
A Gonzalo Carranza le dieron la libertad para matarlo, el 3 de febrero 1978, cuando tenía 27 años. Le abrieron las puertas de la cárcel y nunca más se supo de él. Con toda seguridad le aplicaron la “ley de fuga”. Fue a pocas cuadras de la cárcel de La Plata, adonde lo habían trasladado. […]