Secretario general de la ONU viaja a la Antártica con el presidente Boric en trascendental visita
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En un hito histórico, el secretario general de la ONU, António Guterres, acompañado por el presidente, Gabriel Boric, ha realizado una trascendental visita a la Antártica. Este viaje no solo simboliza un compromiso directo con la región, sino que también destaca la urgencia de abordar los estragos del cambio climático en lo que se conoce como el Continente Blanco.
En medio de la majestuosidad de la Antártica, Guterres enfatizó cómo la contaminación proveniente de los combustibles fósiles está exacerbando el calentamiento global y desencadenando caos climático en esta región remota pero crucial para el equilibrio ambiental del planeta. «Lo ocurrido aquí no queda confinado a esta parte del mundo», declaró, destacando la interconexión global de los impactos climáticos.
La travesía, que ha llevado a estos líderes a sitios emblemáticos como el glaciar Collins, la isla Kopaitic y la Rada Covadonga, ya se considera un momento histórico. Es la primera vez que un líder de la ONU ha puesto pie en estas latitudes, subrayando la importancia y la urgencia de la situación.
El presidente Boric, en representación de Chile, señaló con orgullo que este viaje se originara desde su país, específicamente desde la región de Magallanes, reconocida como la puerta de acceso natural a la Antártica. Esta visita no solo es simbólica; es un llamado a la acción y a la toma de conciencia sobre la importancia de preservar este ecosistema único.
Ambos líderes recalcaron la magnitud de la Antártica en términos de su reserva de hielo, representando el 90% del hielo del mundo y el 77% del agua dulce disponible. Además, destacaron la relevancia de sus mares en la regulación climática a nivel global, resaltando así la responsabilidad colectiva de proteger este ecosistema crítico.
Guterres, mirando hacia el futuro, aprovechó la oportunidad para dirigirse a los líderes mundiales que se reunirán en la próxima COP28 en Dubai. Hizo un llamado urgente a tomar medidas inmediatas para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados, evitando así un caos climático irreversible. «No debemos perder la esperanza en un planeta sostenible», enfatizó, instando a una acción unificada y decidida.
Este viaje a la Antártica no solo es un reconocimiento a la importancia de la región en términos climáticos, sino también una señal de esperanza. Esperanza en la colaboración internacional, en la toma de decisiones responsables y en la protección de nuestro hogar compartido: la Tierra. La Antártica nos recuerda la urgencia de actuar y preservar, inspirándonos a tomar medidas concretas para asegurar un futuro sostenible para las generaciones venideras
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