
Vitivinicultura y gastronomía: el vino en la mesa
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Un ejercicio de memoria no tan forzado nos puede llevar a recordar esta imagen del vino en la mesa doméstica, cuestión que sin duda es parte de la comprensión de que el vino es un alimento. La riqueza de nuestra comida se ve potenciada con el tremendo valor de la producción vitivinícola en el territorio, es innegable que los mostos son parte de la cultura nacional aunque sepamos poco de esto, de ahí la importancia de los eventos comprometidos con el buen comer motivándonos a conocer más de eso que somos y sobre lo cual tenemos la responsabilidad de no dejar de serlo cuando aquello constituye un valor.
El restaurante Damajuana ubicado en el Barrio Italia se destaca con una carta que reinterpreta platos tradicionales de la comida chilena desde la recuperación que ha hecho el destacado chef nacional Ricardo Cornejo junto a un equipo de trabajo comprometido, entre ellos Renata Osses, Rodrigo Álvarez y Carla Jara, que le van dando la mística a este espacio. Las preparaciones de las comidas se han ido potenciado con la incorporación de nuevas etiquetas de destacados productores que se van ganando un reconocimiento por distintos paladares entendidos y no tan entendidos, dado que el vino es un producto para todos.
En este encuentro anfitrionado por Damajuana hubo presencia de distintos valles y de varias cepas, los brebajes no sólo fueron vinos destacándose los exquisitos Vermuth maulinos de Casa Negra, destilados como gin Provincia y Pajarillo, brebaje Chupito. Siempre estas ferias aportan el conocimiento de nuevas etiquetas, en esta ocasión destaco el espumante Brut (Blanc de blancs) llamada “La Escritora” de Forestal con uvas cercanas al pueblo de Duao en la Comuna de Maule; el Carignan “Octavo Pasajero” de OVNI Wines del Itata; un Blend (Carignan, Mourvedre y Garnacha) del Maule de Terranoble Disidente; y el potente Cabernet Sauvignon de Parker que también expuso sus sidras elaboradas en el Huape valle de Colchagua; el norte chileno estuvo representado por Le Coq.
Los asistentes una vez que pudieron degustar las etiquetas se les invitó a que jugaran a ir maridando libremente las comidas con los vinos que eligieran sin las restricciones de la sommeliería, también se agasajó con una preparación de vino navegado que por cierto viene bien en estas noches de invierno conmemorando otro elemento de la cultura popular.
Instancias como estas son necesarias para fortalecer la comprensión de que el vino es un alimento noble al cual podemos acceder disfrutando la gran variedad existente que debería sernos más conocida por el valor cultural de una historia que es transversal a las capas sociales al no ser exclusiva de la industria ni del agro terrateniente de la oligarquía nacional.
Alex Ibarra Peña.
Dr. En Estudios Americanos.
@apatrimoniovivo_alexibarra