Mientras los chilenos se preparan para votar, queda abierta la pregunta central de este ciclo político: qué país imaginan y qué temores, expectativas y narrativas terminarán definiendo esa decisión.
Sectores de nuestra producción, especialmente en la agricultura y la minería, no habrían tenido tanto auge sin este trabajo migrante, como que tampoco nuestras exportaciones alcanzarían aquellas abultadas cifras con que tanto se ufanan la política y las organizaciones patronales.
En nuestro país, según lo que se aprecia en la prensa, existen del orden de las 1.500 tomas de terrenos privados y fiscales, ya sea urbanos como rurales, en los cuales por ausencia de control y fiscalización de los municipios y de las secretarias regionales ministeriales de Vivienda y Urbanismo, las familias más postergadas han podido construir sus precarias viviendas.
Latinoamérica no tiene otra alternativa que no sea defender a todo trance su soberanía, cada país de modo individual pero al mismo tiempo avanzando aceleradamente en la integración regional en todos los planos
Faltan pocos días para una elección trascendental. Parece estar todo dicho, pero en la realidad actual impregnada por la tecnología y el carácter líquido y volátil de sus determinaciones, pueden estar por decidirse cuestiones básicas que moverán la aguja de la gran final en una u otra dirección.
En medio de la discusión sobre la crisis de natalidad en Chile —un tema que ha estado notablemente ausente en los debates presidenciales, centrados principalmente en delincuencia, migración y empleo—, considero que debería ocupar un lugar central en la agenda del próximo presidente o presidenta que se elija el 14 de diciembre de 2025.
Al actuar de ese modo irresponsable, la autoridad política abdica de su deber esencial que, como escribió Nicolás Maquiavelo, fundador de la ciencia política moderna, consiste precisamente en someter a los poderosos para que no abusen del pueblo. Si, por el contrario, es la autoridad la que se somete a los dictados de los abusadores, el pueblo con toda razón le quita su
La crueldad comienza a ser validada por ciertos liderazgos políticos y es bien recibida por sectores de la ciudadanía que encuentran en ella una forma de orden emocional. Lo que antes habría sido inaceptable hoy se celebra, se comparte, se viraliza. La crueldad se ha convertido en una herramienta política.
El reciente debate ARCHI de los candidatos presidenciales podría marcar un punto de inflexión en la contienda electoral ya por cerrarse. En ella Jeannette Jara se mostró segura, asertiva, clara, impecable, mientras José Antonio Kast no pudo ocultar su inseguridad, sus vacilaciones, su temor ante alguien que lo arrasaba y lo hacía dudar de sus afirmaciones.
En las imperfectas democracias del mundo existen diversas formas para la administración de la justicia y el nombramiento de magistrados y jueces. Hay regímenes en que la judicatura depende de los otros poderes del estado, así como otros en que sus integrantes son elegidos por los ciudadanos.