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¡Sebastián Piñera muérdete la lengua! De la tragedia de Cúcuta a la de Colchane

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Hace dos años en Cúcuta el Presidente Piñera, acompañado de políticos, (entre ellos Duque, Pompeo, Guaidó, y otros), que constituyen la peor ralea de la humanidad, se juntaron en la frontera de Venezuela y Colombia, con el fin de invadir el país de Bolívar, so pretexto de internar “ayuda humanitaria” junto con armamento para asesinar al pueblo venezolano, (cada vez que este tipo de gente habla de humanidad me provoca la sensación de náuseas).

Ser amoral, sabemos, no es lo mismo que ser inmoral, tal como anómico no es a nihilista. En el caso de Piñera, le cabe el término de amoral y anómico, (carece de reglas, y menos puede someterse a aquellas que no le reporten el bien personal).

El Presidente Piñera había ganado holgadamente las últimas elecciones presidenciales y pretendía, en su afán narcisista, convertirse en el líder de la derecha latinoamericana, y prácticamente no tenía rival, (por ejemplo, Iván Duque es de escasas luces, Lenin Voltaire Moreno es un traidor y, además, ha conducido a su país al desastre; Jair Bolsonaro, de Brasil, podría haber sido su competidor también, pero ha probado ser un fanático carnicero).

Ya sabíamos que Piñera era ineficiente para conducir un país, y lo demostró durante su primer mandato, sin embargo, el elector, por lo regular, ha sido un idiota que siempre vota por su amo. Hay que reconocer alguna cualidad de Piñera: es bueno para los negocios, sobre todo si lo favorecen, y no podemos negar que lo hizo bien en el asunto de adelantarse en la adquisición de vacunas contra el Covid-19.




Al igual que en el Decálogo de la Biblia, hay reglas fundamentales que no pueden dejarse de lado: la primera que debe seguir un financista es no meter todos los huevos en la misma canasta, es decir, en este caso, y la segunda, no invertir en una sola Compañía o Empresa, (si una de ellas cae, la otra puede subir), por consiguiente, se termina ganando.

Hubo países que adquirieron una sola marca de vacunas, por ejemplo, la Oxford, que resultó ser ineficiente; otros, como Argentina, que se quedaron sólo con la vacuna Sputnik V; Estados Unidos, monopolista por excelencia, se quedó con Pfizer y Moderna. “El genio de las finanzas”, aprovechó su experiencia en especulación para adquirir cuanta vacuna ofreciera el mercado, comenzando por la Pfizer y siguiendo pos la china, Sinuvac. El subsecretario de Relaciones Exteriores está tratando de comprar la Sputnik V.

Sabemos que Piñera es un desastre como gobernante y pasó lo que se preveía: a la invitación, en Cúcuta, a todos los inmigrantes venezolanos que quisieran venir a Chile, el pueblo de Colchane terminó con más inmigrantes que nativos, y también la heroica y turística ciudad de Iquique terminó invadida, y sus parques y playas destruidas por los ocupantes venezolanos.

Ahora podemos constatar que del ofrecimiento de residencia a los venezolanos pasó de inmigración a un cataclismo humanitario. Piñera, cuya palabra empeñada no cuenta, en vez de recibirlos con los brazos abiertos – según su promesa – los está expulsando del país cual delincuentes, cada uno vestido de overol blanco, con un policía (PDI) al lado.

Cuando el Presidente Piñera muestra pocas luces, es lógico que sus ministros de Estado sean algo parecido: El ministro del Interior, Rodrigo Delgado, (según algunos vecinos, transformó su comuna en un “mercado persa”), está aún “comiendo el sapo” que le envió el alcalde de la comuna de Colchane, cuando expresó por televisión, que no quería más ministros e intendentes, que sólo visitaban esa ciudad para poner cara de foto y salir por TV.

El Canciller, Andrés Allamand, (eterno candidato a la presidencia de la nación, ha perdido todas las elecciones de precandidato), a quien sólo los traidores de la Concertación de Partidos por la Democracia lo consideraban progresista, sin siquiera haberse dado cuenta de que es un personaje superficial e incapaz, volvió a caer en su ineficiencia, en Colchane, al negar la vacuna, incluso a los inmigrantes ilegales que viven en Chile, lo que demuestra una ignorancia e inhumanidad supinas. Por suerte es ministro de Relaciones Exteriores, que nos avergüenza, y fue desmentido por el único ministro pasable de Piñera, el ministro de Salud, el médico Enrique Paris.

Lo cierto es que vamos a tener que aguantar a Piñera hasta marzo de 2022.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

12/02/2021

 

 

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Historiador y Cronista

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