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Un nuevo hito para la historia del vino chileno: La Bancada del Vino

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Esta semana trae un entusiasmo contagioso como precuela a nuestra Fiesta Nacional de Independencia que suele cortarnos el año en dos, con la celebración del Día Nacional del Vino, junto a esos primeros aires de la primavera que suelen ser consignados como propicios para el amor. Tener una Bancada del Vino en el Parlamento es algo que parece necesario, la industria del vino en Chile tiene una larga historia que seguro se sigue y se seguirá escribiendo también en su porvenir, de ahí que sea necesario detenerse a soñar un mejor escenario para nuestros mostos.

La relación del vino con el mundo político tiene ya un largo trayecto dado que las familias terratenientes de nuestra oligarquía solían ser propietarios de los viñedos, la generación de riqueza por la élite criolla fue atraída por este producto desde lo que se puede llamar el primer intento de modernización impulsada por las visiones capitalistas que fomentó el liberalismo y que no dejó indiferente a conservadores. Hace unos días pensaba la imagen de que Chile puede ser visto como una gran viña tratando de mostrar que el vino es parte de una historia de los que quehaceres que culmina con ese producto que porta elementos identitarios nacionales.

El fomento de una identidad nacional es una de las tareas que debe asumir la política pública, así que no es algo forzado aceptar una bancada del vino. Interesante la gestión realizada por Vinos de Chile para lograr captar compromisos de los distintos sectores políticos representados en el Congreso. Varias de las normativas del vino, como el ILA (que es un impuesto mayor que el IVA) afectan la comercialización con la consecuencia de un encarecimiento del producto. Este tipo de asuntos serán pertinentes para esa Bancada del Vino.

Un elemento para estar alertas será la cuestión sobre a quiénes representará esta bancada dado que el mundo de la producción del vino en Chile, tiene un presente de tensiones que suele tener divididos a los productores grandes de los productores pequeños. Considerando este elemento es necesario que el compromiso político sea transversal, que beneficie a todos aquellos que participan de la actividad con su trabajo, pasión y sueños. La tarea de representación de una Bancada del Vino tendrá que ser motivada por el desarrollo que tanto esperan nuestros territorios, es largo el espacio de las plantaciones de la vid, cuestión que hace interesante en cuanto a una posibilidad de desarrollo para muchas de nuestras comunidades. La Bancada del Vino, por otra parte tendrá que dar pruebas de blanqueamiento, en cuanto a los intereses comprometidos de los políticos que la integren, lamentablemente nuestra historia política acopia varios ejemplos de la escasa probidad de algunos parlamentarios.




Desde una concepción más cultural del vino, es necesario superar una reducción al criterio comercial, esto el elemento identitario lo exige nutriéndose de fortalecer una cultura de carácter popular y no excluyente. Lograr una identidad nacional con este producto es también una posibilidad de fortalecimiento democrático, por eso es que es relevante lo que la sociedad civil con su debate y participación nutre a la cultura tomando conciencia de los que somos.

 

 

Alex Ibarra Peña.

Dr. En Estudios Americanos.

@apatrimoniovivo_alexibarra



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