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El 28 de abril de 2021 se consideraba el día, hasta ahora, según las estadísticas, como cima del contagio del virus. Los jueces intentaron detener el paro nacional, pero obtuvieron como respuesta de la ciudadanía lo contrario: en el caso de la alcaldesa de Bogotá, Claudia Fuentes, ofreció a los líderes del movimiento la realización de un paro virtual a través del Canal de la Municipalidad, (algo así como pretender llevar a cabo la revolución por la pantalla grande).

Entre los Presidentes ultra-liberales, Iván Duque, (hijo putativo del criminal, autoritario, despiadado y paramilitar, el ex Presidente Álvaro Uribe Vélez), es considerado el  más imbécil de los gobernantes: el “monigote” Duque, ha hecho tantas tonterías durante su gobierno que el pueblo sólo espera que termine su período de gobierno, (al igual que Sebastián Piñera, en Chile).

Colombia ocupa actualmente uno de los primeros lugares en América Latina en número de infectados y muertos a causa del Covid-19, y para más remate, el proceso de vacunación es muy deficiente y lento, y a muchas capitales de Departamento no llega el segundo stock de dosis requerida.

El hecho de que Colombia esté dominada por la peste no ha impedido que se llevara a cabo, en la mayoría de las ciudades capitales de Departamento, la manifestación planificado contra el gobierno desastroso de Iván Duque, a quien, en plena pandemia y cuarentena, se le ocurrió la “genial” idea de promover una reforma fiscal que subiera el Impuesto Predial,  (por consiguiente, subida en el precio de los arriendos), además de pretender duplicar el número de personas que antes no pagaban impuestos, subiendo el límite al equivalente de 1.500 dólares; también propone, en el proyecto ley, subir el IVA y, por consiguiente, el precio de los alimentos, entre otros impuestos. El gobierno, en vez de asesinar a su pueblo por el hambre,  la miseria y la persecución, debiera protegerlo.




Como diría el ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, “el virus es mucho mejor persona que el hambre…”, y mal que mal, morir por su causa es menos doloroso que soportar el hambre.

El paro nacional de ayer tuvo su punto fuerte en la ciudad de Cali, (Capital del Valle del Cauca), y hasta ahora se contabilizan dos muertos y varios heridos y detenidos. El gobernador del Departamento decretó Estado de Sitio y militarización de la ciudad. La pequeña ciudad de Pasto, (Capital del Departamento de Nariño), dio la sorpresa con una ciudad ocupada por los manifestantes.

En los paros nacionales en Colombia, los convocantes eligen los lugares de encuentro: por ejemplo, la Avenida Suba, ocupada desde las 5:00 horas; posteriormente, coparon la Plaza de Bolívar, cubriendo con una bandera nacional la estatua del Libertador; finalmente, hacia las 14:horas, la alcaldesa de Bogotá, al darse cuenta de que estaba paralizado el transporte público, (incluido el Transmilenio, principal eje de transporte público de pasajeros de la Ciudad), pidió a los ciudadanos volver a sus casas, (prisión domiciliaria a la cual están acostumbrados desde el comienzo de la pandemia), pero la mayoría no siguió  sus órdenes, (salvo una que otra beata de avanzada edad y, además, temerosa).

El proyecto de ley para la reforma tributaria tiene toda la posibilidad de perder, tanto en la Cámara de Representantes, como en el Senado, pues a los partidos de la oposición se suma la mitad del los parlamentarios del partido de gobierno, el Centro Democrático, (muchos de ellos pertenecen al “lumpen clase media, que se ven afectados directamente en el caso de aprobarse el proyecto de ley).

En octubre de 2019 los ecuatorianos comenzaron la rebelión en los pueblos latinoamericanos, encabezada por los indígenas que, en las elecciones recién pasadas, votaron por el candidato de los banqueros, (“ser indio, pero no tonto…”). Le siguió “el estallido social chileno” del 18 de octubre del mismo año, que sólo lo frenó la irrupción de la pandemia, en marzo de 2020. A los pocos días, en noviembre de 2019, le siguió Colombia.

El continente sudamericano se halla en un cambio de ciclo, y el neoliberalismo, junto con sus Presidentes, limitados política y mentalmente, corruptos, ladrones e inmorales, algún día caerán. Las oligarquías, importadas de miserables extremeños y de curas degenerados, ya hace tiempo que debían haber sido vencidos por su pueblo, y es evidente que algún día se cumplirá la profecía de Salvador Allende: “…más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre…”

¡Y a los plutócratas, empresarios, políticos, fascistas y ladrones, que el diablo se los lleve!

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

29/04/2021

 

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Historiador y cronista

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  1. Germán Westphal says:

    Mis amigos colombianos que no son ningunos reaccionarios e incluyen académicos, estudiantes universitarios, un chofer de taxi y dueñas de casa, dicen que en algunos días se realizará otra gran protesta en la plaza Bolívar porque no hay camas suficientes y tampoco oxígeno para atender en las UCI de los hospitales a todos los contagiados del 28 de abril!

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