
Chomali habló desde el púlpito
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Resultó extraña la intervención política del arzobispo de Santiago por hacerlo de manera tan contingente en un tiempo que está marcado por elecciones presidenciales.
Hace ya más de cien años que el Estado se separó de la iglesia siendo Chile un país laico. Aquello no implica que las religiones hayan dejado de existir, y más aún, tienen el derecho a la palabra y generosos beneficios tributarios.
Hacer mención que fue una presidenta que se define como agnóstica, quien decreta un día en el año para festejos de las iglesias en las diferentes confesiones.
Al parecer el arzobispo Chomali vuelve a dar un nuevo impulso a su iglesia que desde hace bastantes años cayó en el descredito, la perversión, los abusos sexuales y la pedofilia. La iglesia de Chomali dejó de ser la institución que era en muchas ocasiones mediadora de conflictos. El mundo empresarial y la derecha se apoderó de sus púlpitos, los convirtió en trinchera y ella se dejó estar.
Recordar a los grandes empresarios defendiendo a Fernando Karadima en página completa pagada por ellos en El Mercurio. Los que firmaban aquella proclama no leyeron aquello que: sólo la verdad los hará libres, y los tres acusadores la tenían. Perdió la iglesia y los grupos económicos.
Los efectos en esos periodos fueron extremadamente graves, recordar que la máxima autoridad de la iglesia católica solicitó la renuncia a todas las altas autoridades de la iglesia católica chilena.
Errázuriz y Ezzati anteriores a Chomali protegieron a miembros de la iglesia católica en los casos de abusos de menores.
Los casos de Renato Poblete, Fernando Karadima. Cristian Precht, Francisco José Cox en esos momentos arzobispo. Felipe Berrios Jorge Galaz director del Pequeño Cottolengo, violentaron la conciencia de todo un país.
También es justo dejar constancia que este tipo de delitos han sido cometidos por pastores de las diferentes iglesias evangélicas a las cuales se le deben adjuntar los de carácter económico.
La iglesia católica tiene buena memoria. Constantemente nos recuerda su historia, las persecuciones de las que fueron objeto, de sus crisis y los cismas sucedidos que posibilitaron la formación de otras iglesias.
Tanto la eutanasia como el derecho que tienen las mujeres a decidir sobre su cuerpo es un asunto de derechos. Nadie censura a Chomali por su crítica, lo que sucede es que en Chile no todos son católicos, existen los ateos, agnósticos y libres pensadores.
Los resultados en el último censo de población, dejó en evidencia el precario estado de los católicos. Para nadie es asombro que las abominables conductas algunas autoridades católicas posibilitaron el aumento considerable del mundo evangélico.
Justo hubiera sido porque era también un buen momento referirse al Plan de Búsqueda de los Detenidos Desaparecidos. Allí está el caso de Antonio Llidó a quien Pinochet lo definió como un cura terrorista. Joan Alsina fusilado en el Puente Bulnes. Al cura Miguel Woodward torturado en el buque Escuela Esmeralda y posteriormente desaparecer.
Sacerdotes perseguidos como José Aldunate que se consagró para condenar la tortura aplicada por los agentes del Estado. Blanca Rengifo dedicada a la causa de los derechos humanos y tantos otros. Chomali guarda silencio.
Era el momento para preguntar: Caín donde está tu hermano.
Chile es un país marcado por los atrasos en derechos fundamentales sobre los cuales se hace necesario avanzar, pero aquello está muy lejos cuando la autoridad de la iglesia los cercena, los cuestiona.
Ya el mundo en el tercer milenio debe irse desprendiendo de los dogmas y posibilitar el acercamiento al conocimiento y la ciencia, sin los cuales poco nos alejamos de la época de las cavernas.
Fue un Te Deum estrecho, panfletario, sesgado inconcluso. Más que un aporte se habló para algunos programas de candidatos a la presidencia.
Pablo Varas.





