad sobre el máximo patrón, mientras que los trabajadores participaban activamente en la toma de decisiones. Como resultado, la productividad y el progreso se incrementaron considerablemente, y el entusiasmo de los trabajadores condujo a la generación de ideas innovadoras para reducir costos, mejorar la calidad y desarrollar nuevos productos. Este enfoque representó un gran experimento que llevó al socialismo a un nivel sin precedentes.

El objetivo era claro: implementar un sistema preliminar de información y regulación para la economía industrial, mostrando así las principales características de la gestión cibernética y contribuyendo al aumento de la productividad. Para el 1 de marzo de 1972, los entusiastas Santiago Boys se encontraban inmersos en un sueño, un sueño en el que la tecnología no solo ayudaba a adaptarse a la realidad, sino que tenía el poder de transformarla. Era un desafío audaz, sobre todo en un lugar donde nadie esperaba tales innovaciones.

Los Santiago Boys se enfrentaron a una sorpresa inesperada. La visión de Beer resultó ser mucho más costosa de lo que habían anticipado inicialmente. Con tan solo dos computadoras para operar el sistema Cybersyn y sin garantías de obtener más, se encontraron con dificultades adicionales debido a la intromisión de Washington, lo que dificultaba enormemente la adquisición de repuestos y equipos necesarios. Sin embargo, no se rindieron y encontraron una solución ingeniosa: utilizaron el circuito de teletipo y adaptaron el sistema de control socioeconómico más avanzado del mundo en un equipo sorprendentemente anticuado. Así, descubrieron que incluso una revolución socialista podía gestarse en una oficina de correos, aunque de una forma poco convencional. Mientras implementaban la cibersincronización presupuestaria, las tensiones entre Washington y Santiago alcanzaron nuevos niveles de intensidad

No obstante, el proyecto también enfrentó críticas y escepticismo. Algunos dudaban de que la cibernética pudiera detectar la inestabilidad económica a tiempo, y otros cuestionaban su viabilidad en medio de las tensiones políticas y económicas internacionales. A pesar de ello, el Proyecto Cybersyn demostró que la tecnología podía jugar un papel significativo en la toma de decisiones económicas y en el empoderamiento de los trabajadores.

A pesar de sus esfuerzos y logros, el destino del Proyecto Cybersyn quedó truncado con el golpe de Estado en Chile en 1973. La caída del gobierno de Allende llevó al fin prematuro de esta audaz iniciativa, dejando atrás una pregunta inquietante sobre lo que podría haber sido.

Hoy, la historia del Proyecto Cybersyn sigue siendo un recordatorio inspirador de que la tecnología puede utilizarse para el bienestar de las sociedades y las personas, y no simplemente para obtener poder y beneficios económicos. Es una invitación que hace Morozov a imaginar un futuro donde la tecnología y la participación ciudadana se unan en beneficio de todos.

El legado de Stafford Beer y su visión de un sistema cibernético para el socialismo resuena aún en la actualidad, recordándonos que la innovación y el progreso pueden coexistir con una genuina preocupación por el bienestar de las personas. El sueño de The Santiago Boys de transformar la realidad con la tecnología sigue vivo, y es una historia que merece ser recordada y compartida en un mundo que busca formas creativas de resolver los desafíos del presente y del futuro.

 



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  1. José Pérez Reyes says:

    En este caso en especial casi encuentro afortunado que la brutalidad haya destruido lo que se había logrado en este proyecto señero a nivel mundial. Por algo es citado en la historia de Internet. Si hubieran llegado a conservarlo lo habrían destinado a refinar la persecución, los crimenes, la represión masiva, logrando una efectividad inalcanzable en el mundo de esa época para su accionar criminal.
    Hay en esto un cierto paralelismo con la invasión española de lo que hoy es Mexico. En su ignorancia y fanatismo religioso emplearon astrónomos, médicos, matemáticos, como cargadores de. piedras. Fueron incapaces de valorar el inmenso caudal de conocimientos que atesoraban los pueblos originarios y que los habrían llevado hacia campos ignotos aun para los europeos, pero solo querían oro y construcciones para sus ídolos, como aquí solo querían matar y destruir todo lo construido por el gobierno popular

  2. Qué interesante y cierto lo del proyecto Cibersynn. Me consta que de seguro la inteligencia logra adaptar aún cuando el imperio pone palos a la rueda, cosas que un lego cree no sirven. Así fue que liquidaron Correo y Telégrafos y se remataron equipos sensacionales de marca Marconi, ingleses, que vi de muy cerca, de una calidad increíble, perdiéndose máquinas únicas que nadie valoriza como mi marido que aún las tiene. Da pena ver aparatos inmensos que se botaron no teniendo este país nada ni levemente parecido ni opción de encontrar y que deben haber costado al Estado una barbaridad en su época. El proyecto de Salvador era realmente muy ambicioso y de haber seguido, un pionero en algo tan útil como planificar la economía y producción, cosa que este sistema no logra, produciendo demás, sobre todo cosas innecesarias que inundan el mercado en detrimento de sí las necesarias. Así en todas las calles vemos gente desesperada vendiendo lo mismo, amén de los negocios establecidos con lo mismo. y enojados por su competencia a ellos que se quejan de sí pagar por ser comerciantes establecidos. Claro, además supe que Salvador pensaba seguir y crear una empresa de Semiconductores, razón por la que años antes la Universidad de Chile preparaba Técnicos Electrónicos, cosa que personalmente me consta sirvió para que tuvieran tal nivel que algunos llegaron hasta fabricar aparatos no posibles acá como osciloscopio, voltímetro, generador de barra, over flow, y como 17 aparatos más cuyos nombres desconozco, así como esos aparatos para que la corriente no se interrumpa cuando hay cortes…Sin duda el proyecto era buenísimo y era otra de las razones por las que Salvador no debía seguir. Con ello perdió el país y el continente, ya que el proyecto bolivariano contempla justamente la hermandad de países y no la doctrina Monroe, defendida actualmente por varios países cipayos cerca de nosotros. Uno de ellos tiene aniversario hoy de la supuesta independencia mientras su pueblo se acerca a la capital para decir lo contrario y que se vaya la usurpadora del puesto al que se sacó al verdadero elegido por ese pueblo.

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