
Censura disfrazada de moral: la derecha ataca a Janet Toro y al arte crítico
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 53 segundos
La reconocida artista visual Janet Toro ha respondido con firmeza a los cuestionamientos y ataques recibidos por parte de sectores ultraconservadores, en particular del diputado republicano Cristián Araya, quien calificó su obra como un «ultraje a la bandera nacional» y exigió explicaciones al Ministerio de las Culturas por la exposición actualmente en exhibición en el Museo Nacional de Bellas Artes. Se trata de denuncias extemporáneas y anacrónicas, sin embargo ha sido reavivado no por las declaraciones del diputado Araya y tres acompañantes en su visita al MNBA sino por la cobertura amplificada y destemplada de algunos medios de comunicación. El canal Mega le dedicó un reportaje a una denuncia que no debería alcanzar más allá de las redes sociales.
La muestra titulada «Janet Toro. Intimidad radical. Desbordamientos y gestos», curada por Cecilia Fajardo-Hill, reúne más de cuatro décadas de trabajo artístico de Toro, una figura clave en el arte de la performance en Chile. Sin embargo, dos de las obras incluidas, bajo el título “La bandera en los tiempos de la indignación”, han provocado la reacción airada de grupos ultranacionalistas, quienes acusan a la artista de “provocación ideológica” y de “humillar” los símbolos patrios.
El jefe de la bancada del Partido Republicano, Cristián Araya, ofició a la ministra de las Culturas, Carolina Arredondo, cuestionando el eventual financiamiento público de la exposición. “¿Se usaron fondos públicos para esto? ¿Qué ha hecho el Gobierno frente a este ultraje?”, planteó el parlamentario, asegurando que la exposición no sería arte sino una provocación con fines políticos. “Aquí no hay censura. Hay respeto. Y la bandera no se toca”, declaró.
En respuesta, Janet Toro emitió una declaración pública, donde defendió el carácter artístico, político y ético de su obra. “Mis obras artísticas son expresiones consistentes, que se inscriben en un concepto de arte contemporáneo válido”, afirmó, agregando que estas se originan en una reflexión sobre contextos sociales, políticos y existenciales. En particular, explicó que “La bandera en los tiempos de la indignación” surgió como reacción a las violaciones de derechos humanos ocurridas durante la Revuelta Social de 2019, cuando más de 400 personas resultaron con mutilaciones oculares.
Toro denunció que las amenazas y descalificaciones que ha recibido evocan episodios oscuros de la historia: “Apelo a la libertad de expresión, como un derecho inalienable de toda persona, de toda democracia sana. Derecho que no debe ser borrado de una plumada por el antojo de algunos/as, que se aproximan a lo que en la Alemania nazi se llamó Entartete Kunst (arte degenerado)”.
La artista rechazó enérgicamente el uso de términos como “terrorismo” para referirse a su obra y recordó que el arte y la cultura son pilares fundamentales del alma de una sociedad. “El arte debe mantener su espacio de libertad, de crítica y de emplazamiento”, concluyó.
El episodio ha reavivado el debate sobre los límites de la libertad artística, el uso de símbolos patrios en el arte contemporáneo, y el rol del Estado en la promoción de la cultura. Mientras sectores conservadores exigen censura y castigo, artistas, curadores y defensores de los derechos culturales llaman a proteger la autonomía del arte frente a los embates ideológicos.
La curaduría de Fajardo-Hill —conocida por su trabajo en la influyente exposición Radical Women: Latin American Art 1960–1985— propone un recorrido por la obra multidisciplinaria de Janet Toro, que abarca pintura, objetos, instalaciones y performance. La selección articula un potente discurso desde lo íntimo hasta lo colectivo, abordando memorias de la violencia, luchas sociales y de género, ecología y los conflictos no resueltos de la democracia chilena.
La exposición se enmarca en la línea programática del MNBA que busca disminuir las brechas de género en las artes visuales. “Desde los años 80, la obra de Janet Toro ha sido un aporte crucial, abordando problemáticas profundamente vigentes. A través de la performance, nos muestra un cuerpo que denuncia desde la fragilidad y la resistencia, invitando a una reflexión sobre las experiencias individuales y colectivas”, señala la directora del MNBA, Varinia Brodsky Zimmermann.
Janet Toro (1963) es licenciada en Arte por la Universidad de Chile y vivió 15 años en Alemania, donde profundizó su formación artística y pedagógica. Su obra integra performance, instalaciones, dibujo, objetos y nuevos medios, con una fuerte raíz en la experiencia personal, la intuición y la investigación.
Durante la dictadura, fue parte de la Agrupación de Plásticos Jóvenes (APJ), realizando acciones visuales urbanas de denuncia. Más tarde, integró el colectivo Plástica Social, centrado en la performance y el espacio público.
Entre sus proyectos recientes más destacados están El cuerpo de la memoria (2023), basada en una investigación sobre 62 métodos de tortura, y Ausencia Presencia, junto al coro Voces de la Rebeldía, compuesto por ex prisioneras políticas. En 2018 presentó La torre vive en el GAM, una instalación de gran formato, y en 2019 realizó la performance El despojo con exhabitantes de la Villa San Luis.
Ha participado en exposiciones internacionales como Radical Women, en museos de Estados Unidos y Brasil. Además, ha sido docente y conferencista en seminarios internacionales de arte y feminismo, y trabajó como pintora escenográfica en el Teatro Municipal de Santiago.
Alejandro says:
Los que bombardearon la Moneda con la bandera en el asta hablan ahora de ultraje. Si no comparten el sentido estético de la señora Toro no miren sus obras y punto. Miren la bandera.
alfredo kirkwood says:
Todas las instalaciones son idioteces. Eso si, la idiotez de la bandera tiene un aspecto redentor: emputecer a un idiota republicano.