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Neuquén se levanta: histórica marcha en apoyo al pueblo mapuche tras brutal represión

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Más de 10.000 personas marcharon este 24 de julio por las calles de Neuquén en una masiva y diversa movilización convocada por la Confederación Mapuche de Neuquén y comunidades del territorio, en respuesta a la violenta represión sufrida por integrantes del pueblo mapuche días antes, cuando realizaban un acampe pacífico frente a la Casa de Gobierno argentino.

La movilización, definida como histórica, fue encabezada por las comunidades Newen Kura, Fvta Xayen, Kelv Kura y Ragilew Cárdenas, y reunió a una amplia gama de sectores: organismos de derechos humanos, sindicatos, organizaciones estudiantiles, colectivos sociales y partidos políticos, que bajo la consigna “Unidad de las luchas contra el gobierno de las petroleras y la represión”, denunciaron el avance represivo del gobierno provincial y el saqueo del territorio a manos del extractivismo.

“Éramos 60 y nos reprimieron. Hoy somos 10.000 en la calle”

Con esa frase, el werken Lefxaru Nawel, detenido durante la represión del 20 de julio, cerró el acto frente a la multitud. A su lado, Liliana Romero, logko del Lof Fvta Xayen y también víctima del operativo, denunció la política violenta impulsada por el gobernador Rolando Figueroa y su vice Gloria Tobares.

La bandera principal de la marcha fue clara: “No a la represión. No a los gobiernos de las petroleras”. El mensaje, reproducido por medios independientes como Info Territorial y Revista Cítrica, fue dirigido al gobierno neuquino: “No vamos a permitir que instalen la violencia política como forma de gobierno”.




Un modelo que amenaza territorios y derechos

El trasfondo de la represión fue el reclamo de las comunidades mapuche por el reconocimiento legal de sus personerías jurídicas, lo que les permitiría ejercer su derecho al territorio y a la consulta previa en decisiones que los afectan, como la expansión de proyectos extractivos en Vaca Muerta.

El gobierno de Figueroa se ha negado a conceder estas personerías, alegando tecnicismos, y en su lugar ha respondido con violencia y silencio cómplice, denuncian desde la Confederación Mapuche. El werken Jorge Nawel acusó al Ejecutivo de “inaugurar un ciclo de violencia política muy grave” y apuntó al “servilismo de sectores políticos que dicen ser nacionales y populares pero guardan silencio ante la represión”.

Un grito que atraviesa provincias

A la marcha también se sumaron representantes de la Coordinadora del Parlamento Mapuche Tehuelche en Río Negro, como el werken Hugo Aranea, quien expresó: “No necesitamos papeles para saber que existimos. El pueblo mapuche está presente, está vivo y va a pelear por su territorio y una vida digna”.

Desde las columnas, se alzaron otras banderas: defensa del agua, la autodeterminación, el derecho al territorio, el rechazo a los proyectos extractivos y la crítica a la supuesta “modernización” asociada al desarrollo petrolero, que solo ha traído contaminación, fragmentación social y persecución.

En ese sentido, la marcha fue más que una reacción: fue un llamado a construir una alternativa política desde abajo, articulando las luchas por los derechos indígenas, la defensa del medioambiente, la justicia social y la soberanía popular.

Contra la impunidad, por la unidad

La Confederación Mapuche de Neuquén agradeció el apoyo ciudadano y valoró la unidad construida en la calle:

“La enorme participación demuestra que hay conciencia social frente al avance violento y racista del modelo petrolero. La esperanza está en la unidad de todas las luchas”.

La represión del 20 de julio, lejos de intimidar, encendió la chispa de una respuesta colectiva que promete no detenerse. Neuquén habló fuerte y claro: ni represión ni extractivismo. La defensa del territorio y la dignidad del pueblo mapuche son hoy una causa común.



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