Corrientes Culturales

“El Kanka” y sus canciones: una escena de la “razón poética”

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“Lo mal que estoy y lo poco que me quejo.

Tengo el alma en cuarentena y roto el cuerpo.

Qué dolor, qué pena y qué tormento”.

 

 

Juan Gómez Canca, es un artista malagueño que ha alcanzado difusión en la audiencia hispanoamericana, en Chile no es un desconocido y suma una nueva visita para los días 30 de abril y 1 de mayo en el Nescafé de Las Artes, con un formato solista y acústico con un recital titulado “Las canciones”. El Kanka es reconocido por la calidad de sus composiciones acompañadas de letras que hablan del cotidiano de una manera honesta sin renunciar a la ironía propia de los poetas y trovadores. Desde el año 2011 inicia una carrera musical que comienza a distribuirse en España y en otros países consolidándose con discos como “Lo mal que estoy y lo poco que me quejo” (2013), “El día de la suerte de Juan Gómez” (2014) y “De pana y rubí” (2015). Destacándose una premiada trayectoria con sus participaciones en distintos festivales de su país.




El formato que veremos es uno que no le resulta extraño, solista acompañado con su guitarra en la cual demuestra su oficio de escenarios y de bares en los cuales ha cantado sus canciones que recogen la influencia de distintos estilos musicales, aunque siempre en lo que podríamos llamar ese formato de bar para audiencias íntimas abiertas a esos relatos que recogen en una escritura sensible con lo cotidiano de la existencia expuesta en espacios urbanos. Las semejanzas con artistas internacionales como Joaquín Sabina, Jorge Drexler o los chilenos Payo Grondona, Hugo Moraga y Eduardo Peralta, todos grandes exponentes de la música que pareciera sonar mejor sobre piso de madera.

Las letras del Kanka, muestran su conocimiento de la calle, de la noche, de la vida, entregándonos metáforas cargadas de poesía, cautivando a una audiencia cómplice con aquellas experiencias existenciales. Lo existencial no es casual para este artista que se ha formado en el estudio de la filosofía como refugio a esa vida acelerada hacia la destrucción, quizá comprendiendo que la escritura, como se dice en algún diálogo de Platón es un fármaco para la memoria. Esa memoria que no es parte de la totalidad sino que más bien se reconoce en los fragmentos, como consecuencia de esa posmodernidad que terminó de desacralizar nuestras formas de vida.

Un nuevo acierto del Teatro Nescafé de Las Artes que ofrece la oportunidad para disfrutar de este estilo musical que contribuye a la compresión de un sentido como expresión estética de la existencia que no sólo está comprometida con el ser sino que también busca la comprensión del estar. Ser y estar verbos que permiten visualizar la potencia y particularidad de nuestra lengua cuando esta es manifestación del pensamiento, que con el decir de la filósofa española María Zambrano podemos nombrar como “razón poética”, que sin descuidar la emoción permite la expresión del pensar.

 

Alex Ibarra Peña.

Dr. En Estudios Americanos.

@apatrimoniovivo_alexibarra

 

 



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