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Son unos negreros

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Los efectos del modelo neoliberal en Chile al que se consideró como un ejemplo a seguir por los resultados alcanzados desde los tiempos de la dictadura, es un fracaso.

Concertacionistas ahora socialistas democráticos se conjuraron para colocar a la gran empresa en la preocupación extrema de Chile. Sin ellos volvíamos a la época de las cavernas. Los asalariados sencillamente números.

Callampas de oro fueron naciendo: AFP/ISAPRES/CONCESIONES para beneficio de sus dueños, esos, sus dueños. Los jubilados no tienen acciones en sus cajas de ahorro, le entregan gotas de sangre mensualmente para que no fallezcan al día siguiente. Pensiones miserables mientras la derecha lanzas en ristre las defienden en un parlamento hundido en el más profundo desprestigio, sencillamente una entelequia sin honor.

“La elite política entendió sistemáticamente que reducir la desigualdad, era sacar  pobres de la línea de la pobreza.” Alberto Mayol. El derrumbe del modelo.




Los pobres existen desde tiempos muy antiguos y son los efectos del sistema capitalista de explotación que no sólo azota a los hombres, también masacra al planeta y sus recursos naturales donde se lo reparten a su antojo en la bolsa de valores de Londres y en la quinta avenida de Nueva York. La desigualdad es un asunto que está más allá de comer en el mismo plato con las mismas cantidades de calorías. Lo urgente a resolver es como transformar una sociedad mercado en una que sea construida a escala humana con derechos. La justa reparación para los que construyeron caminos, escuelas, casas y puentes, los fundamentales artistas con sus cantos llamando a las palomas.

Los empresarios nacionales y algunos otros avecindados como si de gitanas se tratara, intentan sacar la suerte hasta donde alcanza la vida de los chilenos. Jóvenes de tercera edad los bautizan y les auguran su poco tiempo en algo mejor. Quieren trabajar más tiempo exponen los empresarios. Tienen alma joven les canta ex presidente la CPC, mientras blandea su látigo de negrero miserable.

Pueden trabajar algunos años más vocifera como si se tratara de un encantador de serpientes venenosas. Con patente de corso se siente con el poder de decidir hasta dónde llega la vida y como debe redactarse la continuidad según su leyenda.

Esclavos vengan a trabajar conmigo yo les doy comida canta el negrero.

Chile una fiesta. La AFP obligaban a bailar al ritmo de sus controladores los dineros que millones de chilenos deben aportar regularmente para que el hambre con todas sus carencias, cuando lleguen esos años inevitables no fallezcan y puedan permanecer algún tiempo más, evidentemente trabajando.

Sin sangre obrera no hay plusvalía.

La derecha afirma que si es posible alcanzar el desarrollo, pero es el que ellos necesitan para sostener su modelo. Por aquello se conoció la corruptela de la financiación ilegal de la política. Los grupos empresariales y todos llevaron agua al molino para convertir a yanaconas provincianos en parlamentarios, y así poder colocar las normas que ellos necesitan. Todos en el mismo saco.

Yo te pago tú me obedeces susurra el karma. Piñera le colocó día, hora y fecha para que Chile fuera parte de la primeria linea de los países con perfumes caros. Nada de nada.

No es posible alcanzar ningún cambio sustancial si se mantiene el actual modelo económico. El desarrollo requiere no solo de la voluntad política de los elegidos, necesita ir más allá para alterar hasta el modelo cultural. Establecer normas con espacios amplios para fundamental la libertad de prensa. Nada será posible si no se le pregunta al pueblo cual el camino más correcto para continuar con la vida.

En un sistema político farandulero y mínimo, más parecido a un circo con pocas luces debe ser la soberanía popular la que elija y conceda. No es aceptable pagar peaje por lo elegido, aquello atenta a esos pocos principios básicos del sistema de democrático.

Época de negreros se viven. Esclavos hay atados a los designios de los banqueros, esos que te prestan dinero que es tuyo para que tengan sueños sin pesadillas. Entonces hay que poner atención. No es justo, ni aceptable ni humanamente hablando que la vida sea un asunto de mercado y ganancia como lo expresa la derecha económica.

Los pobres, los desiguales no pueden seguir cargando sobre sus hombros las consignas fracasadas de un modelo que fue impuesto a sangre y fuego, con dolores nunca antes conocidos. Entonces queda la rabia esperando que llegue la hora para alterar las injustas ruedas del modelo.

Basta ya de negreros.

 

Pablo Varas.

 

 

 

 

 

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Pablo Varas

Escritor

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