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El pinochetista Piñera

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No queda duda que aquel gesto de cerrar el penal cordillera y hablar de cómplices civiles/pasivos formó parte de una puesta en escena para salvar la pesada conciencia de su padre que luego de firmar la carta de los Trece del PDC condenando el golpe militar no tuvo la consistencia para mantenerla. Llamó para que lo borraran de aquel documento que salva a unos cuantos y del que muchos han tratado de colgarse para evitar la condena de ser aquellos que fueron a golpear las puertas de los cuarteles.

 

La trayectoria económica piñeirana durante la dictadura es placentera. El modelo estaba construyéndose para ellos y alejado de la violenta realidad que conocía la inmensa mayoría de agredidos ciudadanos. El PEM y el POJH, millones de chilenos trabajando por unos miserables pesos para vivir son el mejor ejemplo de que el modelo estaba destinado para unos pocos, entre ellos Piñera.   

 

Piñera construyó su hazaña en el Banco de Talca, que ha sido como una sicopatía permanente de la que nunca ha querido curarse. Arroparse de la mentira cuando la dura realidad es un perfil de quien camina en la débil línea entre la delincuencia y fanfarronería. No es lo mismo ser fugitivo de la justicia y tener un hermano en el ministerio de Pinochet.

 

No es creíble que haya votado por el NO. Las cuatro esquinas de la razón confirman que aquel acto es secreto pero sus pasos y accionar lo llevan para demostrar que no marcó aquella alternativa. Piñera votó por el SI. Como se puede olvidar a Piñera empujando como alocado empresario el carro presidencial de Buchi, el elegido por Pinochet al que no quiso el padre de Piñera condenar y para quien trabajó su hermano y sus amigos. Pero ese es finalmente un asunto de familia y amigos.




 

Piñera sabe jugar con dinero sin importar como lo junta. En los años noventa cuando los números mostraron casi un 10% de crecimiento nunca antes conocido, las garras piñeiranas estaban obnibuladas entre los miles de millones que sus empresas acumulaban. Esos tiempos en que todo es perfectamente legal pero que su interior llevaba el diseño de eludir los pagos que se deben hacer al erario nacional. En lenguaje sencillo eso es robo.

 

El juego sucio y avariento lleva recordar cuando el 2011 exigió el dueño del retail Johnson´s el pago de impuestos no pagados. Sin embargo, se le condonaran las multas e intereses acumulados por casi 10 años y que llegaban a la friolera de $ 59.000 millones. Asunto de socios, finalmente uno de ellos era el presidente de Chile.

 

Piñera es un asiduo practicante de los juegos sucios tal como se lo dejara una radio Kioto donde sin el menor reparo se devoraba en pedazos a su amiga Mathei, su lancera y pedía la dejaran como una “tonta”. Años después votó por ella en su derrota anunciada. Algo así como el compañero malo del curso, ese que se comía su manzana escondido debajo de las escaleras del colegio.

 

Posiblemente Piñera es uno de los pocos presidentes de Chile que debe esconder las fotos que se toma con sus amigos. En el caso de Perú por ejemplo los últimos han terminado en prisión o fugados de la justicia por ladrones, Humala, Toledo, PPK, abyectos y serviles entregados a la corrupción. En el escenario nacional tampoco queda menos. Sus aliados económicos como Lavín y Délano procesados por torcer la legalidad tributaria a quienes no fue a visitar mientras estaban en la cárcel. Olvidó a su amigo (UDI) Orpis encausado por tantos delitos tributarios muchos para beneficio personal. No recuerda a Rosauro Martínez (RN) procesado por asesinato de personas indefensas.

 

Es pequeño, chiquito y no da el ancho para pasar a la historia. Posiblemente aún no han pasado muchos años de su triunfo porque nadie logra todavía entender cómo la precariedad lo abrazó dándole las condiciones para que este país sea gobernado de esta forma, es decir entre la mentira, la falta de ética y la entrega a los grupos económicos de un sistema tributario que estará lejos de los ingresos que necesita el país para repartir de mejor manera los millones para los necesitados que no son la “clase media” por la cual ellos sostiene trabajar.

 

Posiblemente los países nunca desaparezcan pero sin lugar a dudas este periodo no estará escrito como uno significativo. Se preguntarán las próximas generaciones qué pasó para que se volviera a la gobernancia piñeirana/pinochetista.

 

Aunque un narcotraficante compre todos los números de rifa del curso de su hijo, aunque asista a todas las reuniones de apoderados y pague el bus para el paseo de fin de año, seguirá siendo un traficante, eso no cambia.

 

Hoy cuando Bolsonaro, amigo de Piñera considera que el asesinato bajo tortura del general Bachelet es una victoria sobre el comunismo internacional, el ahora presidente no queda a la altura de los hombres, más bien se hace pequeño, mediocre, un lunar, un insignificante dibujito del tamaño de un gusano.

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