Columnistas

Caiga quien caiga

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 38 segundos

Cuando la caja de Pandora de Luis Hermosilla posibilitó que un país entero conociera como funcionan las redes de poder en Chile, conspicuos políticos y leguleyos y hasta la candidata presidencial de una de las derechas pronunció el: “caiga quien caiga”. En honor a la verdad son un chiste malo muchas veces repetido, que ya no causa en absoluto ningún efecto, un mate deslavado por donde ha pasado mucha agua y que no sabe a nada.

El teléfono de Hermosilla dejó al descubierto la miseria como la elite política actúa y se benefician entre ellos, esos son los predicadores de la ética, los lanceros dispuestos a combatir la corrupción, los defensores de la vida, el derecho de los padres a elegir, los que han vivido por decenios del erario público, los diplomados en colegios sin número, los verdaderos chilenos.

Chadwick y Hermosilla son amigos, trabajaron juntos, uno ministro y el otro jefe del equipo jurídico del ministerio. Hombres de almuerzos opíparos y de largas sobremesas, donde los asuntos no estaban relacionados con la vaguada costera sino a buscar soluciones para los amigos cercanos.  Es allí donde los permisos que duran un año en trámites se resuelven en tres semanas. Los Sauer fueron los que pagaron a un jurista alemán para que sus aportes y antecedentes ayudaran en la defensa de AC en los momentos de la acusación constitucional. Todo sin boletas ni facturas.

Chadwick es un verdadero chileno, sus declaraciones no se filtran, no son de conocimiento público, nadie conoce el día ni la hora en que llegará a la fiscalía para prestar declaración, aquello es un secreto, no aparece en los diarios del duopolio. Se comenta que aquello no sucede sencillamente por su pasado pinochetista que lo dejó con una capa de hombre invencible.




A los que no entregan el vuelto del pan quedan ad portas del paredón o mueren calcinados en una prisión por vender dvd piratas.

No todos son iguales frente a la ley.

Capitán Yaber es actualmente la mejor pintura realista de los tiempos que corren.

Todos jugadores de las grandes ligas, Frei Ruiz-Tagle, el ex alcalde de Vitacura Torrealba, donde también habitaron Jaime Orpis, Lavín y Delano que cruzaron las rejas reclamando inocencia.

Y entonces entran al juego las ya conocidas “filtraciones”. Ese nefasto sapeo que se hace carne molida en el mundo político. Los ruidos de lanzas quebradas en los pasillos del congreso son como una peregrinación a los baños de Lourdes. Entonces se da inicio entre los castos, puros y limpios la batalla contra los malos y pérfidos.

A nadie les interesa que haya un diputado del PDG cobrando su dieta parlamentaria que está en prisión por violación. Catalina Pérez con reclusión total en su domicilio por el caso Democracia Viva. Un republicano apellidado Ojeda por delitos cometidos al amparo de una fundación que ofrecía falsos diplomas a mujeres pobres para convertirlas en emprendedoras mientras hacían cursos de manicure. Diego Ancalao, quien intentó ser candidato a la presidencia con firmas falsas de un notario que había muerto y pasó un buen tiempo en la Cárcel de Osorno también por asuntos de dineros mal habidos.

Lo complicado en este obituario semi incompleto es que desde esa cueva se redactan leyes, y en un casi sagrado intento de falso suicidio redactan las reformas para cambiar el sistema político.

De los alcaldes es mejor no hablar dado que la lista de ladrones, corruptos, impíos, pecadores, falsos hombres de fe es muy extensa. Son más de 200 en proceso de investigación, todos mayoría en municipalidades con pocos recursos, lo que hace aún más grave el delito de abuso con plata pública y con militancia RN/UDI, aunque también hay PS y otros, pero son menos. Aquello no los esculpa, el ladrón es ladrón, aunque se vista con impermeables Búfalo.

No todos son iguales frente a la ley.

Desde siempre la esquina de calle Bandera con Compañía expele mal olor. Puede ser por la falta de mantenimiento del alcantarillado o la poca ventilación en las oficinas de los supremos. Por esos pasillos transitaba Hermosilla como un monaguillo bendito ofreciendo servicios y escuchando a ministros/emprendedores para los altos cargos. Un beso y forever, después una buena sala con todos los ministros a su favor. Amor con amor se paga. No se sabe si la entrada a Olimpo tiene baldosas y columnas altas. La derecha olvidó esas primeras semanas cuando a gotas fueron saliendo la cartas marcadas del teléfono del amigo de Andrés Chadwick, todos tomando pastilla de carbón.

El caiga quien caiga no sirve, lo válido es el golpe de machete sonando cuando se dicta condena, el resto es música, papel para el baño.

 

Pablo Varas.

 

 

 

 

 

 

 



Pablo Varas

Escritor

Related Posts

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *