La suspensión de la reforma de pensiones: un gobierno estrellado con la realidad política
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El gobierno del presidente Boric, tras meses de esfuerzos y desafíos, ha tomado una decisión que ha sorprendido a muchos en Chile: el retiro de la tramitación de la reforma de pensiones. Este proyecto, uno de los pilares de su mandato, ha enfrentado obstáculos insuperables en el Congreso debido a la falta de acuerdo con la oposición.
La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, explicó los motivos detrás de esta decisión inesperada. Reconociendo que la noticia tomó por sorpresa a algunos diputados de su propio partido, Jara asumió la responsabilidad de la falta de comunicación interna y se comprometió a reunirse con todos los involucrados para aclarar la situación.
El argumento central detrás del retiro de la reforma es la necesidad de un acuerdo previo antes de introducir indicaciones en el Congreso. El gobierno ha luchado durante 11 meses para alcanzar un consenso con la oposición, que ha demostrado intransigencia en diversas instancias de diálogo. El rechazo de la idea de legislar por parte de la oposición marcó un punto crítico en la relación entre el gobierno y los partidos opositores.
Jeannette Jara sostiene que la reforma de pensiones no es incompatible con el texto constitucional que se someterá a plebiscito en diciembre, aunque esto podría ser materia de una interpretación jurídica más precisa. Su enfoque es lograr la aprobación de la reforma previsional y representar las mayores mayorías posibles en las normas.
Mientras tanto, los legisladores de la oposición han expresado su deseo de avanzar en la reforma, pero subrayan la necesidad de un diálogo de buena fe y un compromiso real para lograr un acuerdo amplio. Para ellos, es preferible esperar uno o dos meses adicionales para garantizar la aprobación de la reforma, en lugar de presentar un proyecto destinado al rechazo.
Sin embargo, no todos en el Congreso están satisfechos con esta decisión. La diputada Camila Musante, del Partido por la Democracia, considera que el gobierno está postergando una cuestión crucial, enlazando la reforma de pensiones con el resultado del plebiscito constitucional. Esta incertidumbre, afirma Musante, afecta negativamente a los pensionados, cuyas jubilaciones ya están amenazadas.
La diputada Daniella Cicardini (PS) dijo: “Nosotros hemos visto cómo el gobierno ha hecho todos los esfuerzos y todas las gestiones para poder avanzar en un acuerdo amplio. Lo importante acá es tener una ley de reforma de pensiones, se han visto algunas gotas y algunos brotes de voluntad política por parte de la oposición pero todavía no es suficiente». Agregó que «algunos que han señalado insistir de que se ingresen indicaciones, bueno, pero eso tiene que ser también sobre la base de un compromiso para que haya ley y que se dé la buena voluntad y de buena fe ese diálogo, justamente para llegar a esos consensos y no transformar la reforma de pensiones en una rencilla política».
Por su parte, el diputado PS Daniel Manouchehri dijo que “si hemos esperado más de 10 años para sacar adelante una reforma de pensiones, yo creo que no hay problema en que podamos esperar uno o dos meses más para poder construir un acuerdo que permita sacar la reforma de pensiones. Lo que nosotros necesitamos no es presentar una reforma de pensiones para que sea rechazada en el Congreso, lo que nosotros necesitamos es una reforma de pensiones que se pueda aprobar.
Aquí la oposición la verdad es que ha estado jugando durante largo tiempo a una pantomima de diálogo en donde no ha habido un diálogo real y claramente tenemos que tener la claridad de las negociaciones, poder avanzar y con el piso suficiente para que la reforma se apruebe. En esto hay que calmar la ansiedad y hay que tener la capacidad de entender que lo que necesitamos es una reforma que suba las pensiones de los chilenos y para eso si hay que agotar todos los esfuerzos para tener la mayoría suficiente, hay que hacerlo”.
En resumen, el retiro de la reforma de pensiones en Chile representa un revés significativo en la búsqueda de una solución a los problemas de seguridad social en el país. La falta de acuerdo y el cuestionamiento de la oposición han llevado al gobierno a replantear su estrategia. La incertidumbre previa al plebiscito constitucional y las dificultades para lograr un consenso pleno hacen que la reforma de pensiones siga siendo un desafío complejo en la agenda política chilena. La pregunta que persiste es si, a pesar de los obstáculos, finalmente se encontrará una solución que beneficie a los ciudadanos que dependen de un sistema de pensiones más sólido y justo.
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